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Catalina Ruiz-Navarro

27/11/2015 - 12:00 am

La misoginia oportunista

El 25N también es un día para alborotar la misoginia. Encontré en mi feed de redes sociales artículos que hablan de “la invisible violencia de género contra los hombres”, otros tantos status afirmando que #ALosHombresTambién (que es el nuevo #NoTodosLosHombres), columnas que la campaña de la ONU para pintarse los labios de naranja era inútil, […]

El 25N también es un día para alborotar la misoginia. Encontré en mi feed de redes sociales artículos que hablan de “la invisible violencia de género contra los hombres”, otros tantos status afirmando que #ALosHombresTambién (que es el nuevo #NoTodosLosHombres), columnas que la campaña de la ONU para pintarse los labios de naranja era inútil, o criticando a “las feministas” por todo lo que no vemos o hacemos y la infinidad de cosas que nos faltan. El 25N también es el día de la misoginia soterrada, que con un oportunismo nada original aprovecha el tema para señalar a las feministas y recordarnos que pensemos en los hombres.

No se trata de que no se pueda criticar al movimiento. De hecho, las primeras y mejores críticas del movimiento vienen desde adentro, creo que las feministas, en su diversidad amplísima, somos todo menos indulgentes. Y por supuesto que #ALosHombresTambién les pegan, todos los seres humanos somos capaces de violencia, pero debemos tener en cuenta que es desde los valores patriarcales que se piensa que pegarle a alguien soluciona cualquier cosa. Lo más importante aquí es que el maltrato a los hombres por sus parejas no es un problema de salud pública, a los hombres que parecen hombres y viven como hombres, los matan por miles de razones pero no los matan porque las mujeres pensemos que nos pertenecen o porque pensemos que podemos disponer de sus cuerpos como queramos, los matan para robarles, los matan por ser soldados, los matan por razones políticas, pero no los matan por ser hombres.

Usar el día que tenemos las mujeres para visibilizar la violencia contra nosotras para criticarnos o para decirnos que dejemos de pensar en nosotras también es violencia. ¿De verdad creen que llamar la atención sobre las denuncias falsas sobre violencia de género (que son apenas el 0.018 por ciento) mejora nuestra situación? También hay denuncias falsas por robo, pero nadie lo saca en cara cuando hablamos de los índices de crimen común ni nadie pregunta qué de los derechos de los adultos cuando hablamos de los derechos de los niños. Salir con que no debemos usar la palabra feminismo (que tiene un peso histórico muy importante y reconoce la lucha de tantas mujeres) y que es mejor usar la palabra “humanismo” es de una estupidez de un nivel que me deja sin palabras. El humanismo ya es algo, es un “fan-fiction” del arte grecolatino que se puso de moda en el renacimiento y que retaba a los sistemas de pensamiento teocrático. Saberlo es fácil, basta mirar en Wikipedia. Y claro que no todas las feministas pensamos en todos los derechos de todas las mujeres, pero esa crítica tan ingeniosa la hicimos nosotras mismas, y por eso llevamos años señalando la importancia de la interseccionalidad. Finalmente, es hora de que entiendan que usar una palabra como “feminazi” es una falta de respeto: luchar por la igualdad de derechos en nada se parece a cometer un holocausto.

Ya sé que con estas críticas se sienten muy inteligentes, y que muchos de sus amigos les dan like en Facebook, pero en su afán de verse cool están ayudando a deslegitimar una causa de derechos humanos que es justa y que además es necesaria. No hay genialidad alguna en repetir bobamente las falacias de su entorno. Ver que por fin tenemos un día para que el tema se tome en serio en los medios de comunicación es un logro social muy importante. El 25 de noviembre, es un día que se ha establecido para concientizarnos y sensibilizarnos sobre la terrible violencia que vivimos todo el tiempo, y de muchas maneras, todas las mujeres.

Mejor digan que al feminismo le temen, esa afirmación al menos nace en suelo veraz, porque sí, el feminismo es una revolución que ha cambiado y seguirá cambiando de manera irreversible la manera en que poder está distribuido en el mundo. ¿Tienen miedo de perder sus privilegios? Normal. No esperábamos menos. Digan de frente que son machistas, pero no usen esa pose de racionalidad progresista para minimizar las luchas que hemos dado las mujeres por nuestros derechos.

@Catalinapordios

Catalina Ruiz-Navarro
Feminista caribe-colombiana. Columnista semanal de El Espectador y El Heraldo. Co-conductora de (e)stereotipas (Estereotipas.com). Estudió Artes Visuales y Filosofía y tiene una maestría en Literatura; ejerce estas disciplinas como periodista.

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