Por Francisco Navarro Fausto
Tijuana, BC, 30 de abril (SinEmbargo/Zeta).– “Necesitamos evitar pasar de un monopolio estatal, a un oligopolio de multiempresas”, afirmó el líder de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón Castañón, en entrevista exclusiva con el semanario Zeta.
De entrada, Castañón Castañón mencionó que el crecimiento que el gobierno federal tenía estimado arriba del 3 por ciento no se dará a finales de 2014. El dirigente patronal afirmó que a partir del segundo semestre del año habrá una reactivación de la economía, pero no será suficiente.
Es imperativo, dijo, generar leyes secundarias acordes a la realidad económica del país, para que el desarrollo de México pueda despegar, de lo contrario ante una vicisitud económica internacional el país volverá a caer en una crisis de la cual tardaría mucho en recuperarse.
El directivo empresarial reconoció el trabajo de la Cámara de Diputados actual, pero urgió a los legisladores a que dejen de lado los intereses de partido y para generar acuerdos tanto en las reformas estructurales como en sus leyes secundarias.
Dentro de los aciertos del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, consideró el haber generado un consenso para la aprobación de las reformas, empero el yerro fue la homologación del IVA en la frontera y la Reforma Hacendaria.
–A principios de año usted mencionaba que esperaba un crecimiento general de la economía mexicana. Han pasado ya los primeros tres meses del año y la expectativa de crecimiento se empieza a esfumar, al principio era del 3.23 por ciento y pasa al 3.09 por ciento, esto de acuerdo a la encuestas que hace el Banco de México. ¿Cuál es su expectativa de crecimiento para México?
–Habíamos pensado en un 3.5 por ciento pero hicimos una apreciación este primer trimestre de que pudiéramos alcanzar el 3 por ciento anual. El crecimiento de este primer trimestre ha sido menor a lo que pudiéramos haber esperado. Los efectos de la Reforma Fiscal en la economía han tenido un impacto en el consumo, en las inversiones, lo que no nos permite pensar que pudiéramos pasar al 3.9 por ciento que el gobierno fijó como expectativa de crecimiento.
Nuestra visión es que sí vamos a empezar a crecer a partir del segundo semestre, pero el crecimiento no va a alcanzar el promedio de 3.9 en todo el año. Todavía tenemos el desempeño económico de abril y mayo, que no será interesante.
El crecimiento del empleo ha sido menor al del año anterior. Nos preocupa que la generación de empleo se dé en un porcentaje importante en la eventualidad. Esto quiere decir que todavía necesitamos que la confianza en las inversiones, desarrollo, y crecimiento se dé en México para que sea sustentable.
—¿Qué significa esto, en términos políticos, para la administración de Enrique Peña Nieto y para el PRI?
–Aquí no se trata de qué partido político gobierne por entidad, municipio o federación. Lo importante es que las cosas empiecen a funcionar en todo el país.
Y, sí, efectivamente necesitamos que el Ejecutivo termine con la batería de reformas, que se generen unas buenas leyes secundarias, que exista un entorno en que podamos hacer una revisión de la ley fiscal que nos ha causado algunos problemas en la economía y que podamos tomar un esquema de certeza jurídica, confianza y crecimiento donde todos hagamos lo que nos corresponde. Aplicar la ley, el estado de derecho y política pública.
Y, por otro lado, los empresarios deben generar empleos inversiones y desarrollo. Porque la única forma de que una economía se fortalezca es a través de empleos en las empresas. No vas a generar crecimiento económico sustentable si no lo haces a través de ellas. Podrías generarlo temporalmente con el gasto público, pero las empresas son inversiones que se quedan para siempre. Es importante que establezcamos el entorno mediante el cual se generen inversiones y crecimiento. Sin importar si son micro, pequeñas y medianas empresas.
—¿Qué tanta apertura ha tenido la Coparmex con el actual gobierno federal para exponer sus pendientes y obtener una respuesta provechosa?
–Desde la transición, y ya en el ejercicio de la administración, hemos tenido constante diálogo. Es una responsabilidad compartida, somos parte de una misma nación, por supuesto que no somos parte de la administración pero tenemos que trabajar juntos. Y ha habido apertura para el diálogo para escuchar las razones por las cuales damos nuestras posturas.
En algunas ocasiones no coincidimos. Un ejemplo de coincidencia es la expectativa que estamos construyendo como son unas buenas leyes secundarias en la Reforma Energética. Aunque hemos tenido diferencias en el tema de competencia económica. Quedan pendientes los efectos de una ley en materia fiscal. Nunca rompimos el diálogo. Logramos ser escuchados. Tuvimos diferencia en algunos puntos, pero el diálogo ha continuado para en las mesas de trabajo dar nuestros argumentos y propuesta de cómo mejorar las variables económicas que lleven a México a un desarrollo más sostenible.
—En el tema del empleo se esperaba que con la Reforma Laboral que entró en vigor desde 2013, aumentara el número de plazas. Sin embargo y de acuerdo al Inegi la tasa del desempleo se colocó arriba del 5 por ciento. ¿Cuál es la lectura que usted hace de esta situación?
–Hay que tomar en cuenta el desarrollo económico del país. Es decir, estamos en una base demográfica importante donde muchos jóvenes se incorporan a la edad de trabajar, de hecho necesitamos generar un millón 200 mil empleos anuales para que los jóvenes obtengan oportunidades de trabajo.
Por el otro lado, si no se detonan las inversiones no se generan empleos ni oportunidades. Así, mientras que son más los que demandan empleos por otro lado se generan menos empleos por la circunstancia económica que acabamos de describir. El indicador del desempleo es demográfico y económico. Como tercer variable está la estructura económica del país y en ésta se encuentra la economía informal. Que es el 60 por ciento a nivel nacional y absorbe mucho de este desempleo.
La lectura de todo esto es una consecuencia del desempeño económico que estamos teniendo y la urgencia de tener terminadas las Reformas Estructurales y las leyes secundarias para que la confianza en las inversiones se empiece a dar y se mueva la economía y así abatir el desempleo”.
—En el exterior han reconocido a la presente administración federal por llevar a cabo las reformas estructurales, sin embargo el descontento en el país es cada vez mayor por el aumento del desempleo, las complicaciones fiscales, el alza inflacionaria y la caída de la confianza del consumidor. ¿De seguir esta dinámica cuáles pueden ser las consecuencias para México a corto, mediano y largo plazo?
–La urgencia de tener concluidas la reformas y leyes secundarias es muy importante. Y que estas leyes, no por la urgencia las tengamos mediocres o descafeinadas porque tienen que ser profundas y respetar o ser acordes a la Constitución. De apertura, modernidad, de disminución del costo del país, de mayor participación de empresas y los particulares en la economía. Éstas tienen que ser congruentes para no generar una desilusión internacional hacia México.
Nosotros, como organización empresarial, recibimos cada 15 días el interés de otras organizaciones empresariales del mundo de querer hacer alianza estratégicas con empresarios mexicanos. De querer investigar cómo va la economía en México las reformas en la economía. De ver la posibilidad de generar vertebración interna en la economía, región por región.
Si generamos una buenas Leyes Secundarias y la confianza, si trabajamos en seguridad, que es un tema muy importante, tenemos que consolidar en todo el país el trabajo por la seguridad y si los efectos en la reforma educativa son profundos y damos el paso hacia la calidad son los tres pilares que nos dan en crecimiento y desarrollo. Si no lo hacemos bien, será otra anécdota de la historia, otra etapa del país en que generamos expectativas hacia el mundo pero finalmente los mexicanos no cumplimos.
—Para el sector que usted representa, ¿cuáles son los aciertos de la presente administración federal y cuáles son los errores?
–El principal acierto que lo ha distinguido es la apertura para el consenso, generar la posibilidad de reformas estructurales, que habían intentado hacer en materia energética los ex presidentes Zedillo [Ernesto Zedillo Ponce de León, del PRI], Fox [Vicente Fox Quesada, del PAN], Calderón [Felipe Calderón Hinojosa, del PAN] y no lo pudieron lograr. El tener esa oportunidad y no esperarse a que haya otros tiempos, como nos dijeron anteriormente como sociedad, es un acierto. Esto significa conceder, escuchar, equilibrar, no significa imponer, mantener un diálogo con los actores.
Por supuesto que en el camino se cometen algunas… eh… visiones no compartidas que terminan afectando a la economía. En esto, nuestro punto de vista y lo dejamos muy claro desde el principio: nos pareció que la homologación del IVA a las fronteras no solamente por ser ella, sino todo el espíritu de la Reforma Fiscal, no iba de acuerdo al espíritu del desarrollo de la formalización de la economía, de más empleos con seguridad social y que es necesario revisarlas versus efectos y corregirlas.
Nosotros hemos hecho un acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), estamos trabajando en un estudio de los efectos, para que con datos duros y con propuestas específicas podamos corregir algunas de las variables económicas, en materia fiscal y de cuidado económico para tener una plataforma y retomar el rumbo del desarrollo y además alcanzar niveles de desarrollo satisfactorios.
México necesita crecer al 5 por ciento anual, formalizar su economía y eso no lo vamos a alcanzar solamente con una Reforma Fiscal. Necesitamos, disciplina fiscal en el gasto, que se aterricen las leyes en oportunidades de apertura. Inversiones nacionales y extranjeras. Estado de Derecho. Instituciones sólidas, firmes, transparencia en el gasto, conservar disciplina en las variables económicas; entre ellas el gasto y endeudamiento. Es decir una serie de factores para tener un desarrollo sostenible de 10 años.
Sí, tenemos esta oportunidad de ser una de las economías del mundo, pero tiene que estar sustentada en política pública que nos genere oportunidades de prosperidad, en un estado de derecho, instituciones sólidas firmes y un tercer pilar, la educación. Éstos nos pueden llevar a un verdadero desarrollo, lo demás son discursos, son posturas políticas circunstanciales, coyunturales.
—La Reforma Hacendaria afectó el tema de deducciones que hacían las empresas a sus trabajadores. ¿Cuáles son los principales efectos de la Reforma Fiscal desde la óptica de la Coparmex?
–Se disminuyó el consumo en los tres primeros meses del año y abril no va a ser la excepción. Según nos dijo la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales) tuvieron una baja en sus ventas muy importantes. Algunos de los reportes nos indican que son el peor trimestre en los últimos 10 años para las empresas. Esto es el efecto de aumentar precio de productos con un 8 por ciento en alimentos calóricos y con edulcorantes. Y aumentar en el caso de la zona fronteriza la homologación del IVA. El efecto de la deducibilidad tiene un impacto del 7 por ciento del costo laboral. Adicionalmente hay una actualización natural por inflación y por productividad y si ésta no se puede aumentar porque no hay condiciones para la inversión entonces el ingreso neto ha disminuido y la expectativa de mejora en el corto plazo no mejora.
—Corresponde al sector empresarial generar empleos. ¿Qué están haciendo para crearlos en el entorno de inseguridad y de incertidumbre económica que se vive en el país?
–Lo que te comentaba, los pilares son educación, seguridad (dentro de ellos estado de derecho), no solamente que no haya violencia urbana, sino que haya convivencia entre los mexicano. Respeto a administraciones. Los que administran las instituciones, no sean los jueces, sino solamente administradores de proceso transparentes, porque cuando lo hacen entonces como decía un presidente de México, la ley para enemigos, y la ley y la gracia para mis amigos. Que haya consecuencias y combate a la corrupción. No impunidad. Y por otro lado las condiciones de prosperidad que hemos venido comentando.
Al Estado mexicano lo componen los tres órdenes de gobierno, por tanto tenemos que trabajar ahí. En la convicción de que el desarrollo será de lo local para lo nacional. Y no pensar que nos van a resolver desde Los Pinos o San Lázaro. Ellos tienen sus obligaciones pero también aquí el congreso del estado y el municipio tienen una responsabilidad en estado de derecho en política pública y para la prosperidad.
Tener una visión en qué trabajamos juntos los empresarios, profesionistas, maestros, hacia dónde queremos llevar el Estado y cuáles son nuestras metas en los próximos 6 años a nivel estatal, en los próximos 3 años a nivel municipal. A dónde queremos llevar el desarrollo en educación, estado de derecho y condiciones de prosperidad. Si así lo tenemos detonamos más rápido el crecimiento y desarrollo.
En Baja California debemos estar orgullosos de que las desigualdades no son tan fuertes como en otros estados. Es el número 10 en competitividad. Hay 110 mil personas en extrema pobreza (3.5 por ciento) y un millón en pobreza (32 por ciento de la población). Podríamos decir que son satisfactorios si los comparamos con estados del sureste donde la pobreza extrema llega arriba del 70 por ciento en pobreza.
Lo que distingue al gobierno del estado es que son gobiernos consecutivos dispuestos a escuchar haciendo esfuerzos por trabajar junto con la sociedad. Sobre todo una sociedad altamente participativa y comprometida. Lo que quiere decir que hay que profundizar en el modelo que puede cambiar a México.
Por lo anterior, insistíamos que las condiciones de la competitividad de la frontera norte eran diferentes, por tanto la homologación del IVA era condición de competitividad y teníamos que defenderla. En Coparmex estamos ciertos que la frontera norte se tiene que considerar como una Zona Económica Estratégica y tiene que haber diferenciación en variables de competitividad.
—Pensando en las reformas estructurales y el dilema de las leyes secundarias que aún no terminan de definirse ni en materia de Telecomunicaciones o con respecto a la Reforma Energética ¿qué calificación le daría a la actual Legislatura?
–Eh… me resisto a las preguntas que se suscriben a un solo número para calificar. Y si me permites me explico, porque siempre hay que ver un juicio holístico de las cosas. Las reformas son muy importantes. Este congreso ha trabajado muy intenso desde hace año y medio. Puedo dar constancia que los últimos ocho meses han sido abiertos a los distintos sectores en las distintas leyes que están analizando.
Evidentemente ha tenido claroscuros porque tuvimos serios problemas con la Reforma Fiscal pero tenemos acuerdos con algunos partidos representados en el congreso con la Ley de Competencia Económica y con la Ley Energética y hoy es el gran reto la de Telecomunicaciones.
Si tu pregunta es ¿qué esperamos? Que legislen sin poner condiciones de negociación política, no pueden anteponerse negociar una ley para después negociar la otra, sino cada ley tiene su propia problemática con una visión de estado. No puede negociarse la Ley de Energía anteponiendo los intereses de partidos a la Ley de Telecomunicaciones. O en la Reforma Política tiene que haber visión y responsabilidad de los legisladores en ese sentido.
Los socios y sus trabajadores nos han pedido que califiquemos y transparentemos la actividad de los legisladores porque es una responsabilidad que tienen ellos ante quienes los eligieron. Por eso hemos difundido el sentido del voto en cada una de las Reformas Estructurales que se tuvieron el año pasado. Por eso puedo mencionar nuestro reconocimiento al trabajo intenso. Hemos coincidido en algunas cosas y en otras no. Evidentemente en el mismo congreso tienen sus diferencias. Pero estamos trabajando con ellos. Este congreso pasará a la historia como uno de trabajo intenso y las consecuencias de ello lo veremos en este año y otras en el tiempo.
Necesitamos evitar pasar de un monopolio estatal a un oligopolio de multiempresas. Tenemos el gran reto del contenido nacional en materia de energía, telecomunicaciones y disminuir el costo país”.
—¿Considera sostenible el actual sistema de pensiones que existe en México?
–Todo el sistema de seguridad social tiene que revisarse. No estamos de acuerdo que nuestros trabajadores en la economía formal con sus impuestos paguen pensiones de los que no están en la economía formal y no han contribuido sabemos que debemos contribuir con los que están en la economía informal para disminuir las diferencias pero hay muchas personas que están en la informalidad que tienen medios de subsistencia, de progreso y desarrollo, que tienen responsabilidad con todos los demás.
En materia de pensiones, de seguridad social necesitamos una gran reforma. Nuestro modelo de pensiones y de salud responde a esquemas del siglo XX y los retos son del siglo XXI y ahí tenemos que cooperar todos.
–En caso de que el entorno económico mundial perdiera su equilibrio, con el actual esquema económico que tenemos, ¿México podría resistir una crisis?
–Es importante que generemos esta batería de reformas, que las concluyamos y que empecemos a traducirla en la fortaleza de la economía interna. México ha tenido un desempeño económico mediocre. En los últimos 30 años un promedio de 2.5 por ciento anual. Y en estos claroscuros hemos visto cómo en este tiempo hicimos muchos Méxicos. El que se ha podido desarrollar y ha crecido a tasas mayores del promedio y el que se ha quedado rezagado y que ha decrecido inclusive, dependemos mucho de las exportaciones y del mercado interno de consumo de Estados Unidos casi el 80 por ciento de las exportaciones van para allá. Y una buena parte son el clúster automotriz, la industria petrolera y petroquímica y los otros clúster que hemos venido trasformando, debemos arraigarlos para fortalecer la economía interna.
Si el modelo económico mundial no resiste, porque todavía está como que empieza a funcionar y no tenemos las variables económicas internas de fortaleza nos vamos a ir a una crisis que nos arrastre.
