Investigador mexicano de la UNAM aporta 481 descripciones de insectos psocópteros

26/01/2015 - 12:00 am
El resultado de su dedicación está a la vista. Hasta el segundo semestre de 2014 había descrito 464 especies, pero el número va en aumento. Foto: UNAM.
El resultado de su dedicación está a la vista. Hasta el segundo semestre de 2014 había descrito 464 especies, pero el número va en aumento. Foto: UNAM.

Ciudad de México, 26 de enero (SinEmbargo).–El zoólogo mexicano Alfonso Neri García Aldrete ha descrito a 481 especies de psocópteros, mejor conocidos como “piojos de los libros”, pues estos insectos gustan de estos objetos y apenas son visibles por su talla milimétrica.

La mayoría de ellos provienen de México, Brasil y Colombia. Inicialmente el investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estaba interesado en los escarabajos y se involucró en el mundo de los psocópteros durante su doctorado en la Universidad Estatal de Illinois, Estados Unidos.

El biólogo mexicano se ha dedicado más de 40 años de manera académica para conocer y clasificar a los animales que se nutren de esporas e hifas de los hongos, así como de la microflora del follaje y que sirven de alimento para pájaros, arañas y lagartijas.

García Aldrete recurre a la taxonomía clásica y a la microscopía moderna que le permite identificar características de estos organismos abundantes y diversos en América Latina.

“Descubrí que era un mundo fascinante, un grupo de animales poco estudiado, variado y abundante en México. Desde que salí al campo, todo lo que encontraba era nuevo y desde hace 47 años los estudio”, apuntó Alfonso Neri.

Actualmente, el científico trabaja en un grupo de psocópteros de nuestro país, del que habrán alrededor de 60 especies nuevas. “Me va a llevar algo de tiempo, pero las hay desde Sonora hasta Yucatán”, adelantó.

LA VIDA SIN INSECTOS
Sin insectos, la vida en la Tierra sería otra. “Sin los de este tipo, se afectaría a todos los organismos que dependen de ellos, como las lagartijas, arañas y pájaros que los comen, además de que habría una superabundancia de líquenes y hongos que podría tener efectos negativos en otras formas de vida”, expuso.

Con su aporte, García Aldrete ha enriquecido la Colección Nacional de Insectos (con su trabajo ha aumentado el tamaño del orden en casi 10 por ciento), uno de los patrimonios del acervo del Instituto de Biología.

El resultado de su dedicación es visible, pues hasta el segundo semestre de 2014 había descrito 464 especies, pero el número va en aumento.

RESISTENTES Y ADAPTABLES

Apenas visibles por su talla milimétrica, los insectos psocópteros representan un universo de diversidad biológica. Foto: UNAM.
Apenas visibles por su talla milimétrica, los insectos psocópteros representan un universo de diversidad biológica. Foto: UNAM.

Estos insectos son de tamaño pequeño -los hay de tres décimas de milímetro hasta ocho milímetros de largo- y se caracterizan por ser resistentes, adaptables, de vasta reproducción y corta vida.

“Aunque aún no lo sabemos, creo que resistirán el cambio climático”, consideró el investigador.

“Estos bichos están en el follaje, en los troncos de los árboles, en la hojarasca, en el suelo y sobre rocas. Para encontrarlos hay que tener la mirada educada y golpear un poco el follaje con unas mantas para que caigan varios ejemplares, que generalmente son diferentes, pues conviven individuos de diversas especies”, comentó.

García Aldrete explicó que la función ambiental de estos insectos herbívoros es importante para procesar hifas de los hongos y microflora del follaje que se acumulan. “Como todos los seres vivos son parte de la cadena trófica”.

Los psocópteros en libertad viven de uno a dos meses, y hasta tres en cultivos de laboratorio. Su ciclo de vida es muy rápido, cada hembra pone de 50 a 100 huevecillos y el paso de huevo a ninfa y adulto ocurre en apenas 15 días.

Algunas especies que no tienen alas se mimetizan en grietas de los árboles y el suelo para ocultarse de los depredadores y sobrevivir. “Mientras están en el tronco pasan completamente desapercibidas”, dijo.

MICROSCOPÍA MODERNA
Para estudiar estos animales, el universitario se basa en la taxonomía clásica y en la microscopía moderna, que le permiten identificar pequeñas pero notorias diferencias, como el diseño de las alas (si las tienen) y la estructura de los genitales, especialmente de los machos.

“Tienen diferencias morfológicas sustanciales. Trabajo como taxónomo clásico, a partir de información morfológica que nos da muy buenos argumentos para diferenciar las especies, aunque a simple vista se vean casi iguales”, explicó.

Para su labor utiliza microscopios ópticos y de disección, con los que encuentra variaciones, por ejemplo, en el diseño de las alas.

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