A cinco años de la masacre, el dolor es el mismo en Villa de Salvárcar, Ciudad Juárez

31/01/2015 - 6:43 pm
Cruz de madera y piedras con los nombres de las víctimas en el exterior de la casa 1310. Foto: Ernesto Rodríguez, El Diario
Cruz de madera y piedras con los nombres de las víctimas en el exterior de la casa 1310. Foto: Ernesto Rodríguez, El Diario

Ciudad de México, 31 de enero (SinEmbargo).- Cinco años han pasado de la masacre de Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde un grupo de sicarios abrió en una fiesta de cumpleaños. El saldo de la masacre fue de 15 jóvenes muertos y 10 heridos. Y una gran sacudida a la consciencia nacional. Y al gobierno de Felipe Calderón que, apenas había llegado a la Presidencia, lanzó una guerra contra las drogas.

La noche del 30 de enero de 2010, un comando conformado por 20 sicarios y al menos siete vehículos cerraron la calle Villa del Portal pasadas las 23:00 horas y abrieron fuego contra los domicilios 1306, 1308 y 1310. En este último se celebraba una fiesta de cumpleaños, donde unos 60 estudiantes del CBTIS 128, del Colegio de Bachilleres 9 y de la Universidad Autónoma de Chihuahua, se encontraban reunidos.

Esa noche 13 personas perdieron la vida y otras 12 quedaron heridas. José Luis Piña Dávila, de 16 años, uno de los heridos, falleció horas después en un hospital de la zona.

El 1 de febrero, en otro hospital Juan Carlos Medrano, de 17 años, murió.

A cinco años de la masacre, “como que no ‘nos cae el veinte’, pero ya lo estamos sintiendo mi esposo y yo. Cada vez se va haciendo más difícil su ausencia porque son recuerdos de cumpleaños, o cuando salen los muchachos de la escuela, los tiempos en que se iban a graduar”, dijo Luz María a Martín Orquíz, periodista de El Diario.

“El tiempo, en lugar de aminorar el dolor, lo está aumentando. Pasó Navidad, los cumpleaños, ahora el aniversario y una toda enferma. Duele más”, expresó por su parte Norma Leticia Ortiz Palma, madre de Jesús Armando Segovia Ortiz, quien fue el menor de las víctimas quien tenía 15 años.

Después de la matanza, la mayoría de los padres de los jóvenes tomaron a sus hijos y los velaron en sus hogares. Luz María Dávila García perdió a sus dos únicos hijos, Marcos y José Luis Piña Dávila, de 19 y 17 años de edad, durante la masacre.

Luz María tuvo que hacer modificaciones en su hogar porque no cabían los féretros de Marcos y José Luis. Tiró un muro que dividía la cocina del comedor. Colocó los sirios en medio del refrigerador y la cocina integral. Las coronas de flores rodearon a sus hijitos, sus muchachitos –como les dice ella– que se encontraban en dos féretros negros colmados de cartas de despedida de sus amigos y familiares.

SinEmbargo publicó el 17 de noviembre pasado una entrevista con Luz María Dávila, donde narra que después de velarlos, sepultó a sus dos hijos en el panteón junto con los otros 13 jóvenes acribillados.

En los días en los que rezaba el novenario, Felipe Calderón Hinojosa, entonces Presidente de la República, viajó a Ciudad Juárez, y se topó con Luz María Dávila y con su coraje. Ella se apostó frente a Calderón, lo miró a los ojos y le dijo: “Yo quiero que se haga justicia, no nada más para mis dos niños, sino para todos los demás niños. Yo no puedo darle la mano y decirle ‘bienvenido’, porque para mí no es bienvenido”.

“Discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido porque para mí no lo es. Nadie de ustedes lo es, ¿sí? Aquí nadie lo es. Porque aquí son más de dos años que se están cometiendo asesinatos; se están cometiendo muchas cosas y nadie hace nada”.

La imagen de la madre llena de dolor le dio la vuelta al mundo.

Antes, desde el extranjero, Calderón había llamado “pandilleros” a los jóvenes masacrados, por lo que Luz María Dávila le pidió cuentas:

“Yo quiero que esto se haga bien, que Juárez sea el Juárez de antes. Aquí Juárez está en luto. No es justo; mis muchachitos estaban en una fiesta. Ahora lo que quiero es que usted… usted se retracte de lo que dijeron, de lo que usted dijo: que eran pandilleros. Mentira”.

“Uno de mis hijos estaba en la UACH y el otro estaba en la prepa. No tenían… no tenían tiempo. No puede ser que digan que eran pandilleros. No tenían tiempo para andar en la calle, estudiaban y trabajaban”, le aclaró.

DEUDOS PIDEN INDEMNIZACIÓN

El pasado 25 de enero, los familiares de las víctimas de Villas de Salvárcar y sobrevivientes acudieron ante un agente del Ministerio Público Federal a interponer una denuncia por el asesinato de 15 personas, así como por las lesiones que sufrieron otras 10, por lo que se abrió la averiguación previa 136/2015.

El representante de los deudos y de los sobrevivientes, Gustavo de la Rosa Hickerson, dio a conocer que la autoridad federal aceptó el trámite y ahora se espera que se tome un acuerdo para establecer la competencia de la querella.

“La demanda ya está hecha, así como la solicitud para que los familiares de las víctimas y los heridos sean atendidos por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas”, explicó el litigante.

Además, se entregó una carta dirigida al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, donde se explica la postura de los deudos de Villas de Salvárcar.

La principal motivación del trámite, explicó de la Rosa Hickerson, es exigir justicia para los padres y viudas de quienes fueron masacrados en esa ocasión.

El abogado señaló que cada núcleo familiar, formado por los deudos de las víctimas, debe recibir como indemnización entre uno y dos millones de pesos, según lo que establece la Ley General de Víctimas.

Sin embargo, para acceder a esa compensación el hecho debe ser atraído primero por un agente del Ministerio Público federal, por lo que ayer emprendieron el primer paso en busca de esa meta.
Al menos 10 familias van a firmar esa demanda, ya que otros cuatro no desean hacerlo por razones personales, también están incluidos los 10 sobrevivientes del ataque.

A través de la demanda se pretende que la autoridad establezca que se perpetró un delito de carácter federal, luego que se comprobó que fue perpetrado por un grupo de la delincuencia organizada, hecho que debe ser investigado por la PGR.

Indicó que los hechos que derivaron en la muerte de 15 personas y en las lesiones que presentaron otras 10 fueron consideradas de carácter local, cuando se trata de un crimen que debe investigar el ámbito federal.

Además, los perpetradores utilizaron armas de grueso calibre de las prohibidas por la ley y los encargados de la seguridad pública en ese momento eran elementos militares.

También ha trascendido que hubo declaraciones de personas que fueron líderes de grupos de la delincuencia organizada en el sentido de que iban a matarlos, incluso están procesados por delitos federales.

De la Rosa Hickerson indicó que jueces locales impusieron como reparación del daño a cada uno de los cuatro sentenciados por ese caso el pago de 40 mil pesos, que les parecen una burla.

El defensor legal enfatizó que más allá de la cantidad monetaria que se puede llegar a obtener, la vida de ninguna de las víctimas tiene precio, pero se busca que se les indemnice de forma digna.

Se refirió a la versión de que en ese evento se utilizaron armas que fueron introducidas a México a través del programa realizado por el gobierno de Estados Unidos denominado “Rápido y Furioso”, pero el reclamo se hará en México ya que para que hayan podido ingresar al territorio nacional tuvo que existir la complicidad de autoridades nacionales, que están encargadas de controlar el tráfico de este tipo de artefactos.

FAMILIARES REALIZAN VIGILIA

Ayer, familiares, amigos y vecinos del fraccionamiento Villas de Salvárcar iniciaron una vigilia para recordar a los 15 jóvenes víctimas de la masacre ocurrida hace cinco años.

Durante la tarde celebraron una misa en el templo Jesús Sol de Justicia y de ahí se trasladaron hasta el memorial donde fueron recordados como eran en vida, alegres, entusiastas y llenos de proyectos, y después fueron soltados globos blancos y rosas en su memoria.

Posteriormente los asistentes se trasladaron hasta el sitio de la matanza y en el exterior de la vivienda ubicada en la calle del Portal donde fue instalada una carpa para que los asistentes se cubran de la lluvia que se registra esta noche en la ciudad.

Dentro de la vivienda fueron colocadas veladoras, fotografías de los jóvenes y arreglos florales.
En la entrada fueron esparcidos pétalos de rosas cuyo aroma inunda la vivienda donde en el 2010 se registró la masacre de un grupo de jóvenes, en su mayoría estudiantes, que habían asistido a una reunión.

Entre las presentes se encuentraba la señora Luz María Dávila, madre de los jóvenes Piña, quien tuvo que ser auxiliada por los presentes debido a que se desvaneció al ingresar a la vivienda donde le fue arrebatada la vida a sus seres queridos.

La señora es recordada como quien en un acto público encaro al ex Presidente Felipe Calderón y le expresó que no era bienvenido en esta ciudad.

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