Monsanto pierde en Europa: renuncia a seguir intentando introducir plantas modificadas genéticamente

31/05/2013 - 12:08 pm
Póster de una de las campañas contra Monsanto. Foto: Facebook
Póster de una de las campañas contra Monsanto. Foto: Facebook

Düsseldorf/Berlín, 31 may (dpa) – El mayor fabricante de cultivos transgénicos del mundo, Monsanto, anunció hoy que renuncia a seguir intentando introducir plantas modificadas genéticamente al mercado europeo.

“No vamos a hacer ningún trabajo de lobby más para el cultivo en Europa”, aseguró el portavoz de Monsanto Europa, Brandon Mitcheneer, al diario alemán “Taz”.

“Actualmente tampoco planeamos solicitar el permiso para nuevos cultivos transgénicos”, agregó. Monsanto decidió tomar esta decisión en base a la débil demanda de los agricultores.

“Hemos comprendido que por el momento no existe una gran aceptación al respecto”, comentó la portavoz de Monsanto Deutschland, Ursula Lüttmer-Ouazane. “No hemos conseguido avanzar durante años. Es contraproductivo luchar contra molinos de viento”, argumentó la portavoz de la empresa estadounidense.

Desde el Ministerio de Agricultura alemán rechazaron comentar la noticia, aunque es bien conocido que el ministerio tiene una postura crítica respecto a los productos transgénicos.

“Las promesas milagrosas de la industria de modificación genética no se han cumplido ni para la agricultura en Europa ni para la agricultura en los países en desarrollo o emergentes”, indicó una portavoz del ministerio de Agricultura.

Sin embargo, la diputa del partido Liberal (FDP) Christel Happach-Kasan cree que la decisión será una “pérdida para Alemania” en el ámbito de la ciencia, del mercado laboral y del valor añadido.

Desde hace años existe un gran movimiento de protesta contra las plantas modificadas genéticamente en Alemania. El gobierno alemán prohibió en 2009 el cultivo del maiz transgénico MON810 de Monsanto.

Otros competidores de Monsanto, como Bayer CropScience, BASF y Syngenta decidieron también abandonar sus negocios de plantas transgénicas en Alemania.

La empresa estadounidense promete ventajas millonarias a través de un incremento de la productividad y un menor esfuerzo para la protección de las plantas a través de las técnicas genéticas.

Sin embargo, defensores del medioambiente temen que se produzcan riesgos incalculables para el entorno si se ponen en circulación semillas modificadas genéticamente.

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