San Cristóbal de las Casas, Chis., 7 Oct. (Notimex).- El obispo Felipe Arizmendi Esquivel lamentó la muerte del hijo del ex dirigente priista Humberto Moreira y pidió replantear la estrategia para el combate al crimen organizado, “sin dejar las manos libres al narco”.
En entrevista, el prelado dijo que toda violencia es lamentable, “no solamente porque sea hijo de una persona políticamente importante, pues hay tantos casos de personas sencillas y humildes de quienes nadie se acuerda y tenemos que ser sensibles para eso”.
Es indispensable, añadió, buscar soluciones, y recordó que hace unos días la Iglesia Católica organizó en la ciudad de México un diálogo por la paz al que asistieron académicos, científicos y literatos.
Ello, refirió, “para que entre todos tuviéramos un diálogo para ver por dónde caminar y una de las propuestas es escuchémonos, nadie tiene la prerrogativa de la verdad total”.
Esto significa, continuó, “que entre organizaciones, iglesias, grupos y escuelas, podamos escucharnos para resolver, no sólo el crimen de ese joven (José Eduardo Moreira Rodríguez), sino todos los crímenes y replantear la forma de seguir combatiendo el narcotráfico”.
“No se les puede dejar con todo el poder que tienen (a los narcotraficantes; pongo como el ejemplo de mi pueblo, que es muy chico, hay como cuatro o cinco taxistas que tienen que pagar su cuota, de otra forma no los dejan trabajar y ese es un abuso”, apuntó.
Pidió al gobierno no permitir que los delincuentes hagan lo que quieran, “porque lo que digo de esas cuotas lo dicen muchos y pregunten en Michoacán, en varias partes donde está mucho peor y no se pueden dejar libres las manos al narco”.
El religioso llamó “por una parte, a combatir el poder tan grande que tiene los narcotraficantes y, por otra, saber respetar los derechos de aquellos que nada tienen que ver con la delincuencia”.
