“Charlie Hebdo” y la provocación: ¿Se pasaron de la raya?

24/01/2015 - 12:00 am

El atentado a la revista francesa Charlie Hebdo el pasado 7 de enero atrajo la atención mundial por el asesinato de su director y un grupo de colaboradores a manos de radicalistas musulmanes. El motivo principal: los dibujos satíricos en contra el profeta islámico Mahoma. De por sí polémico desde su fundación, la línea editorial del semanario hoy ha dividido a la opinión internacional entre el respeto a la fe y la libertad de expresión.

Si bien, en un principio este hecho causó el repudio de varias naciones, ahora hay algunos que señalan que el humor fue excesivo, al ofender las creencias musulmanas -incluídas las judías y católicas- lo que no justifica los crímenes. La contracara, habla de intolerancia aparentemente, al poner en riesgo, dicen, a sus colaboradores.

 CH_H_03

Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).- Dentro de dos semanas se cumplirá un mes del cruel atentado en la de la revista de caricaturas francesa Charlie Hebdo que dejó como saldo a 12 personas muertas, entre ellos a los cuatro moneros más célebres de Francia, cuando dos terroristas fuertemente armados y encapuchados entraron a la redacción y dispararon a mansalva contra los trabajadores.

A los asesinados en la revista se sumaron cinco personas más que perdieron la vida durante la persecución a los atacantes.

El dolor y la indignación en el mundo no se hicieron esperar y la protesta más emblemática tuvo lugar en la capital de Francia durante una marcha el pasado 11 de enero, en cuyo marco decenas de miles de personas, entre ellas más de 40 gobernantes de diversos países, ocuparon el centro de París en un acto de unidad nacional en homenaje a las 17 víctimas.

Las secuelas de los ataques seguían en carne viva, luego de que se difundiera un video de uno de los asesinos muertos en las incursiones policiales, en el cual juraba lealtad al grupo Estado Islámico y consumaba así la “venganza” por las ofensas a Mahoma y a la religión musulmana que la fuerte sátira ejercida por los dibujantes de Charlie Hebdo habrían concretado a lo largo de su existencia (el semanario fue fundado en 1992).

La lógica y el sentido común primaron entre las reacciones primeras frente a los sangrientos atentados. Los colegas de los caricaturistas asesinados se pronunciaron contra los ataques, entre ellos hasta el mismísimo Quino, el argentino creador de Mafalda y una de las voces más autorizadas de la historieta en el mundo.

CH_H_07

“Hay que defender lo que los colegas muertos defendieron: la libertad”, dijo Joaquín Salvador Lavado, mostrándose con un cartel que traía la leyenda hoy legendaria “Yo soy Charlie”.

“Si la respuesta al ingenio es la muerte es verdaderamente para sentirse terriblemente mal”, afirmó el dibujante.

“Hay gente que cuando se tocan temas religiosos se vuelven intolerantes. No es una cuestión de ahora, los cristianos pasaron siglos quemando gente. Pero cuando ocurren estas cosas nos damos cuenta que estamos en una época de bárbaros”, agregó.

PERO NO TODOS SON CHARLIE

Con el correr de los días, sin embargo, fue haciéndose lugar otra idea, tal vez contraria (aunque nos gusta pensar que complementaria) de la anterior, expresada en la siguiente pregunta: sin llegar a justificar los crímenes, ¿se pasó de la raya Charlie Hebdo y ofendió en forma realmente inadmisible las creencias musulmanas?

Así, “Yo no soy Charlie” fue la contracara de la solidaridad inicial y la frase intentó expresar el disgusto y el desacuerdo frente a un humor agresivo que en nombre de la libertad de expresión no mide sus consecuencias.

CH_H_02

“¿Por qué causan una ofensa tan profunda las caricaturas del máximo profeta del Islam? ¿O fue el ataque en París un acto extremista que poco tiene que ver con religión?”, se preguntó la BBC en un informe publicado el 10 de enero y con cuestionamientos que trasladaron a cuatro musulmanes, entre ellos Naima El Akil, integrante de la Asociación de Chicas Musulmanas de España.

“La ofensa contra el Profeta nos afecta como musulmanes, claro que se rechaza y se denuncia, pero nada justifica la violencia ni el terror, nada justifica el ataque a lo más sagrado que es la vida humana”, dijo Naima, quien en otro tramo de la entrevista considera que las reacciones de violencia no son testimonio del pueblo musulmán.

“El Islam rechaza todo tipo de terror y violencia y esas son las enseñanzas del profeta”, afirmó.

Para Omer El Hamdoon, presidente de la Asociación Musulmana del Reino Unido, las reacciones de violencia frente a lo que se consideran ofensas a Mahoma obedecen a reacciones humanas y no a la religión.

“La gente reacciona de diferente forma a diferentes cosas. Dejemos la religión a un lado por un momento y supongamos que vamos por la calle y alguien nos insulta. Algunos ignorarán esto y seguirán caminando, otros responderán insultando y hay quienes golpearán a la persona que las insultó”, explicó a la BBC.

“De la misma manera, cuando se trata de religión, de algo sagrado, la gente reaccionará en forma diferente. Probablemente la mayoría de los musulmanes ignorará la ofensa, otros responderán con un insulto y algunos recurrirán a la violencia”, agregó.

CH_H_06

MÁS ALLÁ DE LAS REACCIONES INDIVIDUALES

Si para Occidente la libertad de expresión es un valor a defender a rajatablas, en otras culturas la religión y las creencias alcanzan un valor sagrado e intocable. ¿Es posible pensar en un punto medio que concilie las dos posiciones, beneficiando con ello la convivencia entre los que piensan diferente?

Se ha dicho mucho y casi siempre malo de los terroristas musulmanes. Sus actos predatorios y ciegos eliminan el debate e impiden la voluntad a veces de discernimiento y buena voluntad para el análisis.

Sin embargo, en el otro lado, ¿hay responsabilidad por los actos de terror que asuelan Europa y Estados Unidos o todo esto es un juego macabro en donde los victimarios son “alimentados”, “nutridos” por quienes agravian sin miramientos las creencias ajenas en nombre de la libertad de expresión?

En ese sentido, la pregunta crece con el correr de los días: ¿se vale ofender a Mahoma, a Cristo y a Dios Padre y si lo haces es la tan mentada libertad de prensa lo que te quita responsabilidad en la materia?

Para el primer ministro británico David Cameron, “en una sociedad libre hay derecho a ofender a las religiones. Yo soy cristiano. Si alguien dice alguna vez algo ofensivo sobre Jesús puedo encontrarlo ofensivo, pero en una sociedad libre no tengo el derecho a pedir venganza”, afirmó.

“Tenemos que aceptar que los periódicos y revistas pueden publicar cosas que son ofensivas para algunos, siempre que estén dentro de la ley”, agregaba el mandatario británico en una entrevista a la CBS considerada una respuesta a las también polémicas declaraciones del Papa Francisco, quien había pugnado por poner “límites a la libertad de expresión”.

“No puedes insultar la fe de otros. No puedes burlarte de la fe”, había dicho el jefe del Vaticano, en lo que fue visto por algunos críticos como una manera de justificar la violencia de los que se sienten ofendidos, un hecho que obligó a una posterior aclaración del religioso.

CH_H_04

“En teoría, podemos decir que una reacción violenta frente a una ofensa o una provocación, en teoría sí, no es una cosa buena, uno no debe hacerlo. En teoría podemos decir que el Evangelio, sí, que debemos dar la otra mejilla. En teoría podemos decir que tenemos libertad de expresión, y eso es importante. Pero en teoría todos estamos de acuerdo”, dijo Francisco durante una conferencia de prensa en el avión que lo llevó de Filipinas a Roma.

“Pero somos humanos y hay prudencia, que es una virtud de coexistencia humana. No puedo insultar constantemente, provocar a una persona continuamente, porque me arriesgo a enojarlo o enojarla y me arriesgo a recibir una reacción injusta, una que no es justa. Pero eso es humano”, agregó.

Para el presidente de Ecuador, Rafael Correa, alguien alineado en el pensamiento que se opone a la corrección política en boga al punto de proporcionar desde hace dos años y medio refugio en su embajada en Londres al perseguido creador de Wikileaks, Julian Assange, condenar los atentados de París no le impidió destacar su desacuerdo con la labor de Charlie Hebdo.

“Hay que respetar los valores religiosos de las demás personas, no hay derecho a burlarse de eso”, dijo el mandatario latinoamericano.

ENTRE LA RELIGIÓN Y LA POLÍTICA

Para el flamante director de Charlie Hebdo, Gerard Biard, reemplazante de Charb (1967-2015), el provocador director del semanario asesinado el 7 de enero, “cada vez que dibujamos a Mahoma, cada vez que dibujamos a profetas, cada vez que dibujamos a dios, defendemos la libertad de religión, la religión no debe ser un argumento político”.

“Si dios se enreda en la política, entonces la democracia está en peligro”, agregó.

En la otra punta, Henri Roussel, conocido como Delfeil de Ton y uno de los fundadores del semanario Charlie Hebdo, abrió el abanico del debate al acusar a Charb de haber conducido a la muerte al equipo de la revista, con sus excesos y sus “tonterías”

“Fue un tipo extraordinario por un lado y por el otro fue un tonto”, afirmó Roussel, de 80 años, quien recordó que el primer incidente se dio en 2011, cuando la redacción fue atacada con una bomba molotov por haber publicado una caricatura de Mahoma en la portada, un hecho que no doblegó a Charb, más bien todo lo contrario.

Para Delfeil de Ton/Henri Roussel, el semanario que ayudó a fundar se había convertido merced a los oficios de su director Stéphane Charbonnier (Charb), en un “órgano sionista e islamófobo”.

Este martes, el sitio Pijama Surf publicó una nota firmada por Alejandro Martínez Gallardo, quien cuenta cómo en el pasado el semanario Charlie Hebdo despidió a un dibujante por haber publicado una ilustración que la dirección de la revista consideró antisemita.

CH_H_01

¿SE PUEDE OFENDER A MAHOMA PERO NO NEGAR EL HOLOCAUSTO?

“Parece haber una diferencia entre como juzgamos las cosas que pueden ofender una u otra religión o cultura”, apunta la página en su línea editorial, en tanto que el autor de la pieza periodística cita al caricaturista brasileño Carlos Latuff, quien incorpora al debate una reflexión más que interesante.

“Negar el Holocausto está prohibido en Francia. Esto es una muestra de respeto a los judíos, para quienes el tema es especialmente sensible. El Islam condena la idolatría y para muchos musulmanes las imágenes de Mahoma son la más ofensiva herejía.

Podemos decir que los musulmanes son especialmente sensibles a las representaciones visuales de su profeta, pero esto es algo que la sociedad francesa y la sociedad occidental en general no respetan de la misma forma”, se afirma en la nota citada.

Un “doble estándar” que tuvo su pico en 2009 cuando Charlie Hebdo despidió al caricaturista Maurice Sinet, quien había trabajado 20 años en la revista, a causa de una ilustración dedicada al hijo de Nicolas Sarkozy, quien en ese entonces mantenía una relación amorosa con una millonaria de origen judío, una circunstancia que –según el dibujo del monero- le permitiría escalar en la sociedad.

Según los directivos del semanario, el trabajo de Sinet incitaba al odio racial, un argumento que careció de valor a la hora de agredir las creencias y cultura musulmanas.

“Anteriormente, Charlie Hebdo había sido demandado por organizaciones islámicas en Francia por sus caricaturas y se negó a ofrecer una disculpa. Si bien también es cierto que lo mismo ocurrió cuando fue demandado por organizaciones católicas (algo que ha ocurrido en un mayor número de veces)”, apunta Alejandro Martínez Gallardo.

Otro argumento interesante lo proporciona el opinólogo Gonzalo Frasca, quien una pieza para CNN En Español se pregunta si el humor ofensivo de Charlie Hebdo constituye una necesidad para la cultura contemporánea en el mundo.

Especialista en juegos que comunican y educan, ganador de un Lifetime Achievement Award de la Knight Foundation por su trabajo pionero en videojuegos periodísticos, Frasca habla de su implicación personal con los atentados.

“Mi familia materna es francesa y desde hace décadas leo a varios de los dibujantes asesinados el miércoles en París. Cuento entre mis colegas a dibujantes y humoristas. He creado videojuegos que caricaturizan temas políticos como el terrorismo. Por todo eso siento tan cerca el impacto de las balas que acribillaron a Charlie Hebdo”, dice.

“Para la mayoría de nosotros es difícil entender a los dibujantes de Charlie Hebdo: ¿por qué buscar ofender? ¿Por qué burlarse de lo que para otros es sagrado? ¿Por qué provocar a los extremistas islámicos si sabían que podían reaccionar con violencia? Como lector de su publicación y de sus bromas, creo que lo hacían porque estaban convencidos de una verdad: no se puede convivir con fanáticos irracionales”, afirma Frasca.

Es cierto que hay vestidos, ideas, dibujos y textos que nos pueden molestar y hasta ofender. Muchos dibujos de Charlie Hebdo (y de su equivalente edulcorado estadounidense, South Park) no me hicieron gracia y varios me indignaron. Pero las únicas alternativas civilizadas son ignorarlos o responder en el mismo plano: escribiendo, dibujando y argumentando. Si reaccionamos con violencia física nos convertimos en bestias. Y como dijo Buda: quien te enfada, te domina”, agrega.

EN MÉXICO, ¿SOMOS O NO CHARLIE HEBDO?

En Nexos, el doctor en ciencias políticas por la Complutense de Madrid Roberto Breña explora desde Canadá, donde vive y trabaja, los dilemas alrededor de la libertad de expresión que ha puesto en vigencia el caso Charlie Hebdo, afirmando que “la razón está un poco en todas partes”.

“Me parece importante señalar que más allá de una tendencia general de izquierda muy evidente, la crítica, la mordacidad y la burla de Charlie Hebdo no distinguían credos, ideologías o personalidades políticas (como lo muestra una somera revisión de algunas de sus portadas de los últimos años)”, escribe el experto.

En su columna del Reforma, el escritor Juan Villoro alertó la semana pasada sobre “el peligro de reír”.

“El salvaje asalto a las oficinas de la revista humorística Charlie Hebdo ha vuelto a plantear los límites sociales de la risa. Como ha señalado José Luis Pardo, quienes consideran que la ironía puede profanar un dogma lo hacen porque ellos mismos ya han caricaturizado su sistema de creencias. Pensar que una ideología o una religión se derrumban con un chiste es tener una idea muy limitada de esa ideología o esa religión”, escribe el autor de Dios es redondo.

CH_H_05

Coincide así queriéndolo o no con el filósofo eslavo Slavoj Žižek cuando afirma aquello tan perturbador de “qué frágil debe ser la creencia de un islamista si se siente amenazado por una caricatura estúpida en un periódico semanario satírico”.

“Es falso que todos seamos Charlie o queramos serlo. Mucha gente no disfruta ese sentido del humor. Ahí reside el núcleo del asunto: hay que defender a Charlie Hebdo no sólo para leerlo, sino para que exista sin que lo leamos. Al adoptar un pensamiento único, el fanático es incapaz de prescindir del pensamiento ajeno: necesita suprimirlo”, afirma Villoro.

“La democracia comienza cuando defiendes a Charlie y no eres Charlie”, concluye el célebre autor nacional.

El monero tapatío José Ignacio Solórzano (JIS) no escatimó la opinión sobre el tema –el de la libertad y los límites de libertad de expresión- aunque en un texto magistral publicado en Milenio confesó “hacerse bolas” en la materia.

“Hay muchos tipos de humoristas, y efectivamente hay grandes zonas del humor encargadas de realizar otro tipo de trabajo: peripecias de vértigo tribilín, risa generalizada sin víctimas, invenciones de gracia estrambótica, experimentos con la estructura de los chistes, incluso ironías delicadas que pudieran estar, algunas, teñidas de ternura.

Pero una de las zonas fundamentales del trabajo humorístico es el lado oscuro del hombre. Y para meternos al lado oscuro no podemos andar de puntitas, diciendo cosas amables, evitando lastimar sensibilidades. No, es materia espesa y hay que entrarle sin compasión ni piedad. No nos hagamos pendejos. Hay verdades que solo salen después de verdaderas cirugías. Hay que sacar el corazón sangrante para darle unas buenas cachetadas. Como le dijo el payaso al que no quería ver: – Te voy a romper tu mundo de muñecas con la punta de la verga”, afirma uno de los creadores del Santos.

Para Jis “lo vulgar, lo cruel, la falta de respeto, la violencia, el ridículo, lo obsceno, lo sucio, lo trágico” son las herramientas naturales de trabajo para los caricaturistas y defenderlas del terror –que sí paraliza, admite- convierte en “valientes” a los asesinados de París.

Su amigo y socio creativo Trino cuenta en el mismo medio que “desde que en 2006 vi los cartones que hicieron en la revista sobre Mahoma me di cuenta de que estaban jugando con fuego. Mi admiración por la revista en ese momento fue grande, y pensé: “¡Qué maravilla vivir en Francia, en donde puedes publicar lo que se te antoje sin límites y no pasa nada!” Ahora no lo creo así”, dice.

“A mí el humor en la revista Charlie Hebdo no me entusiasma particularmente: se me hace un humor duro y muchas veces gratuito. Pero siempre he admirado el valor de publicarlo. Ellos eran sus propios editores; no se ponían ningún límite, no tenían un editor que les dijera que estaban pasados de lanza”, agrega.

En las redes sociales, en una columna en Milenio y donde lo dejen el monero Jans se encarama en la otra punta de la corrección política y no ha cesado de escribir “Je ne suis Charlie”, para dejar clara su posición al respecto.

“Como caricaturista político deploro los atentados, pero no puedo solidarizarme con la causa de una revista racista que disfraza la xenofobia con la máscara de la libertad de expresión. ¿Las expresiones xenófobas son garantizadas por la libertad de expresión? así es y cada quien la usa como quiere (y va de nuevo) y no por eso deberíamos tener miedo a ser asesinados. Con todo, el tema de si la libertad de expresión debe tener límites es un asunto controvertido y hay que señalar que en Europa existen leyes antirracistas y que castigan la difamación de grupos (bajo las cuales fueron acusados los de Hebdo, por cierto)”, apunta Jans.

“Los difuntos caricaturistas no se burlaban sólo de Mahoma, sino de la creencias de mil millones de musulmanes (y no digo que las prácticas bárbaras no deban ser criticadas, no estoy a favor de un relativismo cultural radical). Como caricaturistas deberíamos intuir que no es inocente dibujar lo que dibujaban en un contexto de guerra al terrorismo, de masas musulmanas empobrecidas en Europa y de una islamofobia creciente.

Yo creo, como me dijo un caricaturista europeo una vez, que la caricatura no está para enseñar el músculo mostrando, en este caso, cuán libres somos de ejercer el desprecio y la burla a identidades culturales, sino para apalear a las instituciones y a las personas que dominan a la sociedad (los fundamentalismos cuentan, claro ¿Los de Charlie Hebdo criticaban los fundamentalismos? es fácil ver que criticaban las creencias y a los creyentes)”, agrega.

El escritor mexicano Maruan Soto Antaki exploró en su columna de SinEmbargo la gama de grises a través de la cual debe ser analizado este asunto.

“Discutir sobre la libertad de prensa, sobre los derechos humanos como los entendemos, queda totalmente fuera de la perspectiva islámica. Son conceptos occidentales que defenderé siempre y tildaré de bestia a quien no lo haga.

Todavía hoy, luego de los más de trece siglos que mencionaba hace unas líneas, el extremismo del Islam se origina por la inflexibilidad de sus reglas. Todo es blanco y negro. La ley occidental, cuando no nos sale lo salvaje, intenta como cojo, avanzar sobre una variedad gigantesca de grises”, afirmó el autor de la reciente La carta del verdugo.

Para el también columnista de SinEmbargo Diego Petersen Farah, es falsa la pregunta de si los caricaturistas de Charlie Hebdo se pasaron o no de la raya.

“El miedo es hoy el gran censor del mundo y el principal enemigo de la libertad. Si como consecuencia de los brutales asesinatos de los periodistas en París no ampliamos las libertades sino que las reducimos, habrán ganado ellos”, afirmó el autor de la novela negra Los que habitan el abismo.

“No me gusta la sátira de Charlie Hebdo: es irreverente y en muchas ocasiones extremadamente ofensiva para las creencias, no solo de musulmanes, sino también de cristianos. Aun así hay que defender uno de los principios sagrados de la democracia: la libertad de expresión”, opina Luis Cobo, analista en temas de Medio Oriente, en su columna de CNN.

Mientras tanto, en Bélgica, el Museo Hergé acaba de suspender la exposición temporal en homenaje a los dibujantes del semanario satírico asesinados por yihadistas, que tenía previsto inaugurar este jueves.

El alcalde de Lovaina la Nueva ha aclarado, en declaraciones al diario Le Soir, que la exposición no ha sido prohibida, pero que su apertura podría ser problemática en el momento que atraviesa Bélgica tras la operación antiterrorista que se saldó con dos muertos y 13 detenidos el pasado 15.

No hace falta ser muy perspicaz para desear en dicho contexto y en correspondencia con el sentir popular en casi todo el mundo un descanso para Mahoma, Alá y el Corán. Paños fríos, que le dicen, para un planeta que arde.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video