El ajolote, es una de las especies que están amenazadas en México, animal singular que tiene tres formas de respirar: a través de las agallas, los pulmones y por la piel.
Por José Luis Montenegro
Ciudad de México, 24 de mayo (SinEmbargo/RT).- No solo el cambio climático, sino también la falta de aplicación y seguimiento en los programas de impacto ambiental y preservación de la naturaleza en México han contribuido a la reducción alarmante de las especies en el territorio y, en algunos casos, a su desaparición local. Entre estas especies, algunas son consideradas como endémicas y su distribución está restringida a un territorio determinado.
UN PAÍS SIN ALAS
Prueba de ello son las 388 especies de aves que están dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010), es decir, que probablemente están extintas en el medio silvestre, en peligro de extinción, amenazadas o sujetas a protección especial. Cabe destacar que en el mundo hay aproximadamente 10 mil especies de aves, de las cuales 1 mil 150 (11 por ciento) habitan en México, incluyendo las antes mencionadas.
A esta mala noticia también se suma otra más grave, que es la extinción en México de 19 especies de aves endémicas, entre ellas el toqui pinto de Guadalupe, el carpintero de pechera de Guadalupe, el salta roca de San Benedicto y el gorrión bigotudo, de la Isla Todos Santos, en el estado de Baja California.
La mayor parte de esta información la dio a conocer Marco Antonio Gurrola Hidalgo, curador de la Colección Nacional de Aves de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la conferencia “Las aves extintas y en peligro de extinción”, que se llevó a cabo el pasado 19 de mayo como parte de las actividades del Mes de la Biodiversidad en el Museo de las Ciencias Universum, en la Ciudad de México.
TESORO AZTECA
Otra de las especies que están amenazadas en México es el ajolote, un animal singular que tiene tres formas de respirar: a través de las agallas, los pulmones y por la piel. Los científicos han descubierto que si el ajolote pierde una pata o, incluso parte de un ojo, puede regenerar su cuerpo y volver a quedar completo. Por esto mismo, la ciencia estudia la regeneración de células en este increíble ser vivo.
Habitante milenario de los lagos del Valle de México y adorado por los aztecas, el ajolote se resiste a morir. De acuerdo con el Instituto de Biología de la UNAM, en 1998 por cada kilómetro cuadrado del canal de Xochimilco –lugar endémico de estas criaturas– había 6 mil ejemplares; entre los años 2000 y 2004, disminuyeron a 1 mil; en 2008, a 100 ajolotes; y a la fecha se calcula que solo quedan 30 de ellos.
Esto significa que en los 80 kilómetros de los canales de Xochimilco, solo habría 2 mil 400 ajolotes o menos. Su extinción se debe, en mayor medida a los incentivos de producción de la zona impuestos por el expresidente de México, Luis Echeverría (1970-1976), quien ordenó la introducción de la tilapia y la carpa –dos especies de peces invasoras– mismas que comenzaron a depredar ajolotes.
LA ENTRAÑABLE VAQUITA MARINA
Uno de los especímenes más amenazados en México es, sin duda, la vaquita marina. Expertos aseguran que solo quedan cerca de 30 ejemplares de estos cetáceos en las costas mexicanas, en 2015 se estimaba que su población total era de 97 ejemplares; sin embargo para el 2016, esta disminuyó en un 40% debido a la pesca furtiva del pez totoaba –otra especie endémica de México que está a punto de desaparecer–, al que se le atribuyen beneficios medicinales y afrodisiacos.
Durante este año, se han encontrado al menos cuatro ejemplares de vaquitas marinas en el golfo de California y la región de San Felipe, en Baja California. Todas las especies presentaron huellas de haber quedado atrapadas en las redes de pesca ilegal que, desafortunadamente, es común ver en México. Es por eso que diversas organizaciones medioambientales han exigido a las autoridades mexicanas el cuidado de la vaquita marina, a cuya preservación se han destinado sumas millonarias.
Recientemente, un video que de inmediato se volvió viral en las redes sociales permitía observar a un ejemplar de vaquita marina junto con su cría, muy cerca de la zona de Refugio de Protección de la Vaquita Marina. Las vaquitas marinas fueron captadas en fotografías y video por Marcus Wernicke, un residente del Puerto de San Felipe que se encontraba cerca de la zona practicando pesca deportiva.
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