“Lady Meche”, la empresa creada por estudiantes para ayudar a víctimas de explotación sexual

16/01/2019 - 8:54 pm

El proceso ha sido lento, ya que la mayoría de las mujeres que se acercan al proyecto han sido víctimas de abusos, exclusión, marginación, discriminación y explotación, explicó por separado Natalia Martínez, otra de las trabajadoras sociales iniciadoras de “Lady Meche”, también egresada de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Por Edna Alcántara.

Ciudad de México, 16 de enero (Xinhua).— Una treintena de mujeres mexicanas víctimas de exclusión y explotación sexual trabajan en “Lady Meche”, una empresa social de cosméticos que refuerza su empoderamiento económico y social.

“Lady Meche” es una iniciativa de la académica María Elena García de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y sus tres estudiantes ahora egresadas, quienes en un principio sólo buscaron reducir los daños psicosociales que el comercio sexual ha causado en las mujeres que lo ejercen.

De ser un proyecto académico, iniciado en 2014 con un “aula móvil”, se consolidó en el último año en una empresa formal, dijo a Xinhua Karina Yazmín López, una de sus impulsoras y egresada de la ENTS.

La iniciativa de intervención social busca dar “empleos formales y dignos a mujeres sobrevivientes de explotación sexual, a través de la producción de cosméticos artesanales y naturales”, según la página de Lady Meche en la plataforma de apoyo a iniciativas Donadora.

López apuntó que la empresa sacó el mes pasado un primer lote de unas 250 piezas de la marca “Alva Malva”, un bálsamo labial hidratante de productos naturales que comercializan a través de redes sociales y que “ya casi se vendió por completo”.

El producto, empacado en una pequeña caja de metal con un espejo, es armado por las manos de sus emprendedoras, y ha conseguido ser conocido en diferentes ciudades de México, Guatemala, Perú, España y en Los Angeles, Estados Unidos.

López consideró que las mujeres involucradas se sienten identificadas con el producto porque el maquillaje es algo muy importante para ellas, incluso para las propias creadoras del proyecto.

El proceso ha sido lento, ya que la mayoría de las mujeres que se acercan al proyecto han sido víctimas de abusos, exclusión, marginación, discriminación y explotación, explicó por separado Natalia Martínez, otra de las trabajadoras sociales iniciadoras de “Lady Meche”, también egresada de la ENTS.

Martínez recuerda que el proyecto a desarrollar en un principio fue complicado debido a la desconfianza de las mujeres y su dificultad en “socializar”.

Agregó que la iniciativa se fortaleció gracias a un proceso de trabajo y acercamiento mutuo de cuatro años entre academia y sexoservidoras, y a que éstas últimas expresaron el deseo de tener algo propio e ingresos diferentes o extra al comercio sexual.

“Empezamos a buscar la manera de impulsar la empresa”, agregó.

Dijo que la población de mujeres que más se acerca al proyecto tiene de 25 a 45 años, porque ya no tienen las mismas ganancias que generaban cuando eran más jóvenes.

Martínez dijo sentirse satisfecha con el proyecto, y aseguró que no existe uno similar en otra parte, además de que uno de sus resultados “más efectivos” es que aún se mantiene y ayuda a decenas de mujeres.

La iniciativa, que no sólo es la empresa social, “ha tenido fruto, pues muchas de ellas tuvieron la capacidad de empezar a laborar en otro lugar”, destacó.

“Lady Meche” busca el apoyo de más organizaciones civiles y académicas, así como de las autoridades de Ciudad de México para alcanzar el sueño de que este mismo año pueda sacar nuevos productos cosméticos a la venta.

El bálsamo labial de origen naturista y artesanal, elaborado a mano con productos provenientes de una comunidad rural del Istmo de Tehuantepec, del sureño estado de Oaxaca, es desarrollado con apoyo de la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM.

Una de las características de la marca de cosméticos es que “están inspirados” en el patrimonio cultural material e inmaterial de los tres mercados del barrio de La Merced: flores, frutas y dulces.

Las trabajadoras sociales adelantaron que no descartan llevar el proyecto a otros puntos del país y de América Latina.

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