Zambrano se despide como líder del PRD; analistas prevén elección “complicada”

02/10/2014 - 12:03 am
Jesus Zambrano se despidió ayer como líder del PRD. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Jesus Zambrano se despidió ayer como líder del PRD. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).– Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se despidió ayer de los medios de comunicación, ya que el próximo sábado concluye su labor al frente de la dirigencia de la fuerza política.

Zambrano se va seis meses después de que concluyó su periodo al frente del Sol Azteca, pero con la seguridad de que lo sucederá un “Chucho”: Carlos Navarrete Ruiz.

“Tengo la confianza de que quien sea electo por el consejo, que encabece bien el trabajo del PRD, si es Carlos Navarrete, tiene las tablas necesarias”, dijo al cuestionársele sobre si estaba seguro que Navarrete será electo.

El perredista ofreció una comida en el restaurante Palominos, en el Distrito Federal, para despedir su dirigencia. Esta fue su última aparición pública como líder de la fuerza política, pues el próximo sábado el nuevo Consejo Nacional –electo el pasado 7 de septiembre– votará al nuevo presidente y secretario general del PRD.

“De acuerdo con la información visible, con esta sucesión que se dará en el PRD y con la llegada de Navarrete se plantea una continuidad y un mantenimiento del grupo de Zambrano y ‘Los Chuchos’”, dijo Enrique Gutiérrez Márquez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (UIA).

Para el analista, no hay expectativas sobre lo que sucederá el sábado 4 de octubre, pues las cuentas son claras: en las elecciones internas del PRD, la coalición que apoya a Navarrete obtuvo 70 por ciento de los votos. Las dos “tribus” o corrientes internas más grandes que apoyan a Carlos Navarrete, Nueva Izquierda (NI) y Alternativa Democrática Nacional (ADN), dejaron en desventaja a la expresión que lidera René Bejarano Martínez, Izquierda Democrática Nacional (IDN), quien apenas obtuvo un 16 por ciento de los votos para el Consejo Nacional que elegirá al nuevo presidente y secretario general.

De acuerdo con la actas de la elección, las planillas de NI obtuvieron 36 por ciento de los votos totales, mientras que las de ADN, corriente que lidera Héctor Bautista, se quedó con 21.9 por ciento.

Con los resultados de los comicios del 7 de septiembre, la coalición que apoya a Navarrete podrá asignar a 225 Consejeros Nacionales, 10 puntos más de lo que el estatuto requiere para nombrar presidente y secretario general.

Bajo este escenario se descarta un candidato de unidad, como planteó en su momento la corriente IDN en la figura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y también una competencia real para el ex Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubón y Carlos Sotelo García, aspirantes a presidir al PRD.

Zambrano debió entregar la estafeta el 21 de marzo de este año, pero las condiciones no estaban dadas y las distintas corrientes luchaban por un método de elección distinto al que se realizará el próximo sábado. El mismo Marcelo Ebrard planteó en varias ocasiones una elección abierta, libre y secreta, pero “Los Chuchos” apoyaron elegir de forma indirecta a los nuevos representantes, a través de consejeros.

El próximo sábado, si se elige a Carlos Navarrete, iniciará la cuarta administración de la corriente que lidera Jesús Ortega Martínez, después de tres años al frente de la dirigencia del PRD.

UN PARTIDO EN CRISIS

Jesús Ortega y Jesús Zambrano, "Los Chuchos", lideran el PRD. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Jesús Ortega y Jesús Zambrano, integrantes de “Los Chuchos”. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

El investigador de la UIA, Enrique Gutiérrez, dijo que aún es prematuro saber qué sucederá en las elecciones de 2015, pero se puede advertir una “situación complicada” para el Sol Azteca.

“Frente al cierre de espacios de algunas otras voces del PRD, puede avecinarse una situación complicada, un escenario complejo frente a las elecciones federales de 2015 y donde varios grupos [del partido], no se sentirán representados”, dijo.

El analista explicó que la continuidad del grupo dominante al interior de la fuerza política, Nueva Izquierda, en la figura de Carlos Navarrete, marcará un punto importante en el destino del Sol Azteca en las elecciones de 2015 y 2018. Si no hay representatividad, el partido entrará en crisis.

“Habrá que ver si las oficinas de Benjamín Franklin [sede nacional del partido] no se quedan vacías después de esta elección. El grupo de Bejarano tiene un peso importante en el movimiento territorial del PRD en el Distrito Federal, por ejemplo. Si no logran negociar posiciones que puedan subsanar el perder la dirigencia, podríamos ver que estos líderes busquen otro partido. Ya lo hemos visto”, expuso.

De acuerdo con otros especialistas, Zambrano deja detrás a un Sol Azteca en crisis, desdibujado y cercano al poder y alejado de su militancia e ideales.

Sin embargo, esta herencia no le corresponde sólo a Zambrano, sino que forma parte de un proyecto político que inició desde el interinato de Guadalupe Acosta Naranjo y que tomó fuerza entre 2008 y 2011 con Jesús Ortega Martínez, el líder de “Los Chuchos” o corriente Nueva Izquierda, dijeron líderes perredistas y analistas.

Lo aseguraron no sólo los críticos más importantes del proyecto de Nueva Izquierda como el ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, sino también Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, considerado el líder moral de la fuerza política y lo reconoce hasta Carlos Navarrete Ruiz, el candidato de “Los Chuchos” para encabezar a la próxima dirigencia

Uno de los discursos más encendidos que recuerdan hasta hoy los perredistas fue aquel de Cárdenas Solórzano cuando se plantó –en noviembre del año pasado– frente a Zambrano en el Congreso Nacional de Oaxtepec, Morelos, y le dijo que el partido que dirige apoyó al “entreguismo” durante los últimos años.

Después de que los abucheos en contra del presidente nacional se calmaron, Cárdenas tomó la palabra para decir que las divisiones al interior del partido podrían contribuir a que “la representación de la izquierda mexicana, que la gente reconoce, quede en fuerzas que han venido trabajando sin definición ideológica, sin verdadero proyecto nacional consciente o inconscientemente, apoyando al entreguismo”.

Cárdenas prosiguió: “Estas contradicciones nos desacreditan, nos debilitan, nos desdibujan. Ninguna ventaja ha sacado el PRD, salvo alguna posición burocrática y no política y, por cierto, menor”.

Telésforo Nava Vázquez, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien por muchos años participó en la vida política del Sol Azteca, detalló en aquel entonces que el PRD de Nueva Izquierda es un partido que lejos de buscar la Presidencia de la República, se pelea internamente por los puestos.

“Ya no es el PRD que se fundó en 1989. Si se leen los documentos de su fundación y lo que se planteaba y se ve en la práctica de hoy, la lucha por una democratización del país hace rato que se dejó y no sólo son ‘Los Chuchos’ y los bejaranistas, todos andan tras el billete, los elevados salarios, el glamour del poder. A ellos no les interesa que el partido elabore un programa para llevar al pueblo a la lucha para cambiar la situación que significa el PRI”, dijo.

También en esa ocasión Salvador Mora, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el partido que deja Jesús Zambrano, es una fuerza política colocada al centro.

“Un proyecto reformista ‘progre’ dirían ellos. A pesar de haber llegado con demasiadas observaciones su trabajo fue acercar al PRD a una posición moderada, centrista, que para muchos es un pecado, porque realizó alianzas con el gobierno federal que derivaron en el Pacto [por México]”, dijo.

El analista detalló que esta conducción del partido no fue privativa de la administración de Zambrano, sino que obedece a un proyecto de Nueva Izquierda que data desde la dirigencia de Guadalupe Acosta Naranjo.

“Desde la presidencia de Acosta Naranjo se vio a un PRD negociador, un partido con un acercamiento al poder por una cuestión política y electoral para obtener beneficios políticos. Triunfos electorales que han tenido una aprobación por el gobierno en turno”, dijo.

Pero a pesar de las críticas a su gestión, para Jesús Zambrano, son infundadas.

“Yo no me voy dejando un partido en crisis. Sostengo que el PRD no está en crisis: sostengo que el PRD vive una complicada situación en un escenario muy complejo del país en el debemos tener una estrategia que nos permita enfrentar sumando todas las formas que se puedan de la sociedad para echar abajo la Reforma Energética”, dijo Zambrano en entrevista con SinEmbargo en marzo.

Asimismo aseguró que su partido no vivió un proceso de desdibujamiento, sino de “dibujamiento” de una nueva forma de ser oposición en el país. “Me parece que, insisto, que quienes critican y quieren ver sólo la parte negativa para decir: “La única salvación soy yo”, se están equivocando. Yo digo que ese tipo de críticas de las más atroces son una especie, una forma de patear el pesebre”, comentó.

Ayer, Zambrano dijo que abandona la dirigencia del PRD, con la satisfacción de dejar un partido estable. “Me voy con la frente en alto”.

El todavía presidente de la fuerza política indicó que le tocó presidir una gestión muy controvertida, donde otros liderazgos de izquierda acusaron que el partido perdía su identidad y sus bases ideológicas.

“Me tocó dibujar la identidad de una izquierda que México necesita, por eso firmamos los acuerdos del Pacto por México y sacamos la Reforma Educativa y la controvertida Reforma en Telecomunicaciones. Un sector amplio de la sociedad y del empresariado nos dice que esta es la izquierda que México necesita para cambiar de fondo al país”, dijo.

Jesús Zambrano declaró que espera que la próxima presidencia continúe con esa línea, el de una “izquierda comprometida con las clases medias y empresariado del país”.

El dirigente aseguró que deja buenas cuentas políticas y criticó que quienes aseguran que dejó “una izquierda vendida” con la derecha.

“Que exhiban las facturas esos que dicen que vendí al partido. Yo sé que hay analistas, que se dicen analistas o escritores del PRD, que tienen muchos deseos que el PRD desaparezca”, finalizó.

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