De almas y fantasmas…

24/06/2011 - 12:01 am

Finalmente ayer se dio el diálogo de lo que muchos hemos querido decirle o hasta reclamarle al presidente Felipe Calderón. El histórico evento celebrado en el Castillo de Chapultepec inició con el minuto de silencio por los 40 mil muertos durante la lucha contra el narcotráfico y los más desgarradores testimonios no van a parar por ahora ni la estrategia actual, ni el número de víctimas.

Las protestas tampoco terminarán y por eso han decidido que la marcha prosiga su camino hacia el sureste de México hasta llegar a Guatemala. Es decir, se han movido al norte y al sur, cubriendo las extensiones de tierra por donde se sabe que hay focos rojos y casi púrpuras causados por el narcotráfico y por la lucha contra los cárteles. No se percibe un lugar en paz o donde no aparezca un signo de violencia.

El avispero, como dicen detractores del mandatario panista, se desató y ahora pareciera que sigue en una espiral imparable; interminable.

La indefensión es el sentir cotidiano. Las noticias nos hablan de ejecutados, colgados, mutilados por la lucha contra el narcotráfico, nos hablan de pueblos fantasmas en el norte del país. Poblaciones enteras que han abandonado sus casas, sus trabajos y su vida cotidiana para evitar ser “levantados”, torturados o simplemente vivir en zozobra por la violencia. El temor se ha apoderado de estos ciudadanos comunes sin pretensiones, sin conocidos en la política para recurrir a un guardia especial. Se tienen a sí mismos y su miedo.

La lucha contra el narcotráfico se desbordó. Y el miedo también. Igual que en 2009, la situación de alarma sobre la influenza o le gripe H1N1 se desbordó. Y el miedo también. Para algunos, el proceso post electoral de 2006 también generaba temores de una lucha entre dos personalidades que se decían ganadoras. Todo esto en un sistema presidencialista que se coloca por encima de instituciones electorales, de salud y de seguridad que parecen débiles o fragmentadas entre sus burocracias.

A este contexto se integra el internacional. Tan sólo en 2009, 4.8 millones de personas en Estados Unidos utilizaron algún tipo de cocaína. De acuerdo con datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, los consumidores de cocaína en este país representan 41% del mercado internacional de la droga, por delante de Europa con 29 por ciento. Nevertheless in Gringoland estas cifras no constituyen una alarma generalizada al interior del país.

Incluso en la lucha contra el narcotráfico la prevención es una inversión fuerte. La Oficina para la Política Nacional Antidrogas de la Casa Blanca señala que el uso de drogas ha disminuido en el país “sustancialmente” en los últimos 30 años y, para continuar esa tendencia, la Administración de Obama ha comprometido más de 10 mil millones de dólares para programas de prevención y tratamiento, y más de 9 mil millones de dólares en programas policiales.

Asimismo, Gil Kerlikowske, el “zar” en materia de combate contra las drogas, anunció esta misma semana la inclusión de otros ocho condados del país en la lista de “áreas de narcotráfico de alta intensidad” (HIDTA).

La inclusión de los ocho condados “aumentará la coordinación y el desarrollo de esfuerzos para el control de las drogas por parte de las agencias policiales federales, estatales, locales y tribales en esas áreas”, explicó en un comunicado Kerlikowske.
Los condados añadidos a la lista son: Orange, en Nueva York; Mendocino, en California; Porter, en Indiana; Lexington y Richland, en Carolina del Sur; Harford, en Maryland, y los de Putnam y Mercer, en Virginia Occidental.

Las autoridades policiales en las áreas designadas como HIDTA tienen la obligación de evaluar los problemas de narcotráfico en sus zonas y diseñar iniciativas “para disminuir la producción, manufactura, transporte, distribución y uso crónico de las drogas y del lavado de dinero”.

En la actualidad, hay un total de 28 áreas HIDTA que incluyen aproximadamente 16% de todos los 3 mil 143 condados en Estados Unidos y 60% de la población estadounidense. El miedo en la lucha contra el narcotráfico no se deja sentir. Sus poblaciones siguen la vida cotidiana y el reclamo a Obama sin duda alguna es el empleo y la gran crisis económica, pero siempre ha actuado en forma mesurada. Incluso cuando inició el brote de influenza en México y él fue parte de esa historia al haber participado en una reunión con el entonces director del Museo de Antropología e Historia de México, quien murió días después víctima de la nueva enfermedad.

Obama regresó a Estados Unidos. Cerraba escuelas de manera aislada. A pesar de ser el país con mayor número de migrantes que entran y salen durante el año, nunca cerró fronteras ni hizo declaraciones triunfalistas de estar salvando al mundo, tampoco utilizó la situación como medida política, ni lanzó campañas nacionales.

La mesura no es debilidad, es estrategia. “Echarse para atrás, no es paz”, coincido totalmente con el mandatario y creo que todos estamos de acuerdo con que no queremos ver más muertos, ver colgados de puentes, ni ver cabezas que ruedan en discotecas como parte de una película macabra, mucho menos que nos persigan las almas de 40 mil muertos porque no supimos organizar como sociedad. Escucharnos y actuar con mesura no son debilidad, son estrategia.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.
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