México

AMLO fuerte, Anaya tibio, Meade atorado y Zavala en entredicho. Así arrancan, según especialistas

29/03/2018 - 11:50 pm

Este 30 de marzo inician oficialmente las campañas presidenciales. Pero, ¿cómo llegan a esta etapa de la contienda electoral Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade Kuribreña y Margarita Zavala Gómez del Campo?

Especialistas políticos consultados por SinEmbargo comentan que AMLO, puntero en las encuestas, luce una imagen renovada. Es el candidato anti sistema y se muestra más mesurado, pero podría caer si tropieza por cuenta propia. Anaya, por su parte, llega empatado con Meade en las encuestas y con dos debilidades que podrían tumbarle el sueño de llegar a Los Pinos: los recientes escándalos de corrupción en su contra y su incapacidad para sacarle una ventaja contundente al abanderado del PRI, refirieren.

En tanto, Meade es un candidato que si bien ha mejorado en las preferencias electorales no puede deshacerse de los estigmas que significan ser el “bueno” del Presidente Enrique Peña Nieto y del partido tricolor, aseguran los politólogos. Tiene todas las de perder y son pocas sus ventajas, aunque tiene el apoyo de la estructura priista y del grupo en el poder. Finalmente, a Margarita Zavala la ven en este arranque con la expectativa de su nueva piel como independiente, aunque bajo la sombra de su esposo Felipe Calderón Hinojosa y también en entredicho por el reciente escándalo de las firmas “simuladas”.

Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo).- A partir de hoy y por los próximos 90 días, el territorio nacional será el escenario de los actos de proselitismo político de los aspirantes a la Presidencia de la República. Andrés Manuel López Obrador iniciará en Chihuahua, hogar de 2.7 millones de electores. Ricardo Anaya Cortés lo hará en Guanajuato, donde buscará ganarse a 4.3 millones de connacionales con credencial para votar. José Antonio Meade Kuribreña arrancará en Yucatán, que representa 1.3 millones de votos. Y Margarita Zavala Gómez del Campo iniciará campaña en la capital del país, donde habitan 7.6 millones de votantes.

Pero, ¿cómo llegan los cuatro aspirantes al arranque de la carrera presidencial?

AMLO lleva la ventaja, de acuerdo con lo que marcan las más recientes encuestas. Tiene entre 10 y 18 puntos porcentuales arriba de sus competidores más cercano: Anaya y Meade. En algunas muestras de preferencia, el candidato blanquiazul le saca cinco puntos al del tricolor, en otras más Meade ya está empatado con Anaya. Al fondo está Margarita Zavala, al menos 13 puntos atrás del panista y el priista, aunque aún nada está escrito.

La campaña que inicia este viernes será un evento sin precedentes debido a sus costos y complejidad. Más de 3 mil 400 cargos estarán en disputa a nivel federal y local. Y sólo en el caso de los presidenciables, la búsqueda del voto de los ciudadanos implicará un gasto superior a 2 mil 191 millones de pesos del bolsillo de los mexicanos.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene los mayores recursos: 547 millones sólo para actos de proselitismo. Mientras que a los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Regeneración Nacional (Morena) les fueron asignados 413, 248 y 207 millones de pesos, respectivamente.

Margarita Zavala Gómez del Campo, por su parte, renunció a la parte proporcional de una partida de 43 millones de pesos que fue asignada a todos los candidatos independientes que van por cargos federales: diputados, senadores y Presidente de la República.

AMLO, EL MEJOR ARRANQUE 

López Obrador llega con un nuevo aire y una fortaleza que serán muy difícil de superar, coincidieron especialistas consultados por SinEmbargo, quienes también consideran que sólo él mismo puede ser el causante de su derrota.

Además, dijeron, los antecedentes históricos están en su contra.

Entre noviembre de 1999 y febrero de 2000, en el marco de las elecciones presidenciales, el priista Francisco Labastida Ochoa pasó de tener 12.4 a tres puntos porcentuales de ventaja sobre su opositor más férreo, el panista Vicente Fox Quesada. Al final, Fox venció a Labastida con 5.6 puntos de ventaja.

Algo similar sucedió en los comicios de 2006 y 2012. Entre noviembre de 2005 y mayo de 2006, la diferencia entre López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa pasó de 10 a un punto porcentual. Al concluir el proceso de votación del 1 de julio, Calderón venció a AMLO con escasos 0.62 puntos porcentuales de diferencia. Y entre noviembre de 2011 y febrero de 2012, la ventaja electoral de Enrique Peña Nieto pasó de 30 a 24 puntos sobre AMLO. Al final, Peña Nieto ganó con 6.6 puntos de diferencia.

“López Obrador está iniciando formalmente la campaña con una intención de votos muy alta” –hasta un 40 por ciento de las preferencias electorales, según las encuestas más recientes–. El problema es que AMLO “no saber administrar la ventaja”, comentó el doctorando Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana de Puebla. En ese sentido, dijo que el peor enemigo de López Obrador es él mismo. Y precisamente en su “exceso de confianza, está la posibilidad de soberbia en torno a lo que implica llevar una ventaja [electoral] muy amplia”, lo que es una “enorme debilidad” del candidato.

De acuerdo con las opiniones de Hernández Avendaño; de Francisco Abundis Luna, director de la casa encuestadora Parametría, y de los doctores Nicolás Loza Otero, especialista en comportamiento electoral de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y Gustavo López Montiel, especialista en partidos políticos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la principal ventaja de AMLO es que representa al voto anti sistema que va en contra del PRI, del PAN y de todo lo que implica lo que él mismo define como la “mafia del poder”.

“Está aprovechando, contextualmente, el hartazgo, la decepción de los malos gobiernos que fueron tanto el PRI como el PAN”, coincidieron los expertos. Por eso AMLO llega con gran fuerza. Pero también con grandes debilidades.

La victoria de AMLO no está escrita: de acuerdo con especialistas su actual ventaja electoral puede ser otra el 1 de julio si él mismo, quien es su peor enemigo, se pone el pie. Foto: Agencia Cuartoscuro.

Los analistas, en su balance, encuentran más fortalezas que debilidades en el candidato de las izquierdas.

Algo significativo es su inicio de campaña en Ciudad Juárez, Chihuahua, ya que en los últimos 83 años el estado y su metrópoli han sido gobernados por administraciones priistas y panistas. En ese periodo, la entidad ha tenido 16 Gobernadores tricolor y dos blanquiazules (incluido el actual, Javier Corral Jurado). Asimismo, el municipio de Ciudad Juárez ha tenido 37 alcaldes priistas y siete panistas, además de dos independientes entre 2016 y 2018. Es decir, es una entidad poco afín a los gobiernos de izquierda según los datos del Instituto Nacional Electoral (INE).

Para los politólogos y estadístico consultados, en los últimos meses AMLO ha ido a la zona norte “porque es donde sabe que está más débil”, como dijo Abundis de Parametría. Es decir, zonas en donde López Obrador “no tenía intención de voto importante” en 2006 y 2012, y donde ahora comienza a tener impulso, señalan.

“Está trabajando en subsanar los que han sido los problemas tradicionales de los candidatos de la izquierda mexicana, que es que tienen una mala distribución territorial, no sólo de su personal sino también de sus representantes de casilla”, dijo Nicolás Loza de la FLACSO. Por eso, aseguró que un gran reto para AMLO también será cubrir el 100 por ciento de las casillas, “porque los partidos casi nunca logran tener dos representantes por casilla”, situación que se complica con partidos medianos como Morena.

En enero de este año, por ejemplo, Manuel Rodríguez González, representante del Comité Ejecutivo de Morena en Tabasco, dijo que a diferencia de las elecciones pasadas, AMLO ha logrado consolidar una estructura sólida en estados del norte al tener “de un 5 por ciento a más del 20 por ciento en la tendencia del voto” en la región.

Además de lo ya mencionado, entre las fortalezas de Andrés Manuel López Obrador están:

Uno. Su capacidad de marcar agenda como lo hizo en las precampañas y en las intercampañas, no sólo al presentar a su gabinete, sino también en torno a sus propuestas, señaló Avendaño de la Ibero.

Dos. El voto dividido, porque si la elección presidencial llegara a irse a tercios, AMLO mantendría el gran trecho de votos que hasta ahora tiene. Si Anaya o Meade no absorben gran parte de los votos del otro, les será imposible rivalizar cara a cara con el político tabasqueño. En cambio, si uno de ellos se desmarca o declinara, indicaron los especialistas, López Obrador perdería ventaja electoral.

Tres. Es el candidato más conocido. De acuerdo con Abundis y López Montiel, “el conocimiento que hay sobre López Obrador no tiene comparación sobre ningún candidato. Es decir, el lleva 18 años en la vida pública y 12 años en campaña”. Ese beneficio, diría AMLO, “no lo tiene ni Obama”.

Cuatro. Contrario a una de sus debilidades, que es ser visto como un político radical que se opone a las élites y a los intereses neoliberales, ahora AMLO se presenta como una persona con un carisma sin parangón entre los candidatos presidenciales; con una postura menos conflictiva y mucho más mesurada, teniendo como principal discurso la conciliación y las alianzas, además de su voluntad política para atacar los grandes problemas nacionales.

No obstante, indicó Avendaño de la Ibero Puebla, su propuesta de alianzas puede ser asimismo una debilidad. Se está aliando con grupos como el de Elba Esther Gordillo o incluso con un partido de ultra derecha como lo es Encuentro Social (PES). Ese pragmatismo deja muchas dudas acerca de la forma en que administraría su gobierno, no sólo por las diferencias prácticas e ideológicas, sino por la deuda contraída con estas organizaciones.

A pesar de las piedras en el camino, los especialistas coinciden en que es una buena decisión. AMLO está dejando atrás su imagen de “candidato excluyente […] que a final de cuentas dejaba afuera a un grupo de actores que eventualmente pudieron generarle votos y la impresión de que es un candidato incluyente”. [Ahora] Tiene una coalición que articula dinero y confianza en otros electores que en un principio no querrían votar por él”, explicó Avendaño.

“El Peje” tiene, en ese sentido, la tarea de cuidar los votos anti sistema de la clase media –que en gran medida se disputa con el PAN– y evitar generar desconfianza con grupos de élite política y empresarial, como cuando en 2012 se opuso a la apertura del sector energético y a la inversión privada.

A las debilidades de López Obrador, los expertos añadieron su posición como puntero en las encuestas que “lo vuelve objeto de ataques”; “la manera unidireccional o unipersonal de ejercer la gestión pública y la gestión política [es decir, que no aparezca como un liderazgo un poco más democrático al interior de su partido]”; y los temas poco apropiados en los que se ha encasillado en las últimas semanas: la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la cancelación de las reformas energética y educativa, por ejemplo.

“El se ha desplazado por muchas temáticas como producto de la seguridad que quiere tener en su ventaja. Ese puede ser su principal riesgo”, comentó el doctor Nicolás Loza.

ANAYA TIENE FUERZA, PERO NO LA IDEAL

El político queretano dará su primer paso en Celaya, Guanajuato. Un lugar donde sabe que su partido –el PAN– tiene fuerza electoral de sobra. Durante los últimos 27 años, todos los gobernadores de la entidad han sido panistas. Lo mismo sucede con los presidentes municipales de Celaya. Es un bastión azul. Empezará allí porque “probablemente Guanajuato es el estado más panista del país o Márquez es el Gobernador mejor evaluado”, dijo a SinEmbargo Francisco Abundis, director general de la casa encuestadora Parametría.

En su inicio de campaña, Ricardo Anaya Cortés cuenta con el beneficio de estar disputando el voto antiPRI con AMLO, refieren los analistas. Y esa es quizá la carta más fuerte que ha venido manejando en los últimos meses, concuerdan. Pero existe un problema con el panista queretano: “No es totalmente claro que sea el segundo lugar ni que esté suficientemente despegado de Jose Antonio Meade. Es decir, un votante anti López Obrador pude tener duda de si votar por Meade o por Anaya para ganarle a López Obrador”, comentó Loza.

Los politólogos advirtieron a SinEmbargo que a estas alturas de la contienda, Anaya debería tener un distanciamiento más contundente de Meade y no lo está logrando. Eso puede acarrear costos electorales negativos para el panista.

Ricardo Anaya tiene el reto de superar a José Antonio Meade si quiere jugársela contra Andrés Manuel López Obrador, dicen analistas políticos. Foto: Mario Jasso, Agencia Cuartoscuro.

Por el contrario, Ricardo Anaya tiene la virtud de ser joven y de contar con una capacidad inigualable como tribuno. En su esgrima verbal y su dominio de la dialéctica, “está por encima de todos las demás candidatos”, concuerdan Abundis y Avendaño.

Además está “la capacidad que finalmente el PAN le otorga como partido político. Es un partido que tiene un voto duro importante [y que] tiene una importante cantidad de gubernaturas [poco más de la tercera parte de los estados de la República]”, dijo el doctorando de la Ibero Puebla.

Entre las fortalezas con las que llega Ricardo Anaya al inicio de las campañas presidenciales, los analistas señalan el haber articulado el “Frente por México” y haber mantenido el control de la estructura al interior de su partido. Anaya es apoyado por más de dos terceras partes de los consejeros nacionales del blanquiazul [200 de 270 integrantes], hecho evidenciado durante la elección de los mismos, ocurrida en enero del año pasado.

A ello habría que agregar que es un candidato “transversal” que puede llegar a varios sectores de la población –ricos, pobres y clase media–. En ese sentido, algunos politólogos observaron el beneficio que le dará la inercia social, como sucede con cualquier candidato conservador en México. Y dicha situación le facilitará las “simpatías” del empresariado por la posibilidad de ofrecer continuidad en las políticas que los han favorecido.

En comparación con López Obrador, Anaya tiene una lista más amplia de debilidades. Según Avendaño, “sus dos grandes debilidades aparecen en torno a cómo gestionó la candidatura presidencial desde su posición como presidente del partido. Lo que podemos denominar la repetición del modelo Madrazo de 2006. Vimos, en su momento, que fue un completo fracaso de Madrazo porque lo que hizo fue romper al partido, dividirlo. Y eso es lo que estamos viendo con Anaya: el rompimiento en torno al calderonismo”.

La otra debilidad, dijo, “es lo que dejó de estela en torno a estos negocios que probablemente hizo con el priismo en su momento, cuando fue jefe de la bancada de los panistas y cuando fue interlocutor esencial para las reformas estructurales, sobre todo la reforma energética”.

Sucedió que entre 2013 y 2014, en el marco del “Pacto por México”, los panistas apoyaron las reformas estructurales del Presidente Enrique Peña Nieto, salvo aquella en materia hacendaria. Mismas reformas que hoy critica Anaya porque han estado “en malas manos”. Entre las debilidades de Ricardo Anaya también están:

Uno. Las recientes acusaciones de corrupción en su contra por la compra-venta de un terreno y la construcción de una nave industrial en el estado de Querétaro, que en la opinión de Francisco Abundis, es un pendiente que tiene pues “aunque él dice que lo ha resuelto, el tema no es lo que él crea sino lo que el público cree. Y yo no no estoy seguro que el público crea que ya lo resolvió”.

Es un tema que lo debilita electoralmente, mencionó el director de Parametría. Asimismo, Gustavo López Montiel y Juan Luis Hernández Avendaño concordaron en que inclusive en algún momento las acusaciones –que probablemente no se traduzcan en una acusación ante el Ministerio Público– generaron revuelo al interior del partido. Lo cierto es que el escándalo ha dañado su discurso anticorrupción, apuntaron.

A esta falta de credibilidad se suma el hecho de que la gente que lo rodea –operadores, asesores, personas de interés político, estratégico y económico, entre otros– está manchada por la opacidad o por presuntos actos deshonestos. Llámense Alejandra Barrales (PRD), Dante Delgado (MC), Jesús Ortega y Jesús Zambrano (PRD), Miguel Ángel Yunes (PAN), Miguel Márquez (PAN), Rafael Moreno Valle (PAN), Santiago Creel (PAN), entre muchos otros.

Dos. El “Frente por México” de los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC) es un caldo de diferencias ideologías que en lo práctico se contraponen. Eso, según los especialistas, da la impresión de que Anaya no tiene un programa “ideológicamente claro”.

Ejemplos de ello sobran, como el apoyo panista al ataque frontal al crimen organizado, propuesta que ha generado controversias con algunos sectores del Sol Azteca, comentan. O la propuesta del Frente de una “renta básica universal”, que por un lado es ad hoc a los principios de partidos de izquierda como el PRD, pero que generan roces en partidos de derecha como el PAN, inclinados a la promoción de un mayor crecimiento económico y la generación de oportunidad de empleos (en lugar de subsidios).

Tres. Carece de amplia experiencia en la Administración Pública Federal. Nunca ha ganado una elección popular, ni gobernado un entidad federativa u ocupado una Secretaría de Estado. Aunque los analistas reconocen su capacidad de estrategia e inteligencia, en ese sentido, figuras como AMLO o Meade tienen un atractivo mucho más amplio.

EL CIUDADANO MEADE INICIA TAMBALEANTE

Jose Antonio Meade Kuribreña iniciará en Mérida, Yucatán. Uno de los nueve estados que este año elegirán nuevo Gobernador. Y quizá el único en donde el PRI se lleve la victoria, señalan algunos de los especialistas consultados. La entidad es un bastión priista -salvo por un pequeño desliz ocurrido entre 2001 y 2007, cuando el panista Patricio Patrón Laviada gobernó-. Entonces se irá a la segura, donde será bien recibido, comentan.

Sin embargo, Meade es el candidato “que tiene más debilidades, no cabe duda”, resaltó el doctorando Juan Luis Hernández Avendaño. “Tanto por su persona como por el contexto. Es una candidatura con dobles mensajes: priista-no priista; panista-no panista… Y una candidatura es mucho más débil cuando aparece con estas ambigüedades que si apareciera como un verdadero priista”, explicó.

Pese a que el tecnócrata “sigue siendo un candidato con algunas de las mejores credenciales […] en términos de experiencia y de gobierno”, analistas como Francisco Abundis observan un terrible lastre para el presidenciable: es el abanderado del partido oficial –el PRI– y del Presidente Enrique Peña Nieto, cuyo gobierno es uno “de los más corruptos de la historia”.

Según las cifras del think tank estadounidense Pew Research, el 72 por ciento de los mexicanos encuestados dijo repudiar al Revolucionario Institucional. En el caso del Presidente Peña Nieto, el 69 por ciento manifestó su rechazo. Y esta suerte hace que las fortalezas de Meade “sean personales y sus debilidades institucionales. Como reto él tiene que comunicar que él está por encima del partido; que no lo empaqueten como el partido porque entonces pierde todo su potencial”, dijo Abundis.

Ulterior a esa “marca del PRI”, como la llamó Nicolás Loza del FLACSO, los entrevistados indicaron que será muy difícil que se deshaga de los estigmas que lo persiguen, ya que aunque él no ha sido objeto de señalamientos directos de corrupción, ha estado involucrado –como “tapadera”– en escándalos como el desfalco de Juntos Podemos y la estafa maestra de Hacienda y del priista César Duarte Jáquez.

Jose Antonio Meade tendrá muchas barreras que superar. “Empieza las campañas siendo, muy probablemente, el tercer lugar. Y quizá lo único que atempera un poco [la desventaja] es que el ataque que tendieron contra Anaya aparentemente sí tuvo un costo para Anaya, aunque es discutible”, refirió Loza.

Lo único esperanzador para Meade y los priistas “es que efectivamente están todavía por la disputa del segundo lugar. Y que Meade, pese a todo, sí tiene la imagen de ser un individuo preparado, inteligente y honorable. No creo, a pesar de las acusaciones que hay en su contra por sus omisiones, hayan sido reales o no, que le hayan hecho el daño que si le han hecho a Anaya”, continuó diciendo el académico.

También, los especialistas observaron que el ciudadano Meade no cuaja en las preferencias de la ciudadanía ni al interior del partido que lo abandera.

“Tiene una debilidad muy grande en torno a su conexión con la sociedad en general. Trata de representar los intereses de los ciudadanos y en realidad no ha sabido ni siquiera hablarle a los ciudadanos en clave ciudadana […]. No puede porque hasta ahora se ha dedicado a conectar con el PRI y a defender además [al partido] de los rastros de corrupción que está dejando el PRI, el gobierno”, comentó Avendaño de la Ibero Puebla.

Además genera “fracturas” o desconfianza en algunas estructuras internas y locales del PRI “por no posicionarse como un candidato fuerte a nivel electoral”, dijo el doctor Gustavo López Montiel del ITESM. “No ha sabido estructurar los elementos que apoyen su candidatura al interior del partido”, abundó.

Meade lucha por alzar vuelo en las preferencias electorales, pero la mala imagen del PRI y del Presidente Peña son un lastre difícil de superar, consideran especialistas. Foto: Diego Simón Sánchez, Agencia Cuartoscuro.

No obstante no todo es mala noticia. Meade tiene fortalezas también, entre las que destacan:

Uno. “La posibilidad de que lo arrope una estructura con mucho dinero desde la Presidencia de la República”, explicó Avendaño. Su alternativa, concuerdan los analistas, es la guerra sucia y aguardar que las viejas usanzas y artimañas de la estructura priista rindan efecto –llámese cooptar el voto, tácticas de desinformación y desprestigio, uso faccioso de las instituciones, etcétera–.

Dos. Gracias a su trayectoria en la Administración Pública Federal, las clases media y media alta del país lo observan como un funcionario que puede dar resultados como si fuera el guardián de la estabilidad económica, mencionaron los politólogos. Si a ello sumamos que gran parte de la ciudadanía lo observa como un funcionario honesto, tenemos un candidato que no tiene más detractores que aquellos con quienes se asoció, concluyeron.

MARGARITA, EN UN MAL MOMENTO

Margarita Zavala Gómez del Campo iniciará su camino independiente a las faldas del Ángel de la Independencia de la Ciudad de México. Su mayor fuerte será su imagen como mujer porque será la única candidata presidencial en 2018, destacan los académicos y el estadístico consultados por este medio digital.

En lo general, refiere Francisco Abundis de Parametría, el problema es que “todavía estamos en un país en donde los independientes no son necesariamente una opción política que se pueda comparar a la de un partido, más si es un partido que ha gobernado. Todavía nuestra cultura política no sé si da para un independiente”.

En contraste, reconoció que “da la impresión de que, cuando hay campañas negativas y el elector busca salida, una buena salida puede ser la candidata independiente. Ella se convierte en una muy buena opción. Tiene buena imagen [y] de hecho no le llegan a afectar tanto los negativos que pudiera tener de [Felipe] Calderón”.

En esto concordaron de manera unánime los analistas. Aunque Avendaño añadió que “el problema es cuando empieza a hablar [porque] parece no tener ideas claras ni ideas contundentes para resolver problemas”.

Margarita tendrá fortaleza por votos independientes, pero el sexenio de Calderón, su esposo, y las firmas “simuladas” podrían aguarle la fiesta, dicen politólogos. Foto: Victoria Valtierra, Agencia Cuartoscuro.

Como balance, los especialistas coinciden también en que “no hay ningún perfil tan panista, tan calderonista como el de ella”. Y como explicó el doctor Gustavo López Montiel, Margarita Zavala “articula muy bien el discurso tradicional del PAN, que es un discurso que es atractivo a los panistas y a los priistas de derecha”.

Por lo demás, Nicolás Loza mencionó que si Zavala “logra convencer a la gente de que está trabajando sin dinero público, sin partido, como mujer, habiendo logrado las firmas en un proceso que es especialmente difícil para los independientes, y además considerando que tiene un piso [electoral] de alrededor del siete por ciento de intenciones de voto, no la daría por mala”.

A su juicio, existe la remota posibilidad –que ya se han dado en otros contextos– de que ella pudiera “rebasar por la derecha, digamos, al propio Medae y Anaya. Sobre todo si Anaya no logra reponerse” en términos electorales.

Entre sus debilidades, Margarita deberá superar “el rastro de lo que fue el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en donde a ella si bien no podemos ligarla a los resultados, finalmente sí compartió la casa presidencial y tuvo aspectos de diálogo y de encuentro con muchos actores de la sociedad civil que le permitieron conocer el estatus del país que su marido, particularmente, implosionó en términos de violencia. Su principal debilidad es Felipe Calderón”, apuntó Avendaño.

Otro problema ligado a la ex Primera Dama es que representa “una candidatura independiente de lo que podríamos denominar candidaturas independientes de los políticos malqueridos en sus partidos […] sin ser genuinamente representantes de los intereses ciudadanos”, según el académico de la Ibero.

Además está el fraude de las firmas, que de acuerdo con Nicolás Loza, aunque ella logró el número de firmas legítimas, empero, presentó firmas “simuladas”. Y aunque fueron menos de 500 de entre más de un millón, o que inclusive tuvo menos que Ríos Piter y “El Bronco”, “mucha gente realmente no hace estos matices. Ve a todos como igualmente simuladores”, explicó.

Y finalmente, López Montiel señaló que “las campañas se ganan con estructura. Lo que le falta a ella, obviamente, es una capacidad de construir una estructura capaz de articular votos y defender esos votos. Va a ser muy complicado para Margarita Zavala obtener o pasar de un porcentaje de entre el cinco y siete por ciento, que es lo que tiene, y trasladarlo a votos. Porque el día de la elección no es sólo la simpatía por un candidato la que vota, sino más bien, la capacidad de movilizar votos desde las estructuras”.

Efrén Flores
Es politólogo por la UNAM. En SinEmbargo se ha especializado en el análisis de datos. Su investigación periodística es multitemática, pero sobre todo enfocada en temas políticos y económicos.
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