Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).- Desde la aparición de las redes sociales, la influencia de estas ha cambiado la dinámica de las relaciones sentimentales al grado que muchos de los problemas de pareja se originan en estos sitios.
Mientras que estudios afirman que los sitios de citas, redes sociales y salas de chat son las plataformas ideales para conocer gente, hay otros que indican que la infidelidad cibernética pueden ser igual de perjudicial que la que ocurre en la vida real.
La semana pasada, un estudio publicado por la Universidad Tecnológica de Texas, manifestó que el impacto emocional para la persona que descubre actos de infidelidad cibernética no es menos grave que el de este tipo de comportamiento cometido físicamente.
Con datos del sitio Facebookcheating.com, la doctora Jaclyn Cravens, determinó el efecto de la infidelidad cibernética y la medida en que ésta crea emociones similares para la parte engañada.
A la doctora le sorprendió la falta de estudios sobre un asunto tan generalizado en una sociedad en la cual más de mil millones de personas forman parte de Facebook, por lo que analizó este sitio para determinar cómo lidian las personas con la infidelidad de su pareja en la red. “Descubrimos algunos aspectos principales”, dijo Cravens, haciendo referencia a un modelo de cinco etapas que ejemplifican la “manera que las personas encaran el problema”:
1. Señales de advertencia: la pareja engañada percibió ciertos comportamientos sospechosos ya fuera de manera intuitiva o en internet, como ventanas minimizadas de manera abrupta, limpiezas de historial del navegador y cambio de contraseñas.
2. El descubrimiento: la víctima se da la tarea de investigar basada en los signos de alarma o, simplemente, descubre la infidelidad de manera accidental.
3. Evaluación de daños: el individuo determina si los hechos descubiertos representan o no una violación a los acuerdos de la relación.
4. Actuar sobre la evaluación: si el individuo engañado determina que lo descubierto representa una falta a la relación, se enfrenta al problema o evita a su pareja. De igual manera, puede que decida que las pruebas no son suficientemente concretas para poner en riesgo la relación. Sin embargo, otros toman represalias que, generalmente, incluyen la publicación de mensajes en línea o un mensaje a la tercera parte.
5. Tomar una decisión respecto a la relación: este punto se basa en la manera en la que el individuo engañado decidió actuar. Algunos terminan la relación porque la confianza se violó, mientras que otros utilizan comportamientos de vigilancia para asegurarse de que no vuelva a suceder. Finalmente, algunos no saben qué hacer.
No obstante, a pesar de que la profesora estableció una generalidad del proceso de infidelidad, hay puntos cuya definición es más bien vaga, debido a que cada pareja cuenta con sus propios códigos.
“Para muchas de las parejas el tercer paso puede ser muy difícil porque a menudo las parejas no tienen reglas claramente establecidas acerca del comportamiento en internet (…) No están totalmente seguras si algo puede considerarse infidelidad o no”, agrega la investigadora.
Al respecto, un estudio realizado por la firma de investigaciones en marketing YouGov, en colaboración con The Huffington Post, encuestó a dos mil personas sobre el tema y encontró que el 26% de las mujeres piensan que si sus hombres reanudaran a través de Facebook el contacto con una ex pareja lo considerarían infidelidad, mientras que el 42% de ellas dijeron que jamás harían una cosa así.
Por su parte, el 21% de los hombres pensó que reanudar contacto con un “ex” representaría infidelidad por parte de sus compañeras y el 56% de ellos aseguraron que no lo harían.
Sin embargo, a pesar de que la facilidad que algunas personas desarrollan para relacionarse en las redes sociales represente una obviedad se encuentran también una serie de motivaciones que para otros especialistas esta estrategia de flirteo cubre los vacíos de una pareja estable.
Al respecto, un estudio realizado por la Universidad de Chicago concluyó que las parejas que se conocieron por Internet tienen menos tasa de divorcios a diferencia de las que se formaron “a la antigua” o “cara a cara”, lo cual, de acuerdo con la psicóloga María Josefina Honorato es un reflejo natural del estilo de vida actual que estaría muy influenciado por las nuevas tecnologías.
Para los especialistas, la diferencia radica en que en el caso de las relaciones iniciadas en la red el vínculo se desarrolla por intereses comunes y la persona “elige” a quien le parece más adecuado, ya que la oferta de parejas potenciales es grande.
No obstante, el hecho de que los jóvenes sean quienes empleen en mayor medida las redes sociales con el tiempo puede llegar a acarrear cambios en los métodos de “conquista”, por lo que se piensa que esto influiría principalmente en que los chicos vayan perdiendo habilidades sociales para relacionarse.
“Facebook ya ha cambiado la dinámica de las relaciones”, agrega Cravens. “Vemos cuando nuestros ‘amigos’ entran en una relación. Decimos que una relación no es ‘oficial’ hasta que es ‘oficial en Facebook'”.