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Diez síntomas prematuros de la demencia a los que se debe prestar atención para ralentizar su avance

03/03/2019 - 12:05 am

Repasamos diez signos tempranos de Alzheimer y otros tipos de demencia a los que deberías prestar atención, pues el diagnóstico precoz de estas enfermedades cognitivas es fundamental para abordarlas y ralentizar su avance.

Ciudad de México, 03 de marzo (TICbeat/SinEmbargo).– Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Pese a que afecta principalmente a las personas mayores, no se trata de una consecuencia normal del envejecimiento. Por otro lado, aunque suele ocurrir a una edad avanzada -la mayoría de tipos son poco frecuentes en personas menores de 60 años-, existen síntomas tempranos que no deberías perder de vista.

Resumiéndolo mucho, la demencia ocurre cuando las células nerviosas en el cerebro de una persona dejan de funcionar. Existen muchos tipos, como la demencia frontotemporal, pero el más común es la enfermedad de Alzheimer, que acapara más de la mitad de los casos. A continuación, repasamos diez síntomas tempranos típicos de demencia. Para que una persona reciba este diagnóstico, generalmente debe experimentarse dos o más de ellos, siendo lo suficientemente graves como para dificultar la vida diaria.

LOS 10 PRIMEROS SIGNOS

Pérdida de memoria: Probablemente el síntoma más conocido de la demencia. Un signo temprano es la dificultad especialmente para recordar información nueva o reciente, como fechas o eventos. Cabe destacar que la mayoría de las personas ocasionalmente olvidan las cosas con mayor frecuencia a medida que envejecen. Sin embargo, es posible recuperar los recuerdos más tarde si la pérdida está relacionada con la edad y no debido a la demencia.

Dificultad para planificar o resolver problemas: A una persona con demencia le puede resultar difícil seguir un plan, como una receta para cocinar o instrucciones para conducir. La resolución de problemas también puede volverse más desafiante y angustiosa, como las cuentas para las finanzas domésticas.

Dificultad para realizar tareas familiares: A una persona con demencia le puede resultar difícil completar las tareas personales o profesionales que realiza con regularidad, como cambiar la configuración de un televisor, usar un ordenador, preparar una taza de té o llegar a un lugar conocido.

La confusión con las fechas es uno de los síntomas más precoces del Alzheimer. Foto: Moisés Pablo, Cuartocuro

Confusiones sobre el momento o el lugar: La demencia puede hacer que sea difícil tener consciencia sobre el paso del tiempo, olvidando también dónde están o no pudiendo situar los eventos en el futuro o en el pasado. La confusión con las fechas es uno de los síntomas más precoces del Alzheimer.

Problemas para entender la información visual: La información visual puede ser desafiante para una persona con demencia. Puede ser difícil de leer, juzgar distancias o resolver las diferencias entre colores. Alguien que generalmente conduce o hace ciclos puede comenzar a encontrar estas actividades desafiantes.

Problemas al hablar o escribir: La escritura a mano puede ser menos legible a medida que avanza la demencia, mientras que también son habituales las dificultades para participar en conversaciones -ya que se olvida lo que uno mismo u otra persona han dicho- Es habitual que la ortografía, puntuación y gramática empeoren.

Colocar mal las cosas: Es posible que una persona con demencia no pueda recordar dónde deja los objetos cotidianos, como la cartera, las llaves, el mando a distancia o documentos importantes. En un primer momento es posible que culpe a otras personas y que además, padezca frustración por no encontrar el paradero de sus objetos.

Mal juicio o dificultades para la toma de decisiones: Puede ser difícil entender lo que es justo y razonable -por ejemplo, creer que el precio de las cosas sea excesivo o al contrario-, así como descuidar la higiene personal.

Abandonar la socialización: Una persona con demencia puede no estar interesada en socializar con otras personas, ya sea en su vida familiar o en el trabajo. Pueden volverse retraídos y no hablar con otros, o no prestar atención, abandonando hobbies, pasatiempos o deportes que involucran a otras personas.

Cambios en la personalidad o estado de ánimo: Una persona con demencia puede experimentar cambios de humor o de personalidad debido a la enfermedad, volviéndose irritables, deprimidos, temerosos o ansiosos. También pueden volverse más desinhibidos o actuar de manera inapropiada

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