Además, cuando los agraviados quisieron denunciar los hechos ante el Ministerio Público, las autoridades correspondientes los condicionaron a recibir la queja solo si sacaban una “cita” con el Director de Seguridad Pública”.
Por Edith Domínguez
Ciudad de México, 5 marzo (SinEmbargo/Zona Franca).- Cuerámaro, Gto. Una familia de Cuerámaro denunció ante la Procuraduría de los Derechos Humanos a policías municipales que, encapuchados, sacaron a golpes a un padre y su hijo de su casa para robarles dinero, dejarlos sin motivo encerrados en los separos de Seguridad Pública y depositar su camioneta en una pensión federal, la cual no ha sido devuelta.
Además, cuando los agraviados quisieron denunciar los hechos ante el Ministerio Público, las autoridades correspondientes los condicionaron a recibir la queja solo si sacaban una “cita” con el Director de Seguridad Pública”.
Después de presentada la denuncia ante Derechos Humanos, las amenazas siguen de parte de los policías hacia los afectados.
Ante esta situación, las víctimas de este abuso hacen responsables de su integridad al alcalde de Cuerámaro, Moisés Felipe Muñoz, y al director de Seguridad Pública de este municipio, Francisco Muñoz Rea.
En entrevista, J. Guadalupe, de 45 años de edad, la persona con discapacidad que fue sacada a golpes de su domicilio, explicó a Zona Franca que al ir a su vivienda el domingo pasado a bordo de su camioneta, sobre la calle Guillermo Prieto de la ciudad de Cuerámaro, observó que varias unidades de Seguridad Pública iban atrás de él con torreta prendida, por lo que aceleró el paso para dejarlos pasar y poder seguir su camino.
Sin embargo, al llegar a su hogar, ubicado en la calle Fuerte, después de 5 a 10 minutos de estar ahí, elementos de Seguridad Pública encapuchados arribaron al lugar, descendieron de la patrulla, tocaron a la puerta y arremetieron contra el hijo del agraviado, José Juan, de 22 años, a quien golpearon hasta someterlo y esposarlo.
“A los cinco y diez minutos de llegar, ellos tocaron la puerta; salió un muchacho mío y lo golpearon y esposaron; sale mi esposa, salgo yo, y me patalean en mi rodilla mala; soy una persona con discapacidad; ahí me golpean y se meten a mi casa”, explicó Guadalupe.
También se llevaron la camioneta propiedad del padre y la depositaron en una pensión federal, revisaron sus pertenencias, llevándose dinero en efectivo de una bolsa de plástico, además del dinero de la cartera. Al hijo le quitaron una cadenita que colgaba de su cuello.
“Tengo una bolsita donde cargo mis boletos donde trabajo, me sacaron mis llaves, una bolsa de cambio, donde traía como 480 pesos, en la cartera traía mil 500, y nada más me dejaron 200 pesos”, detalló.
El dinero tomado por los policías nunca fue reportado en barandilla de Seguridad Pública, adonde finalmente llevaron a Guadalupe y José Juan. En este lugar, el padre solicitó que lo llevaron con un médico, y a cambio de ello solo recibió más maltratos.
“Inclusive les dije que necesitaba un doctor, les dije ¡denme chanza o llévenme al seguro y ahorita regreso, o ustedes llévenme! Me contestaron que no; uno de seguridad que estaba encapuchado me dijo que ‘ni madres’, que les valía, que ahí me iba a quedar como un perro”, expresó.
Después fue ingresado a los separos de seguridad pública, donde los aventaron “como si fuéramos animales; yo con mi rodilla, me maromee, porque todavía mi pie está rígido, no dobla”, dijo.
Permanecieron detenidos el domingo y hasta el lunes los dejaron salir, pero tuvieron que pagar una multa de 750 pesos; preguntaron por qué tenían pagar, y solo les dijeron que era una “multa administrativa”. La camioneta no la regresaron.
Al salir de los separos, acudieron a la Agencia del Ministerio Público, lugar donde fueron atendidos por una “licenciada” de quien desconocen su nombre, y quien no quiso recibir la denuncia, porque –les dijo- primero tenían que sacar cita con el director.
“Me dijeron que primero tenía que sacarme la licenciada una cita con el director, le dije para qué quiero yo al director, yo lo que vengo hacer es una denuncia, y nos respondieron, ‘venga hasta mañana”, explicó Guadalupe.
El día de ayer acudieron a la Procuraduría de los Derechos Humanos de la regional B, ubicada en Irapuato, en donde interpusieron su denuncia en contra de los policías municipales
“En contra de los elementos de Seguridad Pública y el Ministerio Público que no quiso levantar la denuncia”, dijo.
Sin embargo, las amenazas no han cesado después del día de los hechos. El jueves, explicó J. Guadalupe, los policías municipales persiguieron a sus hijos y los amenazaron.
Por ello, ante cualquier hecho que perjudique a su familia, el padre hace responsable al alcalde de Cuerámaro y al director de la Policía Municipal.
“Nos amenazan, dicen que donde nos vean se las vamos a pagar, hijos de quién sabe qué tanto. Ahorita, un muchacho de los míos está escondido porque lo corretearon y cuando se metió a la casa le gritaron ‘atente a las consecuencias, no se las van acabar.
“No tengo miedo, lo que temo es que mis hijos salgan a trabajar y les vayan a dar un golpe por allá, por eso hago responsable al Presidente Moisés Felipe Muñoz y al directo de seguridad pública, Franscico Muñoz Rea”, sentenció.
