Quizá el Presidente Enrique Peña Nieto tenía razón: para repartir correctamente el dinero es necesario ser “la señora de la casa”. SinEmbargo salió a las calles para preguntar a las jefas de familia, consideradas las mejores administradoras en este país, cómo repartirían el presupuesto de la Nación si tuvieran ese poder.
Por Crisanto Rodríguez y Dulce Olvera
Ciudad de México, 29 de mayo (SinEmbargo).– Las amas de casa son conocidas por ser unas excelentes administradoras y hacer malabares para que los ingresos alcancen para satisfacer las necesidades básicas de todos los miembros de una familia.
Esa no una es tarea fácil: de acuerdo con un panel del expertos agrupados en la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que se realizó el mes pasado, el costo diario de la canasta alimentaria básica fue de 89.30 pesos, mientras que el salario mínimo llegó a los 73.04 pesos. Esta canasta incluye 12 productos, entre ellos los cereales, proteína animal, lácteos, frutas y verduras, transporte, educación y esparcimiento.
Datos de finales de 2014 mostraban que 6.7 millones de mexicanos tenían que vivir con un salario mínimo.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó el viernes pasado que el valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados alcanzó un nivel equivalente a 4.2 billones de pesos en el 2014, lo que representó el 24.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, gracias a actividades como limpiar y dar mantenimiento a la casa, ir de compras y llevar la administración del hogar, así como cuidar y alimentar a la familia.
Del 24.2 por ciento del PIB de México que aportó el trabajo en el hogar el año pasado, el 74.4 por ciento fue realizado por mujeres y niñas, sobre todo en cuidados y apoyos (33 por ciento) así como en proporcionar alimentación (18.4 por ciento).
