Eduardo y Alejandro son socios, uno es chileno, el otro es mexicano y los dos se han quedado en este país. En México trabajan, crecen y sueñan. Hoy, con incertidumbre por la relación con Estados Unidos, llaman a no voltear “para el otro lado”, mucho menos en el aspecto gastronómico, en el que la mesa siempre está puesta.
Video: Cri Rodríguez
Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).– “El sueño mexicano existe”, dice, repite y asegura Eduardo Loyola, un cocinero chileno que llegó al país a través de un crucero en el que trabajó como chef tournant. Pasó por Ixtapa, por Cozumel, por Querétaro, hasta llegar a la Ciudad de México, lugar en el que conoció al dueño de la cervecería-pizzería Zazá, Alejandro Jiménez (o Alex Zazá). Un lugar en la colonia Condesa, precursor de “la comida de barrio” y del apoyo a las cervecerías locales.
Se conocieron cerveza en mano cuando el chef era comensal y años más tarde se hicieron socios. “Se puede crecer acá, aquí están todas las condiciones para hacer lo que uno quiera”, dice Lalo mientras cocina una chorrillana, platillo típico chileno, con ingredientes que se encuentran en la Canasta Básica mexicana.
Loyola propuso el proyecto de “Sueño Mexicano” a Mundano, con el fin de regresarle a México un poco de lo que le ha dado y sobre todo, recordarle a los nacidos en este territorio que no es necesario voltear “pa’l otro lado de las serpientes”, pues el país tiene todo para hacer ganar y crecer a sus habitantes, empezando por la comida.
“Yo me sentí muy querido en México, para mí México en la historia de Sudamérica siempre fue el país que recibió a la gente de las dictaduras, siempre fue el país cariñoso”, dice Eduardo.
Alex, –músico y desde hace varios años, restaurantero mexicano– recuerda un mensaje escrito en una parte de la valla que separa a México de Estados Unidos: “También de este lado hay sueños”. La frase que se puede leer del lado de Tijuana, “es de las más lindas que he visto en mi vida […] yo creo que hay que vivirlos, hay que trabajar y sobre todo respetarnos como sociedad, eso es lo primordial”, dice a Mundano.
Para esta chorrillana, vendida usualmente en Valparaíso para “el bajón” de la fiesta, Lalo utilizó ingredientes de la canasta básica establecida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en México y se sorprendió al revisarla: “En la canasta está el refresco, es algo muy fuerte”, dice Eduardo. Sí, también se incluye el pan blanco, las carnes procesadas, el yogur, el azúcar y los jugos envasados.
En total, se gastó 36 pesos, en un platillo que podría alimentar a tres o cuatro personas:
- 350 g de papa – $5
- 150 g de cebolla – $3
- Dos huevos – $4
- 200 ml de aceite – $8
- 150 g de carne de res – $16
Ambos comparten historias, recetas, cervezas, se sorprender –y agradecen– haber encontrado a un hermano del otro lado del mundo, “las fronteras no deberían existir”, concuerdan.
