El deterioro en gobiernos y la miseria detonan el crimen en la CdMx y el Edomex, dice informe

04/03/2016 - 3:01 pm

Los investigadores Carlos Vilalta y Robert Muggah plantean en el International Journal of Security & Development una explicación sobre los índices de criminalidad en la Ciudad de México y su área conurbada. Mencionan que la desintegración familiar, la falta de oportunidades económicas, la desigualdad social contribuyen a este fenómeno. Dicen que aunque hay muchas políticas centradas a apoyar a los grupos especialmente vulnerables, éstas todavía no llegan a los más necesitados.

La investigación "¿Qué explica la violencia criminal en Ciudad de México?" analiza los índices de criminalidad en la Ciudad de México y su área conurbada a partir de dos teorías:. Foto: Cuartoscuro
La investigación analiza los índices de criminalidad en la Ciudad de México y su área conurbada a partir de dos teorías:. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 4 de marzo (SinEmbargo).– Las tasas de criminalidad en el Área Metropolitana de la Ciudad de México están correlacionadas fuertemente a la desigualdad económica y a la desintegración familiar, refiere un estudio publicado en el International Journal of Security & Development realizado por los investigadores Carlos Vilalta y Robert Muggah.

La investigación “¿Qué explica la violencia criminal en Ciudad de México?” analiza los índices de criminalidad en la Ciudad de México y su área conurbada a partir de dos teorías: La primera sobre la “desorganización social. La segunda, la”anomia institucional, sobre el deterioro de las instituciones sociales y de gobierno.

“Hay algunas áreas de convergencia entre ambas teorías, la de la desorganización social y la anomia institucional. En concreto, la desintegración familiar, medida por el porcentaje de hogares encabezados por mujeres, fue el principal predictor de las tasas de criminalidad”, dice el reporte.

Detalla que en 2010 uno de cada tres hogares del Área Metropolitana eran encabezados por una mujer, una porción que además de ser importante, es cada vez mayor.

“Entre 2000 y 2010, la proporción de hogares encabezados por mujeres aumentó de 25.7 por ciento a 31.3 por ciento. A este ritmo, podemos esperar que la proporción aumente a 40 por ciento en 2020”, dice el estudio.

Refiere que los menores de edad que viven en estos hogares, según los informes a los que tuvieron acceso, muestran una tendencia hacia un comportamiento antisocial y criminal.

“Esto se debe probablemente al hecho de que las madres solteras a menudo tienen que estar fuera de la casa durante largos períodos de tiempo para trabajar y su supervisión tiende a ser más episódica. Lo que es más, los hogares encabezados por mujeres tienden también a contar con los niveles más bajos de ingreso”, refiere.

Estas zonas son: las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Coyoacán, Iztacalco y Gustavo A. Madero, así como los municipios de Otumba, Tlalnepantla. Foto: Cuartoscuro
Estas zonas son: las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Coyoacán, Iztacalco y Gustavo A. Madero, así como los municipios de Otumba, Tlalnepantla. Foto: Cuartoscuro

Carlos Vilalta y Robert Muggah plantean en su investigación una explicación en la disparidad de los índices de criminalidad en diferentes colonias de Ciudad de México. Dicen que como es normal en una ciudad grande, el crimen tiende a concentrarse en ciertas áreas.

“Cerca de dos tercios de todas las investigaciones penales ocurren en un radio de 1600 kilómetros del centro geográfico de esta urbe en descontrolado crecimiento. Más aún, sólo diez zonas rojas representan más de una cuarta parte de todos los crímenes informados”, explican.

Estas zonas son: las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Coyoacán, Iztacalco y Gustavo A. Madero, así como los municipios de Otumba, Tlalnepantla.

El documento explica que la delincuencia surge cuando “las oportunidades legítimas están distribuidas de manera desigual y ciertos sectores de la sociedad no tienen manera de alcanzar los objetivos sociales y económicos básicos”.

Este día, el director general de la FAO, José Graziano da Silva, dijo que la malnutrición y la pobreza extrema en América Latina se derivan de la concentración “brutal” de los recursos.

No es suficiente para la región haber cumplido las metas de reducir al menos a la mitad el número de personas que pasan hambre (hasta 34.3 millones) y su proporción (5.5 por ciento de la población), según las últimas estimaciones de la FAO.

Sobre los que aún sufren inseguridad alimentaria, Da Silva consideró que el hambre en la región “está asociado a la pobreza extrema”, vinculada a su vez a la mala distribución de la riqueza.

Allí -enfatizó- existe “una concentración brutal de los medios de producción, sobre todo en el acceso a la tierra y al agua”.

Al igual que en el resto del mundo, el hambre en Latinoamérica se ceba con la población rural y está relacionado con “la posibilidad de que esa población pueda alcanzar un nivel mínimo de ingresos”, dijo Da Silva, que mostró su preocupación por el creciente número de jóvenes que entran en el mercado laboral y corren el riesgo de trabajar sin derechos.

De acuerdo con el trabajo realizado por Carlos Vilalta y Robert Muggah la desintegración familiar, la falta de oportunidades económicas, la desigualdad social contribuyen a subir las tasas de criminalidad en el Área Metropolitana.

“Las tasas de criminalidad en el Área Metropolitana de la Ciudad de México se correlacionan fuertemente con la desigualdad económica […] Este hallazgo apunta a la necesidad de intervenciones de desarrollo social muy localizadas. La falta de oportunidades económicas es una preocupación apremiante para muchos jóvenes. De hecho, la desigualdad económica y otras instituciones no económicas tales como el sistema de gobierno y la desintegración familiar parecen reforzarse mutuamente”, dice la investigación.

PROMO-CRIMEN-ORGANIZADO-CENTRO

Refiere que aunque la respuesta más común a la delincuencia implica el aumento de despliegues policiales, a elevar las sanciones a los presuntos delincuentes, y el aumento del encarcelamiento, “los conocimientos obtenidos de los estudios con estos dos teorías sugieren que una prevención específica es fundamental para reducir el crimen”

“Por el momento, las políticas de prevención social del delito son prácticamente inexistentes. A pesar de un discurso cada vez mayor en torno a la prevención de la violencia, ésta sigue estando confinada a una ilusión en lugar de intervenciones pragmáticas”, dice el reporte.

Refiere que las agencias gubernamentales y de aplicación de la Ley en México no se hacen responsables de la restauración de las estructuras familiares, por lo que puede redoblar las inversiones en las protecciones sociales y subsidios específicos para las familias trabajadoras, los hogares encabezados por mujeres solteras, y jóvenes sin supervisión “no menos importante, debido a su impactos de prevención del delito”.

La investigación de Vilalta y Muggah menciona que hay muchas políticas federales y metropolitanas para apoyar a los grupos especialmente vulnerables, como los hogares encabezados por mujeres. Sin embargo, dice, éstas todavía no están llegando a los más necesitados.

Detalla los alcances del Programa de Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazada (PROMAJOVEN), que ofrece educación básica a los que viven en extrema vulnerabilidad. No obstante, destaca que un estudio reciente muestra que en 2012, sólo 14 mil jóvenes embarazadas y madres jóvenes en todo el país habían accedido a una beca, lo que resultó en una tasa de exclusión total del 95.1 por ciento.

Precisa que el programa federal de  servicio de guardería para las familias monoparentales con menores de cuatro años de edad no funciona en proporción al número de padres que califican para acceder a éste y que no pudo participar. Dice que este universo asciende a un 70.6 por ciento. En el mismo sentido habla sobre la iniciativa que ofrece apoyo alimentario a las madres solteras de niños menores de 15 años en la Ciudad de México, el cual sólo beneficia a las madres que viven en 28 de 48 municipios.

“Es evidente que si las autoridades del Área de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México van a tomar en serio la prevención del delito, ellos tendrían que considerar soluciones globales. Por supuesto, las políticas sociales antes mencionados para padres solteros deben extenderse y ampliarse. Pero debe haber esfuerzos para prevenir la desintegración de la familia antes de que ocurra – que es el fortalecimiento y la consolidación de las familias, los padres y el cuidado de niños”, dice el texto.

Dice que la prevención del delito debe combinar elementos referentes a la aplicación de la Ley, junto con políticas de prevención que buscan limitar la desintegración familiar y las vulnerabilidades asociadas, por ejemplo, a la pobreza alimentaria, las necesidades de cuidado de niños, en lugar de sólo a estrategias dirigidas a mitigar sus consecuenciascomo alcoholismo, drogas de uso, la violencia intrafamiliar, entre otras.

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