De Chernobyl a Laguna Verde

26/04/2016 - 12:05 am

Al Tío Néstor, siempre solidario, siempre amoroso, siempre presente.

¿Cómo opera Laguna Verde? ¿Cuál es la seguridad en la central nuclear? No lo sabemos. Foto: Cuartoscuro/Archivo.
¿Cómo opera Laguna Verde? ¿Cuál es la seguridad en la central nuclear? No lo sabemos. Foto: Cuartoscuro/Archivo.

Tras la catástrofe de Chernobyl, hace justamente 30 años, la más grave de la era industrial, y frente a la incapacidad de la Agencia Internacional de Energía Atómica para garantizar la seguridad de las centrales nucleares, se impulsaron diversas iniciativas, entre ellas, la creación de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés) con el objetivo de que operadores de centrales nucleares se conformen en grupos que visiten y evalúen la seguridad de otras centrales nucleares.

En 1999, tras la remoción de la administración de la central nuclear de Laguna Verde por “irregularidades en la asignación de contratos”, un grupo de 18 expertos de WANO visitó entre octubre y noviembre de ese año la planta nucleoeléctrica mexicana.

La visita y sus preocupantes hallazgos nunca se hubieran dado a conocer sin la filtración de su reporte. El reporte de más de 200 cuartillas llegó en un sobre cerrado a las oficinas de Greenpeace en México. Viendo la trascendencia de la información contenida en lo que eran las notas de campo de los 18 operadores de WANO sobre la operación y seguridad de la central nuclear de Laguna Verde, de inmediato sacamos varios juegos y se los entregue en mano al Dr. Alejandro Nadal de El Colegio de México, miembro del Consejo Directivo del The Bulletin of the Atomic Scientists, que había publicado un estudio sobre el programa de evacuación de la central nuclear demostrando que era totalmente inoperante en caso de accidente y al Dr. Marco Antonio Martinez Negrete, doctor en física de la UNAM y uno de los más destacados críticos de la energía nuclear en México.

Al mismo tiempo enviamos el reporte de WANO al Dr. David Louchbaum de la Union of Concerned Scientists, uno de los más reconocidos expertos estadounidenses en seguridad nuclear, incluso, reconocido como tal por la propia industria nuclear, y al Dr. John Large del Reino Unido, otro reconocido experto en la materia. Aunque uno no fuera experto en la materia, al leer el reporte saltaban a la luz las graves deficiencias operativas y de seguridad descubiertas en la central nuclear.

El Dr. Large fue breve y contundente en su respuesta al señalar que nunca había leído el reporte de una central nuclear en tan malas condiciones de operación y seguridad, recomendando su cierre. El Dr. David Louchbaum fue más preciso en la carta que nos dirigió, reproduzco unos párrafos:

“Si Laguna Verde fuera una planta norteamericana, la Union of Concerned Scientist pediría a la Comisión Reguladora Nuclear que obligara al paro de la central hasta que todas las reparaciones que necesita fueran efectuadas. Con tantos problemas de equipo y de procedimientos identificados en Laguna Verde es muy remota la posibilidad de que la población sea protegida en caso de que ocurra un accidente”.

“Los problemas identificados por Wano cubren el espectro de las actividades de una planta nuclear. La mayoría de los problemas, si no todos, parecen originarse por la misma causa: recursos inadecuados. Desde la carencia de un programa de entrenamiento para el ingeniero del sistema de generadores diesel hasta la falta de disponibilidad de refacciones para la gran cantidad de reparaciones atrasadas, revelan que Laguna Verde no dispone del personal ni de los recursos necesarios para adquirir y sostener niveles apropiados de seguridad”.

“El reporte contiene ejemplo tras ejemplo de problemas de mantenimiento: i) falla para realizar el mantenimiento preventivo; ii) mantenimiento que provoca, en vez de resolver, problemas, y iii) falta de seguimiento después del mantenimiento para un control adecuado. Estos problemas simplemente no serían tolerados en plantas norteamericanas y no deberían ser tolerados en Laguna Verde”.

El documento generó un escándalo público. La Cámara de Diputados creó una comisión especial de investigación sobre Laguna Verde que sería una farsa. Entregamos el reporte a la Comisión para que se enviara a evaluar por otros expertos independientes. Respondió que no podían hacerlo porque el documento había sido filtrado de manera ilegal. Sugerimos que la Comisión lo solicitará a la CFE. Se argumentó que el documento era confidencial y que la CFE no podía liberarlo por cuestiones de derecho de autor de WANO. El Dr. Mauricio Jalife, experto mexicano en derecho de la propiedad intelectual, analizó el caso y comentó por escrito que el derecho a la propiedad intelectual no puede estar por encima del interés en la seguridad nacional y que debería darse a conocer el documento de manera oficial.

La central nuclear no paró para realizar las reparaciones que, de acuerdo a David Louchbaum, sólo podrían realizarse con la planta fuera de operación. ¿Cómo opera Laguna Verde? ¿Cuál es la seguridad en la central nuclear? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que esta industria es muy poco transparente, que se distingue en el mundo por ocultar información. El recuento del ocultamiento a la población e, incluso, a las propias autoridades gubernamentales sobre la industria es una larga historia bien y profundamente descrita en “El Estado Nuclear” de Robert Jungk en el que se expone la naturaleza de esta industria relacionada desde sus orígenes a la industria nuclear y la fabricación de armamento nuclear.

Recordemos la respuesta que dieron los países europeos cuando la nube radiactiva de Chernobyl llegó a sus territorios, mientras Alemania establecía medidas muy fuertes para evitar la exposición de sus ciudadanos y tiraba alimentos, el Estado Nuclear Francés informaba a sus ciudadanos que no existía ningún riesgo y ocultaba las mediciones altas de radiactividad en su territorio. En Alemania se pedía a la población exponerse lo menos posible al aire libre, se prohibió a los niños jugar en los areneros y a la población en general, retirar sus ropas antes de entrar a casa. Mientras, a algunos kilómetros de distancia, en Francia se “informaba” a los ciudadanos que todo estaba normal que siguieran con sus hábitos cotidianos.

Otras naciones, como Irlanda, gran productora de leche y sus derivados, encontraron grandes concentraciones radiactivas en la leche que producía, las vacas concentraban la radioactividad depositada sobre los pastos. El producto, la leche fue exportada a naciones del Sur, en Brasil la rechazó. El entonces embajador en Brasil, Antonio Gonzalez de León envió una nota diplomática a la cancillería mexicana para advertir que leche contaminada de Irlanda había tratado de ingresar a Brasil y fue rechazada. A pesar de la nota diplomática, la leche ingreso a México comprada por CONASUPO. Hay que recordar que hasta entonces ninguna empresa podía importar leche, solamente CONASUPO. Las empresas privadas, incluso las que elaboraban sucedáneos de leche materna tenían que comprar a CONASUPO. Algunas de estas empresas ante la alerta internacional, analizaban la leche que le compraban a CONASUPO.

Chernobyl no sólo fue el clavo del féretro de la energía nuclear para la producción de electricidad, también cuestionó de fondo a la humanidad y su ideología del progreso que han venido impulsando una serie de avances tecnológicos sin ningún principio precautorio, sin querer evaluar sus posibles daños, sin presentar soluciones a sus riesgos. La industria nuclear declaraba que un accidente grave que implicara la fusión del núcleo del reactor no podía pasar, pasó en la central nuclear de Tres Millas, pasó en Chernobyl, pasó en Fukushima y, en menor escala, en otras centrales nucleares.

De Laguna Verde solamente sabemos el ocultamiento, no tenemos la dimensión de su riesgo. Tiene una larga historia negra, desde el inicio de su construcción cuando el Ing. Isidro Becerril Salinas, a cargo de la obra, declaró que no tenía ningún control sobre la calidad de los materiales por la alta corrupción.

Laguna Verde es de esas historias en las que uno no quiere tener, en lo más mínimo, la razón. De esas historias en las que uno quiere estar equivocado.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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