Moscú, 25 may (dpa) – El Kremlin quiere que en el futuro trabajen cada vez más convictos en las labores relacionadas con el Mundial de futbol de Rusia 2018, informó hoy el diario Kommersant.
El Diputado Alexander Chinsteyn, del partido Rusia Unida, presentó una enmienda en la Duma Estatal para permitir el trabajo rentado a unos 40 mil presos en los bosques o en la Copa del Mundo.
Chinsteyn destacó que esta ley complementaria no está pensada para realizar trabajos en las sedes del Mundial.
Los convictos deberían poder trabajar en las fábricas, y la condición para ello, sería el acuerdo de los mismos presos.
Querer convertir a los presos en esclavos es una “distorsión”, escribió el diputado este lunes en su cuenta de Twitter. El político fue criticado por el activista de derechos humanos Vladimir Ossetshkin, entre otros.
“A los presos se le debe permitir poder rechazar este tipo de trabajos, de lo contrario estaríamos en la frontera de la esclavitud”, dijo.
La administración de la ciudad de Moscú calificó esta propuesta de “innecesaria”. Si la capital rusa necesitara fuerzas adicionales para los preparativos del Mundial 2018 se podrán emplear a desocupados, dijo el vicealcalde Marat Chusnullin.
Por su parte, un portavoz de la Administración Penintenciaria elogió la iniciativa. “El trabajo regular puede facilitar a los presos a reintegrarse en la sociedad”, dijo.
En promedio, los reclusos recibieron cerca de 220 rublos (unos cinco euros) por día para este tipo de trabajos.
La enmienda deberá sobre todo posibilitar a los convictos permanecer en otros lugares vigilados fuera de las prisiones, en caso de que los trabajos se encuentren a muchos kilómetros de distancia.
La iniciativa permitirá además a las empresas privadas contratar presos.
