Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir diariamente 400 gramos de frutas y verduras al día, sin embargo, en el caso de los mexicanos y pese a la disponibilidad de dichos alimentos en el territorio, la cifra sólo llega a 235 gramos diarios.
La fundación 5xDía A.C. se une a las recomendaciones y sugiere precisamente comer cinco raciones de estos alimentos ricos en vitaminas, minerales, fibra y proteínas, repartidos en tres verduras y dos porciones de fruta, con lo que se lograría un consumo anual de 88 y 59 kilogramos, respectivamente.
En 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en conjunto con la OMS, lanzaron una iniciativa a nivel mundial para impulsar la producción y consumo de estos alimentos naturales, los cuales, calcularon, podrían ayudar a salvar 1.7 millones de vidas, pues sus nutrimentos son de apoyo para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, cáncer, diabetes o la obesidad.
La organización civil aclara que la cantidad de consumo debe establecerse a nivel nacional, relacionándose con el número de comidas, el número de platos, de porciones o de diferentes tipos de frutas y verduras, según la cultura de cada territorio. En México la recomendación es cinco frutas y verduras al día de diferentes colores para contribuir al cuidado de la salud.
Aunque en la República Mexicana el consumo ha ido aumentando, la meta todavía está lejana, pues de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, conducida por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la ingesta de fruta es, en su punto más alto, de 124.8 gramos diarios, y son los niños en edad escolar los que llevan a cabo esta dieta.
Para los adultos, la cifra es de 112.5 gramos; los preescolares se quedan con 110.6 g y al final están los adolescentes con sólo 94.4 gramos.
En cuanto a verduras, son los adultos los que ocupan el primer sitio, al consumir 156.6 gramos de su ingesta total; por su parte los adolescentes promedian 125.4 gramos de ingesta; los escolares 123.6 gramos, y por último, los preescolares con 92.05 gramos.
La disponibilidad de frutas y verduras en México permitiría que cada mexicano consuma anualmente:
La organización no gubernamental toma como referencia también los datos obtenidos de la Encuesta Urbana de Alimentación y Nutrición en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (Enurbal) en 2002, en donde se hace una distinción de consumo por niveles socioeconómicos, y se nota que tanto en estratos altos, como bajos, el consumo de fibra es insuficiente según el consumo recomendable.
Ahí se reflejó también que las verduras representaron la segunda fuente de consumo de fibra (25 por ciento), seguido de las frutas y leguminosas (10por ciento aproximadamente cada una). Además se encontró que las verduras son la principales proveedoras de retinol (53 por ciento) y vitamina C, con un 56.1 por ciento, la segunda de ácido fólico, hierro, y la cuarta del aporte de calcio a la dieta familiar (4.8 por ciento). En cuanto a las frutas se observó que son la segunda fuente de vitamina C (31.9 por ciento).
En ese tiempo, entre los alimentos que destacaron estaban el jitomate, cebolla, chile, ajo, plátano y limón.
Los datos de la Enurbal 2002 también revelaron que hay diferencias en el consumo de frutas (plátano, manzana blanca, naranja, papaya, tuna, guayaba, melón, limón y pera) por nivel socioeconómico. Los niveles más altos (III y IV) tienen un nivel más elevado de consumo, con 137 y 134 g respectivamente, mientras que el nivel II presenta un consumo de 102 gramos, siendo el primer nivel socioeconómico el de más bajo consumo con 84 gramos.
En cambio el consumo de verduras (jitomate, tomate verde, cebolla, zanahoria, chile, calabacita, nopales, chayote, lechuga, ejotes y pepino) es más homogéneo, es decir, para cada nivel socioeconómico las cantidades fueron: 211 g – Nivel I, 219 g – Nivel II, y 227 g – Nivel III y IV.
El fomento al consumo y producción de frutas y verduras es parte de una Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud, la meta general de esta iniciativa es fortalecer, promover y proteger la salud en el contexto de una dieta saludable, orientando la elaboración de medidas sostenibles a nivel comunitario, nacional y mundial, que, tomadas en su conjunto, lleven a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas a través de la integración de estos comestibles en la dieta.
