John Elway, el atleta que cambió el beisbol por el futbol americano para hacerse leyenda

28/06/2013 - 12:30 am

 

Foto: Facebook
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Ciudad de México, 28 de junio (SinEmbargo).-  Los New York Yankees lo draftearon para ser parte de su roster. Su capacidad física le daba las credenciales necesarias para ser un jugador fantástico en ligas mayores. Un atleta innato que acaparó la mirada de ojeadores de dos de los deportes más emblemáticos de los Estados Unidos de América. John Elway (Washington, 1960) un rubio de sonrisa dura fue a principios de los 80 una persona codiciada por la NFL y la MLB.

Hijo de Jack Elway, entrenador universitario, John siempre estuvo envuelto en el ambiente de uno de los deportes más populares del mundo. El joven mostró un talento llamativo en beisbol y en futbol americano durante su etapa en preparatoria tras asentarse en el sur de California por el trabajo de su papá. Cuando acabó, diversas universidades se pelearon por atraer al chico con una beca completa. Al final fue Stanford el destino de John.

El estudiante de economía supo combinar las dos disciplinas con números dignos de un futuro profesional. El futuro quaterback fue drafteado por el gigante del Bronx en 1981 jugando un verano con la filial de los Yankees. En 1983, los Baltimore Colts lo escogieron como la primera selección global de un año para el recuerdo donde también fue escogido Dan Marino. Elway aceptó jugar en la NFL si Baltimore lo cambiaba de equipo. El talentoso quaterback no quería jugar en un equipo con registro perdedor.

En Baltimore no aceptaban la decisión de John. Los Colts insistieron en quedarse con el poder del brazo derecho de Elway. Sin acceder un milímetro en las negociaciones, la franquicia profesional de futbol americano tuvo que ceder ante los analistas que escribían en prensa lo que la NFL se perdería por un capricho de un solo equipo. Elway fue intercambiado a los Denver Broncos a cambio de jugadores y una primera selección de draft en el futuro. La apuesta arriesgada valía la pena.

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Ahí en Colorado se escribió una de las mejores historias deportivas de los Estados Unidos de América. John se convirtió en un estandarte de un equipo que necesitaba un revulsivo. La imagen deportiva de los Broncos cambió refrescando el entorno del quaterback que necesitaba un entorno ad hoc para mostrar sus condiciones. La primera temporada fue una decepción en números. La prensa deportiva estadounidense, ávida de fracasos monumentales, dejaron caer tinta cuestionando a la joven figura. John hizo poco caso.

La carrera de John Elway se definió en los momentos determinantes de un partido. Fue el cuarto cuarto su escenario principal. El quaterback de manos firmes, lanzaba pases lo mismo que corría hacia la zona de anotación para darle vuelta a un partido que a todas luces se veía perdido. Su carrera paso a ser legendaria porque como tituló alguna vez el New York Times, “Con Elway todo es posible”. Denver fue en unos años, el centro de la NFL. Dan Marino dinamitó a los Miami Dolphins con un talento que constantemente era comparado con el de Elway. Marino jamás ganó un Super Bowl. Una estadística fatídica para tan grande jugador. John corría el riesgo de tomar el mismo camino con sendos fracasos consecutivos que lo alejaban del anillo de campeonato.

Fue en 1995 cuando la franquicia se entregó a Elway. El entrenador Mike Shanahan arribó al equipo de Colorado con la misión de convertir una promesa eterna en una realidad que merecía el talentoso mariscal de campo, imagen de los Broncos. Tras una década como profesional, el camino se aclaraba para Elway tras tres Super Bowls perdidos. Por fin, la gloria abrazaba al ex beisbolista en la edición XXXII cuando Denver venció a los campeones defensores Green Bay Packers otra vez en un último cuarto definitivo. Así, la carrera de John Elway alcanzó estándares merecidos como una leyenda viviente.

En 1998 la leyenda se consolidaría con un bicampeonato emotivo y merecido. Elway se convertiría en el único quaterback en la historia en jugar cinco Super Bowls. En 2004 ingresó al salón de la fama. La NFL creció mucho más con el aporte de Elway, para muchos, es el mejor mariscal de campo de la historia. Son sus dos títulos de campeonato y sus numerosas distinciones que han marcado records en el juego. Pero sin duda, la estela producida por sus proezas lo que se recuerda aún más. Lo perdió el beisbol, lo ganó el futbol americano. Hoy, en su cumpleaños 53, la imagen de él cargando el trofeo Vince Lombardi provoca melancolía desde Colorado al resto de aficionados que crecieron a sus Broncos de Denver.

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