RESEÑA | “Por un puñado de balas”, de Francisco Haghenbeck

30/07/2016 - 12:03 am
Por un puñado de balas, analizada por Iván Farías. Foto: Especial
Por un puñado de balas, analizada por Iván Farías. Foto: Especial

En el caso de Sunny Pascal, el genial detective creado  F. G. Haghenbeck, uno se abandona a su conducción para dejarse llevar a los más enloquecidos lugares en los que se mete.

Por Iván Farías

Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).- Dice Michael Connelly que en la literatura policíaca necesitamos un detective con gran personalidad que será nuestro chofer en el viaje. Si no confiamos en él, no nos dejaremos llevar.

En el caso de Sunny Pascal, el genial detective creado  F. G. Haghenbeck, uno se abandona a su conducción para dejarse llevar a los más enloquecidos lugares en los que se mete.

Pascal, mitad mexicano, mitad, gringo, mitad surfer, mitad loco, mitad cuerdo, vió la luz en “Trago amargo” cuando fue contratado como seguridad en la filmación de “La noche de la Iguana”, dirigida por John Huston y filmada en Puerto Vallarta. Ahí Sunny haría malabares para beber, esconder un crimen y soltar frases ácidas como quien camina. Regresaría en “El caso tequila”, esta vez en Acapulco, donde nos recetaría la misma receta de golpes, cocteles, personalidades del cine y la cultura y una trama muy bien elaborada.

Pascal vuelve, cinco años después de su último trabajo, para salir de México y embarcarse en la España franquista. En su nueva novela Haghenbeck, editada por Océano y llamada “Por un puñado de balas”, Pascal se topará frente a frente con Buñuel, Sergio Leone, Lee Van Cleef, Clint Eastwood y el endiablado Klaus Kinski. Las cosas se pondrán tan complicadas Sunny que acabará dejando la piel en el camino.

"Le debo mucho a este muchacho", dice Francisco Hahgenbeck. Foto: Facebook
“Le debo mucho a este muchacho”, dice Francisco Hahgenbeck. Foto: Facebook

¿Cuál es el secreto de Haghenbeck para utilizar un cliché tan viejo como el detective privado y darle un aire nuevo? Pues recurrir a la receta original y salpimentarla de una gran investigación. El escritor poblano es un legítimo heredero de Chandler, solo es cosa de leer sus diálogos chispeantes (“Mientras no matemos a nadie. No me gusta la sangre. Siempre es difícil de lavar”), pero le agrega el cinismo propio de quien no le importa nada.

Otro gran acierto del autor es recrear con verosimilitud eventos y personajes históricos. En sus manos, gente muerta años atrás parece revivir sin problemas. Nos hace sentir que nos enfrentamos a golpes con un Klaus Kinski, que no para de devorar mujeres o con la temida Guardia Civil franquista. Mientras avanzamos en su lectura llegamos a dudar si en verdad Sunny existe o es solamente la imaginación de Haghenbeck quien lo hace tomar corporalidad.

Además, nos regala una trama llena de retruécanos, de giros, que nos mantiene todo el tiempo con la contradicción de quererla acabar y al mismo tiempo no desear que se termine. Esperemos no tarde otros cinco años antes de tener de regreso a Sunny.

¿Quién es Francisco Haghenbeck? Nació en la Ciudad de México en 1965 y es uno de los narradores más importantes de las nuevas generaciones. Se ha destacado como novelista, cuentista y creador de cómics. Fue coescritor y cocreador de Crimson , creador y escritor de Alternationy es el único mexicano que ha escrito una versión de Superman para DC Comics. Entre sus títulos destaca Hierba santa , que se ha convertido en bestseller internacional, además ha publicado La primavera del mal, El diablo me obligó, Trago amargo, Un mexicano en cada hijo, Corre mexicano corre, El código nazi y El caso Tequila , entre otros. En 2006 recibió el prestigioso premio Otra vuelta de tuerca para novela policíaca; en 2013 fue reconocido con el prestigioso Gourmand Award, de Francia y el Nocte a la mejor novela extranjera, de España, y en 2014 el premio José Rubén Romero del INBA México.

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