El primer ministro australiano defiende su política de inmigración ante la crisis de refugiados

04/09/2015 - 12:04 am

Sídney (Australia), 4 sep (EFE).- El primer ministro australiano, Tony Abbott, defendió hoy la efectividad de su política de inmigración, que incluye la devolución de barcos a sus puntos de embarque, ante la crisis de refugiados en Europa.

Abbott dijo que imágenes como la del niño Aylan Kurdi ahogado en una playa en Turquía son “muy tristes y conmovedoras” pero demuestran la necesidad de reforzar las fronteras.

“Si quieres parar las muertes, si quieres parar los ahogamientos, tienes que detener a los barcos (con refugiados)”, dijo Abbott a la emisora ABC.

“Mientras la gente piense que puede venir y quedarse aquí (…) tendremos tragedias en el mar”, añadió.

“Afortunadamente hemos parado esto en Australia porque hemos parado los barcos ilegales, hemos dicho a los traficantes ‘tu negocio está cerrado'”, concluyó el dirigente conservador.

La defensa de Abbott de su política de inmigración coincidió con las críticas del diario “The New York Times” que en un editorial la califica como “inhumana, de dudosa legalidad y directamente contraria con la tradición del país de acoger a las personas que huyen de la persecución y la guerra”.

El periódico también arremetió contra la política australiana de encerrar a los solicitantes de asilo en centros de detención en terceros países, contra los que abundan las denuncias por los abusos que sufren los internos.

A ello se une una carta de varios intelectuales, entre ellos la canadiense Naomi Klein y el anglo-pakistaní Tariq Ali, en la que llaman a Europa a no imitar la “cruel” política australiana.

“Las prácticas crueles de Australia hacia los inmigrantes son inaceptables y no deben ser exportadas a Europa, donde empeorarían la intolerable crisis moral”, según la carta abierta esta semana en Sídney.

Australia recuperó en 2012 una política para tramitar las solicitudes de asilo de los inmigrantes que intentan llegar al país por mar en centros de detención en Papúa Nueva Guinea y Nauru, pese a las críticas de la ONU y organizaciones humanitarias.

El Gobierno de Abbott endureció las medidas contra la inmigración ilegal, incluidas operaciones de la Marina para interceptar y rechazar en alta mar a los barcos que intentan alcanzar de manera clandestina suelo australiano.

Muchos de estos inmigrantes han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros que han escapado de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohingya, de Birmania, o Bidun, de la región del Golfo.

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