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Jenaro Villamil

12/12/2014 - 12:00 am

Entre Adán Cortés, Aurelio Nuño y un Secretario de Marina que nos Cree “Manipulados”

El mismo día que un joven de 21 años –de la misma generación que ya se rebeló a la teledictadura- irrumpió en la ceremonia de la premiación del Nobel de la Paz en Oslo, el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz lanzó una serie de amenazas para demostrar su enojo por las movilizaciones surgidas […]

El mismo día que un joven de 21 años –de la misma generación que ya se rebeló a la teledictadura- irrumpió en la ceremonia de la premiación del Nobel de la Paz en Oslo, el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz lanzó una serie de amenazas para demostrar su enojo por las movilizaciones surgidas a raíz de la tragedia de Ayotzinapa.

Adán Cortés, estudiante del tercer semestre de Ciencias Políticas en la UNAM, mejor conocido como El Erizo, conmocionó a los asistentes de la ceremonia del Nobel y, quizá, a todo el mundo que vio la transmisión. Se envolvió con una bandera de México ensangrentada y gritó en inglés: “Malala habla por México, Malala habla por México”.

Las imágenes de este joven que tiene la misma edad de la mayoría de los 43 normalistas secuestrados y desaparecidos en Ayotzinapa dieron la vuelta al mundo. Una auténtica bofetada para el gobierno de Peña Nieto que ha iniciado su “contraofensiva” con lo único que sabe hacer: lanzar mensajes autoritarios sin la menor capacidad de reflexión.

La contraofensiva inició con una entrevista complaciente en El País con Aurelio Nuño, el jefe de la Oficina de la Presidencia, alter ego de Peña Nieto. A tono con su visión soberbia de la política y del mundo, Nuño pontificó ante sus entrevistadores:

“No vamos a sustituir las reformas por actos teatrales con gran impacto; no nos interesa crear ciclos mediáticos de éxito de 72 horas. Vamos a tener paciencia en este ciclo nuevo de reformas. No vamos a ceder aunque la plaza pública pida sangre y espectáculo ni a saciar el gusto de los articulistas. Serán las instituciones las que nos saquen de la crisis, no las bravuconadas”.

Criticando las bravuconadas, Nuño comete una. Piensa que “la plaza pública” pide “sangre y espectáculo” cuando lo que tiene enfrente este gobierno es una crisis imparable precisamente por su ineficacia, por su insensibilidad y por su infinita corrupción. La misma corrupción que ha minado a las instituciones.

Nuño abrió fuego y le siguieron el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos y, en especial, el titular de Marina, que el 10 de diciembre tuvo una de las peores intervenciones de un responsable de las fuerzas armadas que debe guardar silencio cuando se trata de temas políticos.

Para Soberón Sanz los padres de los 43 normalistas desaparecidos están siendo “manipulados”. Deslindó al gobierno federal de los hechos de Iguala. Señaló que la desaparición de los normalistas se dio por la complicidad de las autoridades municipales de Iguala y de Cocula y que no tiene ninguna responsabilidad el gobierno federal.

“Me da tristeza que haya personas o grupos que lucren con el dolor de los padres de estos muchachos, porque dicen mentiras. Toda esta gente trata de manipular la información para alcanzar objetivos individuales o de grupo y no se vale”, reiteró Soberón Sanz.

Sus palabras fueron ampliamente difundidas en Televisa y TV Azteca. El grupo de opinadores que graban el programa Tercer Grado repitieron y respaldaron las palabras de Soberón Sanz, como si aún pudieran influir en una opinión pública que no les cree, no los respeta y no les hace caso.

Peña Nieto está de mal en peor. Elige como “voceros” alternos a auténticos gorilas del pensamiento autoritario: un joven que se cree  vicepresidente en funciones, como es Aurelio Nuño (al mismo que le surgió la crisis en la Universidad Iberoamericana en aquel “viernes negro” de la campaña de 2012) y a un secretario de la Marina que no había hablado hasta ahora, más que para desacreditar a los padres.

No terminaba las reverberaciones intimidatorias del secretario de Marina cuando la imagen de Adán Cortés inundó las redes sociales y está en las primeras planas de La Jornada, Reforma, El Universal y decenas de periódicos europeos.

Un gesto simbólico, de enorme fuerza generacional, imprevisto, derrumbó la línea discursiva de Aurelio Nuño y el secretario de Marina. Algo encontrarán para decir que Adán Cortés es un “manipulado”. Seguro filtrarán a medios a su servicio, como el caso lamentable de Reporte Indigo –convertido ahora en el basurero de las insidias del CISEN- para decir que Cortés es un “manipulado”, un “vándalo” o un “anarquista”.

No han entendido nada del quiebre en la comunicación política que ha sucedido. No han entendido que no se trata de “superar” la tragedia de Ayotzinapa. No han entendido que los gritos de “Fuera Peña” son el elemental reclamo de ciudadanos profundamente decepcionados.

Una cosa es la decepción y la indignación y otra es la manipulación. Esa pequeña y profunda diferencia es lo que está hundiendo a la administración peñista.

Jenaro Villamil
Reportero de Proceso, especialista en medios, editor de Homozapping.

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