Author image

Francisco Ortiz Pinchetti

02/06/2023 - 12:03 am

Ingeniería electoral

“En el Estado de México el PRI conserva todavía una estructura amplia y eficiente”.

“Según las encuestas recientes, y las interpretaciones que de ellas hacen los expertos, la candidata de Morena y aliados, Delfina Gómez, tiene una clara ventaja sobre la abanderada de la alianza PAN-PRI-PRD-Nueva Alianza, Alejandra del Moral”. Foto: Cuartoscuro

“¡Hasta en el lomo los llevaría!”, me contestó muy en serio Leonel Reyes Castro, El Coco, entonces secretario de Elecciones del PRI estatal de Chihuahua, cuando le pregunté si en sus planes estaba acarrear votantes a las casillas en los históricos comicios estatales de 1986 que cubrí como enviado de semanario Proceso.

Me acordé de ese singular personaje a raíz de las cruciales elecciones estatales del Estado de México que se efectuarán este domingo. Según las encuestas recientes, y las interpretaciones que de ellas hacen los expertos, la candidata de Morena y aliados, Delfina Gómez, tiene una clara ventaja sobre la abanderada de la alianza PAN-PRI-PRD-Nueva Alianza, Alejandra del Moral.

Sin embargo, observando los sucesivos sondeos realizados por distintas empresas, es evidente una tenencia hacia la disminución de la ventaja de la maestra. Las del diario Reforma, por ejemplo, indican un paulatino pero muy sólido crecimiento de las preferencias por la priista en detrimento de las de su contrincante. Tienden claramente a un empate. Además, persiste todavía un alto porcentaje de indecisos, suficiente para definir la elección.

El vaticinio que por ahora puede hacerse con certeza es que el dinero en efectivo correrá abundante por ambos bandos y que la contienda terminará en los tribunales electorales, sobre todo si gana la candidata aliancista. Al mejor estilo lopezobradorista, el partido del Presidente denunciaría un fraude electoral.

Muy importante es por cierto la revelación que este jueves hizo Mario Maldonado en su columna de El Universal. Asegura que según los sondeos confidenciales que encarga el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el otrora Cisen –los cuales son presentados periódicamente al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador–, los números recabados por una encuestadora, y luego procesados por el CNI cada semana, exponen un empate técnico entre ambas contrincantes.

De acuerdo con la medición, a la que tuvo acceso el columnista, al 31 de mayo Alejandra tiene una intención de voto de 37.2 por ciento frente al 45 por ciento de la morenista Delfina, porcentaje que ésta mantiene desde principios de mayo. Si bien la diferencia es de hasta 8 puntos, en el análisis se especifica que el margen de error es de +/- 4 por ciento.

Según la encuesta procesada por el CNI, asegura Maldonado, “la diferencia real entre las candidatas se acortó a cuatro puntos, es decir unos 300 mil votos que ponen la moneda en el aire dependiendo del nivel de participación ciudadana que haya el próximo domingo”.

El chihuahuense Reyes Castro fue el autor de la que él mismo bautizó como “Ingeniería Electoral”. Según explicaba en su momento, se basaba en complicados cálculos aritméticos para operar la movilización de electores a determinadas casillas de votación, seleccionadas ex profeso, de modo de asegurar así la mayoría de su partido en determinado municipio o distrito electoral. La clave, me explicó él mismo después de las elecciones oficialmente ganadas por el PRI, estuvo en ubicar a los simpatizantes del partido, empadronarlos y llevarlos a votar el día de los comicios. “Así de sencillo”.

Un ejemplo de la eficacia de su táctica se dio en el III Distrito Electoral, de la capital chihuahuense. Cuando desmenucé los resultados, encontré que la votación a favor del PRI se decidió en sólo ocho de las 109 casillas instaladas en el distrito. Le bastó con eso para superar los resultados de las otras 101 casillas ganadas por el PAN. Un examen de los resultados, casilla por casilla, me permitió comprobar la eficacia del operativo priísta.

El estratega electoral me explicó con toda calma que una vez impactado el padrón electoral con los nuevos votantes del PRI, hay que cuidar y asegurarse que se les entreguen oportunamente las credenciales de elector y programar la movilización de esos electores a las casillas el día de los comicios. “Ya no hay desayunos ni tamales”, me dijo sonriente. “Tampoco transporte colectivo: no es necesario”.

El Coco presumía que su estrategia era “absolutamente limpia y legal”. Y estrictamente lo era, en cuanto a su operativo. Ocultaba en cambio las maniobras fraudulentas que abundaron antes y durante la jornada electoral, que incluyó incluso una modificación ad hoc a la Ley Electoral del Estado, la eliminación de 80 mil electores de la lista nominal, los “tacos” de votos, las urnas “embarazadas”, la expulsión de representantes de la oposición y la desubicación de casillas –todo ello documentado por Proceso–, entre otras lindezas hoy por fortuna erradicadas, que entonces eran posibles dado que los órganos electorales estaban absoluta y directamente controlados por el gobernador del Estado.

Llevarlos a votar. Ojo. Para ello se necesita, además de tener suficientes simpatizantes debidamente credencializados, contar con una estructura territorial amplia y eficaz. Cada promotor tiene que visitar en su casa a cada uno de sus ‘promovidos’ y llevarlos a votar a la casilla correspondiente.

En el Estado de México el PRI conserva todavía una estructura amplia y eficiente. El mantener hasta la fecha el gobierno estatal desde hace prácticamente un siglo hace que el partido sea parte de la vida de los mexiquenses. Está “en el entramado social”, como se dice. A pesar de su enorme desprestigio. Esa estructura –sumada a la del PAN, que aunque obviamente es menor demostró sus alcances en las intermedias de 2021– estará lista para actuar este domingo 4 de junio. La incógnita es saber a favor de quien lo hará… ¡y hasta en el lomo! Válgame.

DE LA LIBRE-TA

Ya falta muy poco para que los servicios médicos de México sean iguales o mejores que los de Dinamarca. A fin de año lo tendremos. Habrá que avisarles a los 15 millones de pacientes que el año pasado no pudieron surtir sus recetas, según la Radiografía del desabasto de medicamentos elaborada por el colectivo Cero Desabasto. Es cosa de aguantar si acaso seis, siete meses. Cuando mucho.

@fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video