La asistencia social contribuye a combatir la pobreza: FAO; en México, Prospera la bajó 30%

13/10/2015 - 12:49 pm

Ese tipo de protección social –aunque no basta por sí sola– permite a las personas vulnerables, después de un tiempo, invertir más en agricultura y otras actividades productivas, así como mejorar la salud, la educación y las oportunidades de sus hijos.

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Actualmente esas iniciativas ayudan a unos 2 mil 100 millones de personas en los países en desarrollo. Foto: EFE.

Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo/EFE/Notimex).– La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió extender la protección social en su informe anual del estado de la alimentación y la agricultura para acabar con la pobreza y el hambre.

La organización destacó que actualmente este tipo de asistencia cubre a un tercio de la población mundial y destacó que, aunque proliferan los programas, la mayoría de las personas pobres en las zonas rurales no cuenta aún con ningún tipo de cobertura social.

Actualmente, estas iniciativas ayudan a unos 2 mil 100 millones de personas en los países en desarrollo y solo en 2013 lograron sacar a 150 millones de la pobreza extrema. En México, la FAO calcula que el 48.9 por ciento de la población está cubierta por algún programa de asistencia social.

El organismo detalla que tan sólo Progresa (ahora Prospera), que recibió 26 millones, disminuyó un 10 por ciento aproximadamente el número de pobres entre los beneficiarios y redujo alrededor de un 30 por ciento la brecha de la pobreza a lo largo de dos años.

“El éxito del programa se debió, en parte, al hecho de que sustituyó a otras subvenciones poco específicas, lo que sugiere que una buena selección de los destinatarios es importante para reducir la pobreza”, dice el documento “El estado mundial de la agricultura y la alimentación, la protección social y la agricultura: romper el ciclo de la pobreza rural”.

El director general de la FAO, José Graziano da Silva, aseguró en una rueda de prensa que ese tipo de protección permite a las personas vulnerables, después de un tiempo, invertir más en agricultura y otras actividades productivas, así como mejorar la salud, la educación y las oportunidades de sus hijos.

“Necesitamos más fondos y compromiso político” para que las inversiones en la agricultura a pequeña escala sean más efectivas y las familias pobres sean menos vulnerables a los impactos del cambio climático, afirmó.

Por su parte, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), José Antonio Meade Kuribreña, expresó ante funcionarios internacionales, académicos y representantes de otros gobiernos reunidos en el 5 Foro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre Estadísticas, Conocimientos y Políticas que pese a los avances registrados en materia de política social, aún queda un largo camino que recorrer para que todos los mexicanos puedan acceder al ejercicio de una ciudadanía plena.

“No deben existir varios Méxicos sino uno solo, de oportunidades y de prosperidad”, afirmó.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el número de pobres en el país aumentó dos millones en dos años al pasar de 53.3 en 2012 a 55.3 millones en 2014.

Para organizaciones que conforman el colectivo Frente a la Pobreza, el manejo de programas sociales profundizan la desigualdad y no cumplen con su objetivo, pues están mal aplicados y favorecen el “clientelismo”.

“Hay programas para mejoramiento de la economía y la reducción de la pobreza que tienen muchos recursos pero no funcionan. Es un absurdo. Los programas tienen que dejar de ser dádivas de gobernadores y funcionarios”, indicó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador del colectivo.

PROTECCIÓN SOCIAL EN EL MUNDO

De acuerdo con el reporte de la FAO, en los países en desarrollo, la experiencia positiva con los programas a gran escala que ayudan a las personas pobres y vulnerables —como en el caso del Brasil, Etiopía, la India y México— ha impulsado y revalorizado la importancia.

“La protección social y la agricultura: romper el ciclo de la pobreza rural y la función de estos programas a la hora de combatir la pobreza y el hambre, así como las desigualdades sociales, económicas y políticas. Se ha producido una rápida expansión de los programas de protección social en los últimos dos decenios”, detalla.

El director general adjunto de la FAO Jomo Sundaram agregó que “todos los países pueden permitirse la protección social” y aquellos que sean muy pobres pueden recurrir a la ayuda externa para mantenerla en el tiempo.

Sundaram consideró que esos programas no bastan por sí solos para erradicar el hambre y la pobreza, pero pueden contribuir a fomentar las inversiones productivas dentro de una estrategia de desarrollo más amplia y coordinada.

Según las cifras difundidas, existen al menos 145 países que ofrecen hoy en día una o más formas de protección social, sistema dentro del cual la asistencia social cubre al 24 por ciento de la población más pobre, mientras que la previsión social y la protección del mercado de trabajo solamente alcanzan al 3 por ciento.

El número de países con programas de transferencias condicionadas de dinero en efectivo aumentó de 27 en 2008 a 63 en 2014, sobre todo en Latinoamérica y el Caribe, y en África subsahariana.

Los programas de alimentación en las escuelas son los más comunes, ya que han sido puestos en marcha por 131 países, entre los que destacan la India (con 105 millones de niños beneficiados) y Brasil (47 millones).

La FAO considera importante la selección eficaz de los beneficiarios de estos programas y las transferencias adecuadas no solo para aumentar el consumo de los más pobres, sino también para incrementar los ingresos de los hogares y su capacidad para producir alimentos.

También promueve que esas iniciativas estén dirigidas a las mujeres para ayudarlas a manejar sus recursos, dado que “la malnutrición materna e infantil perpetúa la pobreza de una generación a otra”.

Mil millones de personas continúan siendo muy pobres y hay otros mil millones de pobres en el mundo, sobre todo en las zonas rurales, a pesar de que la pobreza extrema ha disminuido en muchas regiones como Asia oriental y el Pacífico, mientras que en África subsahariana se ha avanzado muy poco.

El informe ha sido publicado en vísperas del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el próximo viernes y estará centrado este año en el papel de la protección social para romper el ciclo de la pobreza.

Para erradicar el hambre en el mundo en 2030, propósito incluido en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados el mes pasado en la ONU, las agencias de este organismo dedicadas a la alimentación pidieron en julio nuevas inversiones por valor de 267 mil millones de dólares anuales (unos 239.000 millones de euros), equivalentes al 0.3 por ciento del PIB global.

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