La vivisección atenta contra los animales: defensores; hay otros métodos, dicen

15/09/2014 - 12:00 am
VIVISECCION
La palabra vivisección proviene del latín vivus, que significa vivo y secare que es cortar. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo). — La vivisección es una práctica que se ha realizado desde el comienzo de la medicina como una forma de experimentación científica, sin embargo cada vez son más las personas que se suman para que este método sea prohibido por el sufrimiento que provoca a los animales.

La palabra vivisección proviene del latín vivus, que significa vivo y secare que es cortar y hace referencia a los experimentos y procedimientos realizados en animales aún vivos.

Científicos e investigadores han desarrollado formas de experimentación en diversos tipos de especies, según sean las exigencias de la investigación, sin embargo durante este procedimiento los animales sufren, además de que hay casos en que las generaciones futuras también llegan a presentar daños provocados por químicos o modificaciones genéticas.

De acuerdo con la Coalición por los Derechos de los Animales “los usan para probar sustancias como medicamentos, armas, químicos, mata malezas y pesticidas o nuevos ingredientes para líquidos de limpieza, pinturas e incluso alimento para mascotas”.

Asimismo, la organización Visección es Fraude —“asociación que promueve una conciencia realista sobre la experimentación animal”—, agrega que el término vivisección también es aplicable a los experimentos que consisten en la administración de sustancias tóxicas, la privación de alimentos y de agua, la provocación de quemaduras y traumatismos, el sometimiento a descargas eléctricas, las torturas psicológicas.

En ese sentido, el grupo civil Anima Naturalis destaca los daños que son provocados por algunos de los químicos que se utilizan frecuentemente en la experimentación, por ejemplo,  aclara que el acetilsalicílico provoca defectos de nacimiento en ratas, ratones, perros o cobayas, y la muerte en gatos.

La organización asegura también que el opreno, usado como tratamiento contra la artritis, “mató a 61 pacientes y causó más de tres mil 500 casos de reacciones adversas graves, aunque había sido testado en monos y otros animales, que no mostraron problemas”, concluyó luego de un estudio.

El DEBATE

Científicos e investigadores que defienden la vivisección argumentan que esta práctica se debe a que es la forma más viable para buscar la cura de algunas enfermedades sin causar daños a los seres humanos.

En ese sentido, el Dr. Pietro Croce , explica en el libro Vivisección o Ciencia: una elección, que “No existe un modelo experimental del ser humano. Todas las especies, todas las variedades de animales e incluso los individuos de una misma especie, difieren entre ellos. Ninguna experimentación realizada con una especie puede ser extrapolada a otra. La creencia de que esa extrapolación puede ser legítima es la principal causa de fracasos, y en ocasiones de catástrofes, que la medicina moderna nos inflige, especialmente en el ámbito de los fármacos.”

Asimismo, la Coalición por la Defensa de los Animales argumenta que no se trata de una oposición de la ciencia y de la medicina , y plantea que los avances se deben realizar bajo principios éticos que respeten a todos los animales por igual. “Apoyamos el uso, desarrollo y validación de métodos de reemplazo a los animales tanto en la investigación como en las prácticas académicas y la medicina preventiva, como formas de dejar atrás la vivisección”.

Anima Naturalis menciona algunos de los avances que se han conseguido sin utilizar animales:

• Procedimientos quirúrgicos: Extracción del apéndice, piedras renales, ovarios cancerosos, reparación de aneurismas cardíacos, etc.
• Antibióticos
• Anestésicos y analgésicos: Introducción del cloroformo, éter y muchos otros
• Distintos medicamentos: La introducción de las primeras medicinas efectivas contra la leucemia infantil, como el importante anticancerígeno metrotexato, el cromoglicato de sodio (tratamiento contra el asma), medicamentos de nitrito (para la angina de pecho), quinina (para la malaria), y muchas otras.

LAS LEGISLACIONES

La prohibición ha sido implementada por algunas entidades federativas de la República Mexicana y en las zonas donde aún no se aplica, existen legislaciones donde se contempla esta práctica bajo ciertas condiciones.

En el caso de los estados que ya tienen vigente una ley de protección animal, esta regulación contempla que sólo se realizarán experimentos en animales vivos si entre otros ocurre:

• Que los resultados experimentales deseados no puedan obtenerse por otros procedimientos o alternativas.

• Que los experimentos sobre animales vivos no pueden ser sustituidos por esquemas, dibujos, películas, fotografías, videocintas o cualquier otro procedimiento, incluyendo los más adelantados como la espectroscopia de masas, las simulaciones, imagen virtual por computadora y las pruebas in vitro en las que se utilizan cultivos de células animales, bacterias, hongos y huevos de gallina recién fecundados, o cualquier otro procedimiento análogo.

En el Distrito Federal, la vivisección escolar de animales está “expresamente prohibida” así lo establece el Artículo 46 de la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal, publicada el 26 de febrero de 2002, esta legislación dicta que:

En la Ciudad de México quedaron expresamente prohibidas las prácticas de vivisección y de experimentación en animales con fines docentes o didácticos en los niveles de enseñanza primario y secundarios. Dichas prácticas serán sustituidas por esquemas, videos, materiales biológicos y otros métodos alternativos.

Esta iniciativa legislativa fue elaborada y presentada por la Diputada María de los Ángeles Moreno, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En junio del año pasado Nuevo León también se sumó a la prohibición de esta práctica.

Para el resto de las entidades que aún no cuentan con la disposición, se rigen por la Ley Federal de Sanidad Animal publicada el 25 de julio de 2007 y que en su Artículo 20, Inciso II dice:

II. La utilización de animales para actividades de investigación y educación, que les imponga procedimientos que afecten su salud y bienestar, observará el criterio de reducir al mínimo indispensable el número de animales vivos en experimentación, conforme a la evidencia científica disponible.

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