ENTREVISTA | Ojalá contra Donald Trump nos ayude con el lenguaje: José Eugenio Sánchez

18/03/2017 - 12:04 am

El poeta que vive en Monterrey presenta una reedición de La felicidad es una pistola caliente, donde además de poner nuevos trabajos reedita su fe en aquella motivación inicial, cuando no se sabía si iba a ser poeta aquí o allá.

Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).- Nadie sabe qué preguntarle a un poeta, así que José Eugenio Sánchez contesta sin cuestionamientos. Dice cosas de su trabajo y luego posa ante la cámara mostrando el pene levantado, como alerta, que adorna su portada, tan buenamente diseñada por Alejandro Magallanes.

Dice la sinopsis: Amor & sexo. Futbolistas & poetas. Mansiones & calles desiertas. Música & porno. Meditaciones fugaces & realidades sospechosas. Todo eso llama la atención en el libro La felicidad es una pistola caliente, una reedición donde José Eugenio prueba a ser el poeta que fue, pero sobre todo el poeta del presente, no cree –absolutamente no- en la posteridad.

“Es una fiesta del lenguaje que se coloca con toda deliberación en las antípodas del más aburrido lirismo “literario”: utiliza, en las dosis exactas y más expresivas, las formas de un coloquialismo animado por la inteligencia y lleno de sentido del humor.”, ha dicho el poeta David Huerta: pavada de elogio.

José Eugenio Sánchez (vaquero regiotapatío, inventor del fenómeno poético underclown) nació en Guadalajara, Jalisco, el 30 de junio de 1965 y radica en Monterrey. Entre sus libros se encuentran Physical graffiti, El azar es un padrote y Tentativa de un sax a medianoche. En Editorial Almadía ha publicado escenas sagradas del oriente (2009), galaxy limited café (Almadía, 2011) y jack boner and the rebellion (2014). Forma parte de la banda Un país cayéndose a pedazos.

La felicidad es una pistola caliente. Almadía.

–¿Qué pregunta se le hace a un poeta?

­–No lo sé. Cualquier cosa, yo creo. La felicidad es una pistola caliente lo saqué en 2004 y era mi segundo libro en Europa. A finales de los ’90 yo quería ser poeta mexicano y vive a la ciudad, pero me fue súper mal. Entonces entré a un concurso, que lo organizaba la revista Vuelta, gano el concurso, me publican en Vizor y comienzo a ser conocido en España. La editorial me invitó a escribir un segundo libro, que busqué entre todos mis afectos favoritos. Me cuestionaba ciertas cosas sobre la poesía de esos momentos; los poetas buscaban ser poetas en la ciudad de México y había muchos modelos repetitivos. Había ciertas cosas que me interesaban, el humor, el desenfado, las cosas coloquiales y las frívolas.

­­–Hay también un juego con los poetas gringos

­–Sí, qué bueno que lo mencionas. Yo leía mucho Anagrama, a Allen Gisnberg, a Bukowski, todas las traducciones son españolas y son malísimos traduciendo español. No entienden el inglés, no saben cuándo es literal y cuándo no. Yo vivo en Monterrey, tengo muchos amigos texanos, pero la información existe, no me es ajeno ni los rodeos ni las carreras de auto en círculos, ni su lectura, ni los poetas que hablan los dos idiomas…

­–Quiere decir que tú preferiste a Bukowski y a Fante, leyéndolos en inglés

­–Sí. Conocí a Bukowski primero como poeta, lo conocí en inglés, era muy desconcertante. Conocí también a una poeta de Nueva York, Kathy Acker, que murió de cáncer en Tijuana y sus libros me llegaron en inglés. Era una chica que quería hacer una reversión del Quijote.

La poesía es un acto de presencia, no vale pensar en la posteridad. Foto: SinEmbargo

­–Este libro ¿qué nos dice ahora?

­–Hay varios niveles de lectura, hay dos poemas que no los había incluido en la primera versión. Uno dedicado a Tin Tan, para las canciones de rock que no dicen mucho pero dicen todo y tomé el fraseo de Tin Tan para expresarme. Yo soy border igual que él, un tipo tan sofisticado. El título mío tiene referencias en inglés, donde significa que “la felicidad es una pistola recién disparada” y en español “la felicidad es una pistola caliente”. Son dos cosas que nada tienen que ver, pero dicen lo mismo.

–La referencia que haces a Los Beatles, ¿cómo es hoy, lo vives como un recuerdo?­

­–No, Los Beatles me gustan más ahora. Tengo muchos amigos que oyen la beatlemanía, pero lo que me sorprende es cómo hacían música y de hecho dejaron de hacer música cuando John Lennon tenían 29 años, es decir, hicieron un toco de música cuando eran muy jóvenes. Yo a los 29 años estaba totalmente desubicado, hay cierta genialidad en esos jóvenes…

–¿Qué clase de poeta eres ahora?

­–Sueño con ser poeta. Este libro es una reivindicación de mí como poeta, cuando salió mi primer libro en México, yo no estaba haciendo nada nuevo, simplemente era lo que daba mi capacidad de lo que yo suponía que era la poesía. El poeta que soy ahora en cambio es una consecuencia, me importa el punto de vista, la autenticidad de las cosas y que el lector conviva en un mundo que requiere reflexión, análisis, sentido del humor. Eso me compromete mucho.

–Tu poesía es del presente

­–Sí, ¿parece verdad? Yo estudié Ingeniería y el concepto tiempo no existía. Era una circunstancia externa. Me da mucha risa ver que los poetas quieren escribir para trascender la historia. Lo importante es que los elementos que tienes en tu vida sean sensibles para ti y para el lector. Que el bote de leche, que el refrigerador, sean comunicantes de sentimientos. Eso es lo que hace el juego de la poesía.

­–Tú presentas siempre los libros como en un acto…

­–Me interesa mucho porque la poesía es un discurso que le sirve al ser humano para valorar más la vida, para reflexionar sobre ella. Me gusta el humor, no lo busco, sino mi postura ante la vida, no me interesan ni la fama ni la trascendencia, lo que me interesa es que la poesía es un arma de violencia y tiene que ser agresiva, para propiciar la libertad. Me interesa que en Alemania la poesía sirvió para derribar el muro y que tal vez en este caso, Donald Trump nos ponga en esa disyuntiva y la poesía pase a ser el gran pasaporte, puede ser que nuestro idioma nos ayude.

­–¿No te interesa hacer narrativa?

–Bueno, no lo sé, tal vez algún día lo haga, pero entrarle a la carrera editorial, eso no. Una de las partes de mi trabajo es buscar la investigación del poema con respecto a otros géneros, como en mi libro jack boner and the rebellion que juega un poco al documental y a la biografía.También en galaxy limited café hay un poema largo que está escrito en forma de guión. Mi idea es que Peter Jackson presente un filme pornográfico, súper producido (risas)

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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