La indignación que causó el descubrimiento del rancho Izaguirre convocó este sábado a miles de personas a lo largo del territorio nacional para una jornada de vigilia en exigencia de justicia.
Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo/LaOpinión).- Al menos tres sobrevivientes del centro de adiestramiento y posible lugar de exterminio hallado hace dos semanas en Teuchitlán, Jalisco, indicaron a Indira Navarro, fundadora del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, que están dispuestas a narrar sus testimonios, pero señalaron esperan aportar evidencia a la Fiscalía General de la República (FGR), pues desconfían de la Fiscalía General del Estado (FGE).
A raíz del descubrimiento, Navarro señaló que se dispararon llamadas anónimas denunciando lugares similares en Jalisco, por lo que la buscadora exigió al Gobierno del Estado investigar y revisar los otros sitios.
El descubrimiento del rancho Izaguirre convocó este sábado a miles de personas a lo largo del territorio nacional para una jornada de vigilia en exigencia de justicia para las familias de personas desaparecidas.
Con altares en las principales ciudades del país, colectivos de búsqueda y decenas de personas representaron la imagen que desató la indignación: cientos de zapatos, de entre 200 y 400 personas, abandonados a metros donde las buscadoras denunciaron la existencia de crematorios clandestinos. Hasta el momento, no ha sido posible determinar el número posible de víctimas.
El 5 de marzo, el colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco” destapó uno de los hallazgos más impactantes en los últimos años: un centro de exterminio en el rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, operado presuntamente por el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), donde se estima que al menos mil 500 personas fueron asesinadas y quemadas, en tres años, pero el lugar operó desde 2012.
Navarro también relató en diversas entrevistas a medios que una sobreviviente identificada como “María" (para reservar su verdadera identidad) mencionó que, durante los tres años que estuvo contra su voluntad en el rancho Izaguirre, fueron incineradas aproximadamente mil 500 personas.
“Me dijo que esto tiene más de diez años, que opera desde 2012. Que la gente del lugar lo sabía, pero no podían hablar porque estaban amenazados. Me contó cosas muy fuertes”, declaró Navarro en entrevista con Aristegui Noticias.
Falsas promesas de trabajo
Las víctimas provenían de diversos estados del país, como Durango, Chihuahua, Guanajuato, Oaxaca y el Estado de México, y muchas fueron engañadas con falsas promesas de trabajo. Sin embargo, algunas personas también llegaron por su propia voluntad, atraídas por el crimen organizado que operaba en la zona.
Según el testimonio “María”, el rancho operaba como un campo de concentración y adiestramiento forzado del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más violentas de México.
De acuerdo a la sobreviviente, las personas que no eran consideradas aptas para integrarse a las filas del crimen organizado eran asesinadas de inmediato.
Crematorios clandestinos
En el sitio, descubierto gracias a una denuncia anónima, se encontraron restos humanos, ropa y otros indicios de violencia sistemática. Se encontraron tres crematorios clandestinos y alrededor de 400 prendas de ropa, mochilas y zapatos, lo que confirma la magnitud de las atrocidades cometidas allí.
Indira Navarro denunció en entrevista con Adela Micha que la comunidad de la Eztanzuela, en Teuchitlán, donde se ubica el rancho, no cuenta con seguridad municipal, lo que permite al crimen organizado tener un control absoluto de la zona.
El centro de exterminio, es señalado de operar con total impunidad durante más de una década. Las autoridades han comenzado una investigación sobre las posibles omisiones de la Fiscalía de Jalisco, ante la gravedad de los hechos.
Según Navarro, la presencia policial es mínima, con solo tres patrullas en el área, lo que facilita la operación impune de estos centros clandestinos.