Investigadores de la Universidad Iberoamericana desarrollan el proyecto Fonocardiografía computarizada

02/05/2015 - 6:50 pm

Puebla, 2 May (Notimex).- El Departamento de Ciencias e Ingenierías de la Universidad Iberoamericana desarrolla el proyecto Fonocardiografía computarizada, que de manera digital procesa los sonidos del corazón humano y detecta indicios de problema de salud que permitirá canalizar, a los pacientes a revisión especializada.

Juan Carlos Colín Ortega, académico de dicho departamento, mencionó que hace décadas, cuando no había tanto equipo, los médicos cubanos y mexicanos tenían mucha fama porque eran buenos para la auscultación médica directamente a las personas, sin aparatos ni estudios adicionales.

Los galenos de entonces ponían la mano en el pecho a los pacientes, sentían su corazón, lo escuchaban, escuchaban el palpitar y observaban a la persona, y así eran muy hábiles para los diagnósticos médicos, pero conforme avanzó la tecnología se fue perdiendo dicha práctica.

En entrevista con Notimex precisó que este proyecto auxiliará a los médicos con poca experiencia, principalmente los que se ubican en zonas donde la población se encuentra en mayor vulnerabilidad.

El proyecto, en apariencia, se parece a un estetoscopio, pero consiste en utilizar la campana que se pone en el pecho, con la diferencia que ésta tiene en su interior un micrófono de bajo costo.

El mérito consiste en que el micrófono no fue diseñado para registrar un sonido como el del corazón, sino para la voz humana, ya que el corazón vibra a frecuencias mucho más bajas. Aplicando la ingeniería en el micrófono se puede registra el sonido del corazón.

La campana, en lugar de terminar en unos audífonos que se colocarían en los oídos, termina en una entrada para la computadora donde está el programa diseñado y, así, comience la interpretación de los sonidos.

“Los médicos asignados a clínicas de zonas marginadas o apartadas son recién egresados, sin mucha experiencia, específicamente en la revisión del funcionamiento del corazón de los pacientes. Es cuando la ingeniería ayuda en el proceso de diagnóstico”, argumentó.

El proyecto comenzó, dijo, hace cerca de tres años, por la inquietud de averiguar cómo, a través de la tecnología y a bajo costo, se podría apoyar a que la gente tenga más acceso al servicio médico a través de la tecnología, y no al revés.

Explicó que conforme los estudios son más sofisticados son más caros, entonces el beneficio le llega a quienes pueden pagar, porque ciertamente hay muchas patentes de equipo médico desarrollada por empresas mundiales.

El equipo de la Ibero -conformado por cinco personas entre estudiantes de ingenierías como Industrial, Mecatrónica, y en Sistema- también desarrolló el programa que graba los sonidos que emite el corazón durante la auscultación.

En este proyecto participan con asesorías médicos especialistas en cardiología, de hospitales privados de gran renombre.

Juan Carlos Colín Ortega mencionó que como en todo proyecto técnico, el principal obstáculo ha sido el ruido ambiental, porque además de grabar el sonido del corazón se llega a grabar la voz del paciente, de gente en los pasillos, de la ropa rosando, del movimiento de muebles, y otro tipo de ruidos.

Como no es un proyecto liberado, se prevé que la comercialización sea otro obstáculo, por lo que están buscando una vía para que las instituciones de salud pública puedan usarlo, y no venderlo a una fábrica como una patente, y beneficiar solo a quienes pueden pagarlo.

Actualmente el proyecto de “Fonocardiografía computarizada” está en fase de prueba, y la idea es que éste funcione sin tener un electrocardiograma, dijo.

El siguiente paso es trabajar en la comercialización, darle un diseño exterior, cotizar cómo cubrir las garantías, y en un año se puede ofrecer ya a alguna institución política.

“Necesitamos el convencimiento de instituciones, probablemente públicas para que nos apoyen con presupuesto para, en primer lugar, desarrollar el primer prototipo funcional”, comentó el investigador.

Durante la investigación y desarrollo se acordó que no fuera costoso. El micrófono cuesta 400 pesos, lo demás es software, que puede copiarse. Otro de los beneficios al contar con un software es que la información se puede almacenar y enviar en el momento a médicos especialista para que lleguen a sus dispositivos móviles.

A nivel mundial más de la mitad de la población vive alejada de las ciudades y la clínica más cerca a su domicilio no tiene equipamiento.

 

 

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