Por Pablo Ramírez*

No es una exageración decir que la contaminación del aire es uno de los riesgos de salud ambiental más grandes en el mundo cuando 9 de cada 10 habitantes de este planeta respiran aire contaminado, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y este número podría ser mayor en países en vías de desarrollo como México.

De acuerdo con la OMS, los 5 contaminantes más peligrosos por los riesgos que representan para la salud son: Ozono, Dióxido de Nitrógeno, Dióxido de Azufre, Monóxido de Carbono, Plomo y Material Particulado de 10 y 2.5 micrómetros (PM10 y PM2.5), todos ellos llamados contaminantes criterio. Con base en estudios toxicológicos que muestran los efectos a la salud de los diferentes contaminantes, la OMS hace recomendaciones sobre cuál es el límite máximo de concentración de estos contaminantes en nuestro aire para proteger la salud de la población.

Con base en estas sugerencias, cada país elabora su marco normativo para establecer los límites de contaminantes nacionales o regionales (en el caso de la Unión Europea) y aunque los efectos en la salud por la concentración de los contaminantes criterio no cambia de país a país, sus normas sí son diferentes.

En México existen las normas de salud ambiental donde se estipulan los límites máximos permisibles de estos contaminantes en el aire que están por encima de los niveles de la OMS, la Unión Europea y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Esto resulta peligroso porque en México normalmente respiramos aire con niveles de contaminantes que ponen en peligro nuestra salud, basta decir que en la Zona Metropolitana del Valle de México, por tomar un ejemplo de lo que pasa en la gran mayoría de nuestro país, de los 164 días que van del 2019 tan solo hemos tenido 17 días limpios. En este mismo periodo hemos tenido episodios de muy mala calidad del aire, llamados contingencias.

El problema es que las contingencias son protocolos que se activan -en el caso de la ZMVM- hasta que 3 contaminantes, ozono, material particulado PM10 y PM2.5 alcanzan niveles “peligrosos” para la salud de las personas y que obligan a las autoridades a tomar medidas urgentes para disminuir la concentración de contaminantes.

¿Esto qué significa?

1. Ya vimos que en México tenemos niveles permisibles de contaminantes en el aire muy altos comparados con lo que recomienda la OMS, bueno, pues para estar en contingencia, es decir, nivel de contaminación peligrosa, tenemos que llegar a niveles aún más altos de lo que nuestras propias normas indican que ya es peligroso para que las autoridades estén obligadas a tomar estas medidas urgentes. Aquí una tabla para ilustrar las diferencias entre OMS/NOM/Contingencia:

2. Este protocolo de contingencias sólo abarca 3 de los 5 contaminantes en el aire y hasta antes de la última contingencia de mayo, solamente abarcaba 2 (ozono y PM10) el NO2, CO y SO2 quedan fuera del protocolo de contingencias

3. Esta política no es nacional, de hecho este ejemplo es de la CdMx, que es la ciudad con los protocolos “más protectores” la gran mayoría de los estados no tienen protocolos de contingencia y si los tienen son aún peores.

En la ZMVM hemos tenido a la fecha 6 contingencias: 5 por ozono y 1 por PM2.5, pero de acuerdo con lo dicho en los puntos anteriores el problema no son las contingencias que se han declarado en lo que va del año, sino todas las que no se han dejado de declarar a pesar de estar respirando aire peligroso, basta decir que si en el 2015 la ZMVM hubiera cumplido con el máximo de PM2.5 que indica la norma se hubieran podido evitar 6,687 muertes.

*Pablo Ramírez es responsable de los temas de calidad del aire en Greenpeace México

Greenpeace

https://www.sinembargo.mx/author/greenpeace

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