Francisco Toledo: “No veo un país. Veo una masa oscura, putrefacta”

10/10/2015 - 12:00 am

La leyenda frente la muerte: “Es el fin de los males”. El artista frente al país: “Veo toda una masa oscura, una masa putrefacta. Hay una descomposición terrible en las instituciones, en escuelas, en cámaras de comercio”. Francisco Toledo habla sobre Oaxaca en esta entrevista, y recula: “No sólo es Oaxaca. Es México, con partidos que se reparten el poder, el dinero. Es una tristeza…”

Francisco Toledo durante una marcha para exigir justicia para los cinco asesinados en la colonia Narvarte, en el DF, entre ellos el periodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera. Foto: Arturo Pérez, Cuartoscuro
Francisco Toledo durante una marcha para exigir justicia para los cinco asesinados en la colonia Narvarte, en el DF, entre ellos el periodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera. Foto: Arturo Pérez, Cuartoscuro

San Agustín Etla, 10 de octubre (SinEmbargo).– Sorprende la fuerza de su mirada. En sus manos morenas, curtidas, tozudas, juguetean sus conejos, sus changos, revolotean sus murciélagos y reptan sus cocodrilos. Los animales de Francisco Toledo son universales y vigentes. Su voz suave, murmullo de palabras, parecería no encajar con la fuerte carga de indignación que enmarca a su frase cuando le pregunto sobre México:

–No veo un país. Veo toda una masa oscura, una masa putrefacta. Hay una descomposición terrible en las instituciones…

Estamos sentados sobre una banca de cemento, bajo la sombra generosa de un sauce milenario que nos arropa como la madre al hijo. Toledo arquea los brazos, paralelos a su cuerpo, y escucha. Con la mano derecha, impulsivo, se revuelve el cabello con vigor, reflejando un mar embravecido, picado. Toledo responde y evade. Toledo impaciente. Toledo el pintor. Toledo el artista plástico. Toledo el genio.

–Estamos frente al artista mexicano vivo más importante y reconocido en el mundo… –le confieso a mi grabadora para guardar la voz de Toledo.

–Muy buenas… –me dice, bajando la mirada, no sé si apenado o agobiado por mi presentación meliflua, aunque sincera. Me relampaguea en la mente una imagen: la de un niño cuando se le alaba por algo, y muestra una vergüenza sincera, diáfana.

Preguntas y respuestas flotan y corren llevadas por ese viento fresco e impertinente que baja de las entrañas del cerro y recorre el Centro de las Artes San Agustín, en la parte alta del poblado de San Agustín Etla, a unos cuarenta minutos de Oaxaca capital. Aquí, donde ese mismo viento da vuelta y se estrella en la sierra oaxaqueña. Aquí, el sitio dónde Toledo me ha querido recibir. Aquí hablamos.

Toledo y el encaprichamiento del Gobernador Gabino Cué para perforar los pulmones del Cerro del Fortín y construir un Centro de Convenciones que bien puede irse a otra parte: “Es una testarudez de político todopoderoso”.

Toledo y Kafka: “Me ha atrapado, y lo he ilustrado”.

Toledo y la muerte: “Es el fin de los males”.

Francisco Toledo, contra el capricho del Gobernador Gabino Cué. Foto: Cuartoscuro
Francisco Toledo, contra el capricho del Gobernador Gabino Cué. Foto: Cuartoscuro

“NO ES MI EGO…”

En ese rincón oaxaqueño, apacible, inspirador, fresco, lejano de las vejaciones contaminantes al aire y a la tierra, Francisco Toledo es pez en agua. Camina a zancadas, como si tuviera prisa. “Habrá una exposición en el Museo de Arte Moderno en la ciudad de México. Tenemos mucho trabajo”, me dice. Valora su tiempo, tiempo de genio valorado también por el reportero.

Es Toledo, pues…

Nos sentamos. ¿Listo, maestro? Me responde asintiendo, con un gesto como diciendo sí, es evidente que estoy listo. No debí habérselo preguntado. ¿Cómo diablos se me ocurre preguntarle a Francisco Toledo si está listo? En fin.

El tema: la construcción del Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín.

–Yo llego con usted muy enojado por la forma cómo lo han tratado, maestro Toledo, al oponerse a la construcción del Centro de Convenciones. No se merece usted este trato.

–Bueno, creo que hemos incomodado a los políticos, a los burócratas y ese es el pago: amenazas, insultos. No me preocupa mucho lo que me hagan a mí –dice.

–No le preocupa a usted el trato, pero sí el problema.

–Sí, a mí pueden maltratarme lo que quieran pero el conflicto allí sigue, y debe resolverse en favor de la ciudadanía, y no a favor de unos cuántos, de los dueños de los hoteles circunvecinos a donde se quiere construir el Centro de Convenciones.

Se refiere, entre otros, al Hotel Victoria, propiedad del Secretario de Turismo de Oaxaca,  José Zorrilla, colaborador íntimo del Gobernador Gabino Cué, en un evidente conflicto de interés, hoy tan de moda.

–Este problema –arrasar con parte del Cerro del Fortín para construir el Centro–, ni siquiera debería estar a discusión, maestro.

–Sí. Aparte ya se destruyó un jardín que los hermanos de Palo Alto, California, crearon y sembraron, junto con oaxaqueños, hace veinte años. Y pues allí quieren hacer un estacionamiento de seis pisos, para seiscientos automóviles, que es una locura. La reserva ecológica se va a destruir, se destruirán árboles al construir; se va a detener la bajada de las aguas que corre sobre el cerro, en fin, va a haber tal vez no un desastre ecológico, pero sí va a cambiar la situación ecológica de esta zona; las viviendas, quienes viven alrededor; va a haber un cambio muy negativo.

–Siento un encaprichamiento del Gobernador Gabino Cué, un desafío hacia Toledo y hacia quienes se oponen al Centro de Convenciones.

–Es que también se ha personalizado esta lucha. Quienes empezaron primero a protestar son los vecinos, y luego nos pidieron que interviniéramos. Nos organizamos desde hace muchos años, teníamos relaciones con la prensa, con la radio, con partidos, con políticos y ciudadanos, y empezamos a protestar también. A mí me ponen al frente pero yo no soy el único que dirige todo esto. Es la inconformidad de los vecinos, sobre todo –dice Toledo.

Agrega: “No es un pleito, como dice Gabino, de mi ego o de mis caprichos, de que no quiero que allí se haga el Centro. El INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) ya hizo un pronunciamiento, la UNESCO también ha hecho señalamientos, así como grupos ecológicos y geólogos porque allí hay una falla, y  dicen que es peligroso construir en esa zona. Entonces no es Toledo, no es mi capricho”.

Toledo punza: “Enviamos una carta a Gabino y al secretario de Turismo, presentando otros proyectos, y no respondieron”.

Aún más: cuenta Toledo que el arquitecto Enrique Norten (hoy por hoy, sin duda, el más destacado y reconocido en el plano mundial) revisó y dijo que era un lugar muy incómodo para construir el Centro de Convenciones. Recomendó otros lugares y entregó otro proyecto a Gabino desde el principio de su sexenio, y nada. En su momento, hace muchos años, también lo rechazó el arquitecto Ramírez Vázquez (construir en el Fortín).

–¿Sabe qué es lo más curioso? Que Gabino Cué se va dentro de unos diez meses y ni siquiera va a ver terminado el Centro.

–Pues sí. Pero dejan ruinas y vuelven a la carga. Plantean ese proyecto nuevamente, y seguramente con modificaciones y más inversión. Y sí, es una lástima que [Gabino] lo esté planeando para no terminarlo, aunque es una construcción muy pobre. Es feo. Ni siquiera tiene la firma de un arquitecto reconocido. Es un proyecto muy pobre.

–Pero por muy pobre que sea, se le perfora el pulmón al Cerro del Fortín…

–…y a nosotros también de paso, a quienes vivimos en la ciudad.

–¿Es represión, maestro? Ver cuando lo empujaron a usted… ¡Eso no se vale!

Toledo ofrece una risita que se convierte en mueca. “Nosotros vamos a seguir otro rato y a ver qué pasa. Todavía hay leyes, se puede recurrir a amparos, no sé.

–¿La encuesta pública hecha el domingo 4 de octubre, preguntando a los oaxaqueños: ‘Quiere usted o no que se construya el Centro de Convenciones’, es una farsa, maestro?

–Claro, sí. Todo es una burla. No sé cómo se van a enfrentar las próximas elecciones [en junio de 2016 para elegir Gobernador], cuando la institución que las organiza [el Instituto Estatal Electoral de Oaxaca], hace algo tan desprestigiado. De todos modos las elecciones se harán. A lo mejor por el desprestigio se van a abstener de votar, aunque tampoco es una solución.

El artista. Foto: Cuartoscuro
El artista. Foto: Cuartoscuro

EL MÉXICO QUE VE TOLEDO

Hago pausa y Toledo se me adelanta.

¿Qué se puede hacer para cambiar a este país?, se autopregunta el artista en un ejercicio inesperado. Tal vez está pensando en voz alta. “No sólo es Oaxaca. Es México, con partidos que se reparten el poder, el dinero. Es una tristeza. Y nos piden cumplir con nuestras obligaciones fiscales. ¿Y para qué? Para que el dinero vaya a manos de unos cuántos”.

–¿Cómo ve al país, maestro Toledo? ¿Hay una descomposición?

–No veo país. Veo toda una masa oscura, una masa putrefacta. Hay una descomposición terrible en las instituciones, en escuelas, en cámaras de comercio. No sé. Hay una descomposición, sí, en todas las áreas de todas las instituciones.

Y  bueno, agreguemos la cosa del narco, la delincuencia organizada y cómo está ligada al poder político. “Es un caos”.

Francisco Toledo con Martin Moreno. Foto: Gina Mejía, especial para SinEmbargo
Francisco Toledo con Martin Moreno. Foto: Gina Mejía, especial para SinEmbargo

TOLEDO FRENTE A TOLEDO

Francisco Toledo no es fácil de entrevistar. Se impacienta. Se escapa de sí mismo, como una trucha que se resiste a ser atrapada por la mano humana. Con la mano derecha, otra vez, como garra, se remueve el cabello, una mata desordenada, grisácea, con entradas blancas, barba y bigote tan blancos como la nieve.

–¿Cuántas horas está trabajando al día, maestro?

–Pues mire, yo no tengo un cronómetro para saber cuántas horas trabajo…pero ya estoy preparando una exposición para el 22 de octubre en el Museo de Arte Moderno en la ciudad de México, estamos terminando las piezas que están en el horno, escoger las que salieron bien, tirar las que no están bien, fotografiarlas, empacarlas…catálogos, los textos…es mucho el trabajo pero mi familia me ayuda, mi hija, mi esposa.

–¿Qué le falta hacer a Francisco Toledo a estas alturas de su vida?

–Quedarme quieto en mi casa –sonríe y me mira a los ojos–. Siempre trabajo sobre la marcha.

–¿Qué lee Francisco Toledo?

–Me ha atrapado Kafka. Yo también soy ilustrador de textos, entonces hemos ilustrado muchos textos de Kafka. El “Informe para una Academia”, por ejemplo. También están sus diarios y algunas historias cortas que no terminó Kafka.

–¿Y mexicanos?

–Bueno, me gusta Rulfo sobre todo. Algunas cosas de Agustín Yáñez, cuando describe el mundo de la provincia, del campo. Un poco de todo.

–¿Qué música disfruta Francisco Toledo?

–Un poco de todo también. Nosotros tenemos una fonoteca muy amplia con toda la música que hemos podido adquirir, con todos los clásicos: Mozart, Bach. También escucho la música de los pueblos, grabaciones antiguas que se hicieron en México en los años veinte, treintas. Música de Asia, de África.

–¿Qué es la muerte para Francisco Toledo? ¿Piensa Toledo en la muerte?

–Bueno, más que nada es el deterioro del cuerpo ¿no? Cómo poco a poco va perdiendo la agilidad, los huesos que empiezan a fallar, la mente, dientes, pelos, oído…eso es lo que está más presente. Y la muerte pues es el derrumbe total de todos estos males que uno está padeciendo a los setenta y cinco años. “Es el fin de los males”.

–¡Pero yo lo veo muy bien, maestro Toledo! ¡Fuerte, lúcido, lo veo muy bien!

Toledo me regala una risotada y se vuelve a agitar el cabello. Vaya manía. Los genios siempre tienen manías. Me mira con ojos de niño travieso y suelta:

“Pues para hacer una carrera de aquí hasta allá arriba, pues ya no puedo…”, y desliza su mirada rumbo a la parte alta de ese paraíso del arte, decenas de escalones hacia arriba, rumbo al cénit, rumbo a la eternidad.

Toledo se pone de pie. Gina Mejía, su colaboradora, se acerca y nos toma fotos, juntos. Es también una recompensa de reportero. ¿Quién me la quita?

Se va el maestro, cuesta arriba, a zancadas, para saludar a personas que ya lo esperan. Detrás de él van sus changos, sus conejos, sus cocodrilos. Jamás lo abandonan. ¡Lo puedo jurar!

Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.
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