México, 20 Oct (Notimex).- El mérito de José Agustín (1944) en las letras mexicanas fue llevar el lenguaje de las calles a la literatura, consideró hoy aquí el escritor Gerardo de la Torre (1938), al compartir una charla con el autor de “Ciudades Desiertas”.
En el marco de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, que tendrá actividades hasta el 25 de este mes, el crítico literario, periodista, argumentista de cine y guionista de televisión, elogio y reconoció el trabajo de uno de los miembros de la llamada “Literatura de la onda”.
En el foro de “La Casa de los Carlos”, ambos escritores se “echaron porras entre sí”, en un plática en la que el propio Agustín fue el protagonista, al hacer un pequeño recorrido por su vida, sus inicios como escritor, sus primeras publicaciones, su amistad con Juan José Arreola y hasta su pasión por el béisbol.
José Agustín, quien ha sido profesor visitante en la Universidad de Denver, conductor y productor de programas culturales para la radio y la televisión, se refirió a De la Torre como su maestro de literatura.
Visiblemente agitado luego del retraso que tuvo el autor por espacio de 20 minutos y con l mano derecha temblorosa, José Agustín inició su participación hablando brevemente de su barrio, la colonia Narvarte, sobre todo del Parque Delta, después convertido en el Parque del Seguro Social (estadio de béisbol) y hoy una plaza comercial, para pasar a referirse a De la Torre.
Dijo que gracias a De la Torre fue como aprendió a corregir su sintaxis y el orden de las palabras en sus textos, además de que lo calificó como su primer crítico literario.
Por su parte, De la Torre recordó que fue con “La Tumba”, que José Agustín se dio a conocer, texto que fue considerado como la primera novela de la literatura de la “Onda en Latinoamérica”.
Sin embargo, el guionista comentó que el éxito de José Agustín vino cuando el autor guerrerense estudió en el Taller Literario de Juan José Arreola, para quien Agustín fue “uno de sus consentidos”.
Tras recordar las vivencias y amistad con Arreola, José Agustín señaló que gracias a quien fuera el máximo exponente del cuento, fue como aprendió a escribir.
“Arreola fue un encuentro vivencial para mí, me enseñó realmente a escribir; él me invitó a su taller literario y cuando estuve con él, se porto muy bien conmigo”, comentó.
Atrapando la atención de personas de la tercera edad, adolescentes con café en mano y niños tomando un helado, fue como transcurrió la charla en una acalorada tarde dominical.