Caracas, 10 Ene (Notimex).- Venezuela es el país con el mayor número de homicidios de América Latina, al totalizar 19 mil 366 asesinatos, o 53 muertes por día durante 2011, informó el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
“La tasa de homicidios se elevó a 67 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que corresponde a una epidemia de violencia en el país suramericano”, dijo a Notimex Roberto Briceño León, director de la citada organización no gubernamental.
Briceño aseveró que según estadísticas llevadas por el OVV, Colombia registró el año pasado 33 homicidios por cada cien mil habitantes, México 18, Costa Rica 11, Estado Unidos cinco y Canadá dos.
“Tan sólo en el área metropolitana de Caracas se reportaron cinco mil 593 personas fallecidas por hechos de violencia”, precisó el experto.
Señaló que la tasa de homicidios es ahora 10 veces mayor que la de Estados Unidos, tres veces más que Brasil o México y dos veces más que Colombia, lo que coloca a Venezuela como un país donde la vida no vale nada.
Según la organización que preside, en 2010 hubo 17 mil 600 asesinatos en todo el país, cifra que igualmente superó a las registradas ese año en otras regiones latinoamericanas.
“Los robos y los secuestros también aumentaron dejando a numerosos venezolanos lisiados o paralíticos en sillas de ruedas, al haber tenido la suerte de sobrevivir a los ataques violentos del hampa común”, señaló.
Refirió que la verdadera explicación al excesivo incremento de la violencia en Venezuela se encuentra en la política equivocada del gobierno para enfrentar este flagelo y a la existencia de una pasmosa impunidad.
“El uso de la fuerza se ha legitimado en el país y las medidas para contenerla han fracasado como consecuencia del continuo elogio de la violencia y de los violentos, la impunidad creciente y los llamados continuos a la guerra”, señaló.
Advirtió Briceño León que la inseguridad sigue siendo la principal preocupación para los venezolanos, debido a que el Estado no garantiza la protección a los ciudadanos, ni persigue a los delincuentes.
“No hay una política de seguridad, sino respuestas inconexas y contradictorias a situaciones que, al final, lo único que logran es incrementar aún más las cifras de homicidios y los delitos en general”, aseguró el sociólogo
