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El apogeo de la vivienda de elite arroja a personas de sus casas y hasta de la CdMx

20/11/2016 - 12:05 am

Metro por metro y partícula por partícula, el suelo y el aire de la Ciudad de México se venden a las constructoras inmobiliarias. No hay colonia que esté libre de una edificación nueva. Y por todos los rumbos han florecido los turistas, los bares, los cafés con mobiliario vintage, la comida típica mexicana elevada a gourmet y precios en la paridad del dólar. Es la llamada gentrificación, concepto que describe cómo un perfil de habitante con más poder adquisitivo desplaza a los originales de un barrio. En la capital mexicana ha ocasionado un promedio anual de 150 mil desplazados hacia los márgenes o ciudades como Querétaro, Cuernavaca, Ecatepec o Toluca. Especialistas pronostican la fatalidad de más cinturones de pobreza y violencia en torno a la Ciudad de México. Porque ya nada, en lo que fue la región más transparente, es igual. Hasta el mapa electoral federal se modificó; ahora el número de distritos es menor aquí, mientras que en el Estado de México se incrementó.

Por Alejandra Padilla, Daniela Barragán y Linaloe R. Flores

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Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).- Ya no son las mismas calles que hace apenas diez años. Por todos los rumbos han florecido los turistas, los bares, los cafés con mobiliario vintage, la comida típica mexicana elevada a gourmet y precios en la paridad del dólar.

En el Centro Histórico, Madero sigue con su orgullo histórico de haber sido en 1821 la entrada triunfal al Zócalo del Ejército Trigarante y casi un siglo después, de Francisco I. Madero en el fin contundente del Porfiriato. Pero hoy la llenan de principio a fin la estadounidense Forever 21, las españolas Mango y Zara y la sueca H&M (está por inaugurarse en la esquina de Bolívar). 16 de Septiembre no es más un paseo de balcones como lo fue a principios del siglo XX. Hoy van por ahí al mismo tiempo caminantes, automóviles, bicicletas y patines.

Un poco al oriente, la colonia Portales ya no es más el barrio tolerante a los moteles de paso de la Calzada de Tlalpan, todavía más viejos; sino uno de los territorios con mayor plusvalía inmobiliaria. Muy cerca, Nativitas le compite. Las dos conviven cercanas al metro de la línea 2, la azul. Más allá, la Doctores, donde las Procuradurías ubicaron en los 90 el mapa operativo del mercado negro de autopartes, ahora se abre de par en par a través de cafés y se transita en bicicleta.

Mientras, la Santa María la Ribera se ofrece como “la nueva Condesa” y Granadas es “la nueva Polanco”.

No hay una sola colonia de la Ciudad de México donde no haya obras inmobiliarias. Las vigas surgen de excavaciones lo mismo en la Agrícola Oriental, la Guerrero o Pantitlán. Las grúas dan sombra. Y no hay duda. En Los Picos de Iztacalco, fábricas, almacenes y bodegas van a ser derribados para dar paso a más construcciones.

En Reforma, las torres surcarán el cielo. Ahí mismo, en 2009, el metro cuadrado de terreno para oficinas era de nueve mil dólares, hoy llega a los 25 mil, según una consulta con empresas valuadoras.

En construcción la imaginación es un elemento esencial. Y el futuro se presiente en Mixcoac donde se edifica el último diseño del legendario arquitecto Teodoro González de León. Será una torre de oficinas con un túnel para coches. Los habitantes originales atestiguaron la tala de decenas de árboles. Ahora aguardan para ver a un flujo de cientos de trabajadores de oficina que arribarán por cientos en búsqueda de un sitio en el elevador por la mañana y para comer en la tarde.

En otro rumbo, los inquilinos de las colonias Condesa y Roma, con un auge importante en los últimos veinte años, han comenzado a emigrar a zonas con más tranquilidad.

Vista de la calle Francisco I. Madero del Centro Histórico de la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro
Vista de la calle Francisco I. Madero del Centro Histórico de la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro

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Es la Ciudad de México “gentrificada” o en proceso de “gentrificación”, una conceptualización adjudicada a la socióloga marxista Ruth Class y que explica cómo los grupos con mayor poder adquisitivo desplazan a los de menor de los sitios donde han vivido desde su más antiguo recuerdo.

En la capital del país, puede apreciarse el nuevo perfil de habitante de los antiguos barrios: jóvenes de veinte a 35 años, con estudios y sin acusadas necesidades económicas, aspirantes a un medio ambiente sustentable, trabajadores desde casa mediante las herramientas tecnológicas y usuarios mínimos del automóvil.

Reconocida en el Valle de México, especialistas en el Desarrollo Urbano identifican que la llamada “gentrificación” es el resultado de la política pública impulsada desde el Gobierno de la Ciudad desde 2000 cuando se inició con el plan de volver más densas algunas zonas con el fin de hacerlas más eficientes. Hoy cientos de personas han sido desplazadas y los grandes edificios no albergan residentes; sino oficinas.

El fenómeno ocurre a cabalidad y las consecuencias de ello serán graves aunque ahora no se noten, explica Víctor Ramírez Navarro, especialista en problemas jurídicos y administrativos del desarrollo urbano por la Universidad Iberoamericana. Este abogado explica que sin un marco jurídico fuerte el fenómeno ocurrirá plagado de injusticia social y con un beneficio para las empresas constructoras. “Los procesos de gentrificación son difíciles de evitar, y entonces lo que hay que analizar es si son promovidos o no. Las políticas de vivienda deberían ser integrales. Pero ahora mismo la Ley de Vivienda está atorada en la Asamblea Legislativa”.

Georgina Cebey, Historiadora de la Arquitectura, coincide en que, carente de un marco normativo que obliga a los constructores a invertir en el espacio público, la movilidad o la vivienda social –como sucede en Londres; por ejemplo- los daños de la gentrificación se acentuarán sin control.

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En 2000, apenas tomó posesión, Andrés Manuel López Obrador intentó repoblar el Centro. Ese año, el medio millón de habitantes de los 50 había quedado en 31 mil. De modo que a través de la publicación del Bando Dos convocó a edificar ahí.

Una foto de esa época muestra a la calle Bolívar, donde se encuentra El Gallo de Oro, la cantina más antigua de la Ciudad (surgió en 1874), como una galería de edificios averiados por los sismos de 1985. Predominaban derruidas vecindades a punto de colapsar.

Había que poblarlo y remozarlo. Y el dinero empezó a correr. Hasta 2012, la inversión pública fue de 400 millones de dólares, mientras que la privada duplicó tal inversión, pero fue dominada por la Fundación del Centro Histórico de Carlos Slim Helú quien adquirió 78 inmuebles -entre ellos la Torre Latinoamericana- en una extensión de tierra de 80 mil a 900 metros cuadrados. El hombre más rico de México hizo suyo el corazón de la capital que también es el termómetro político y social del país.

Lejos de lograrse, los planes de López Obrador dieron un resultado al revés. En 2010, el Centro Histórico de la capital del país contaba con 33 mil habitantes, dos mil más que cuando cambió el siglo. Hoy, el desplazamiento continúa. Según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), el promedio anual de flujo poblacional del centro a la periferia es de cien mil habitantes.

Cuando el Bando 2 fue sustituido con la norma 26, el fenómeno se incrementó. Las firmas inmobiliarias aprovecharon el ordenamiento legal que pretendía la edificación de vivienda social y popular- para construir departamentos que vendieron en millones de pesos. Ahora ya no sólo era del centro a la periferia; sino de la periferia hacia ciudades cercanas. Miles de familias tuvieron que emigrar hacia el Estado de México. La Comisión de Vivienda de la ALDF calcula ese flujo en 370 mil al año. El número no es muy diferente del que arroja el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi). Los datos oficiales describen que entre cien mil y 200 mil personas salen de la ciudad al año de la zona metropolitana rumbo al Valle de Toluca, Querétaro y Cuernavaca.

El hombre más rico de México, Carlos Slim, hizo suyo el corazón de la capital del país. Foto: Cuartoscuro
El hombre más rico de México, Carlos Slim, hizo suyo el corazón de la capital del país. Foto: Cuartoscuro

En promedio son 150 mil al año los habitantes que se van de la Ciudad. Y entonces, en 16 años de Gobiernos emanados por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) la población de la Ciudad se habrá reducido en dos millones 700 mil personas.

No se trata sólo de la conformación de la nueva megalópolis; sino de un cambio relevante en el mapa electoral. El número de distritos electorales federales en la capital del país se redujo de 40 en 1994 a 27, mientras que en el Estado de México creció a diez.

En palabras del Arquitecto Patricio Ruiz, de la Organización no Gubernamental Rodadas MX, las constructoras también aprovecharon el envejecimiento de la población en la capital del país. Los propietarios de una casa fallecieron, los hijos vendieron y entonces, llegó un nuevo desarrollo inmobiliario.

“El beneficio se fue a la constructora y un poco al antiguo propietario, pero en realidad se trata de la pérdida de un patrimonio. Se han destruido casas con estilos californiano, de principios del siglo XX. Ahí hay una pérdida del patrimonio histórico y propio de los primeros habitantes que son parte de estas colonias”, expresa Ruiz, analista del crecimiento y desarrollo urbano.

La colonia Polanco es muy otra. A ella le ocurrió que le destruyeron casas con valor patrimonial del siglo XX. En los últimos 16 años por lo menos 70 de estas edificaciones fueron tumbadas y deshechas. Armando Cuspinera, integrante de la Voz de Polanco y quien desde los ochenta realiza estudios de delimitación y de la historia de esa zona, critica que nada se pudo hacer frente al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). (Ver lista del patrimonio destruido en esta zona de la Ciudad).

“Lo de hoy es vivir arriba de un centro comercial y tener toda la vida en un complejo habitacional. En un mismo edificio hay cine, gimnasio, alberca, todo adentro. Esto genera dinámicas al interior y desintegra el tejido urbano”, dice el Arquitecto Patricio Ruiz.

“Se está expulsando miseria”, exclama y pone como ejemplo Ecatepec. La describe como una zona de alta violencia y descomposición social, una ciudad dormitorio que no genera empleo. “Las personas más vulnerables y con menos recursos son las que acaban padeciendo todavía más. El cinturón de miseria se vuelve una zona de paso entre zonas de riqueza, ya nadie quiere pasar por ahí, construyen autopistas o un segundo piso, pero la miseria continua y el espacio se degrada. Es una dinámica sin fin”, expone Ruiz.

Su descripción continúa: “Ciudad Neza, Chalco, Los Reyes … De ahí vienen personas que vienen a trabajar a la ciudad. Son personas que invierten cuatro horas de su vida al día para trasladarse. Lo que vivimos aquí es una fantasía a costa de todos esos trayectos, toda esa pésima calidad de vida. Sí hay una planeación, pero no es a favor de los ciudadanos. Sí hay plan, pero no es un plan para nosotros, es un plan macabro”.

Hace una analogía: “La ciudad está planeada para el negocio. Es como la inseguridad, que beneficia a las compañías que venden armas, alarmas, seguridad. Una ciudad mal conectada beneficia a los que venden coches, motos, segundos pisos. Que pocas partes de la ciudad sean habitables de manera agradable beneficia a quienes venden edificios. Todos estos son grupos de poder que está en su mayor interés que esto se siga degradando, porque sus proyectos degradadores acaban valiendo más”.

Con todo, hoy la Ciudad de México une y separa. La efervescencia de los movimientos sociales como el de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y la organizada por los padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, se ha vivido aquí. Pero al tiempo, paradojas del destino, en su entraña, la ciudad vive y padece uno de los procesos más dinámicos de su Historia: el desplazamiento de sus propios habitantes.

Hoy la Ciudad de México une y separa. Foto: Especial
Hoy la Ciudad de México une y separa. Foto: Especial

¿Y SI PAGO RENTA?

Las delegaciones Miguel Hidalgo y Tláhuac son los dos extremos en cuanto a precio de vivienda en la Ciudad de México. Mientras en la primera la renta promedio de un departamento llega a los 30 mil pesos, en la segunda el costo medio es de tres mil 300 pesos mensuales. Esto de acuerdo con sitios de oferta inmobiliaria.

Además de Miguel Hidalgo, las demarcaciones en las que la renta de un departamento no es menor a 15 mil pesos son Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc y la Magdalena Contreras. En Tláhuac, Iztapalapa, Iztacalco, Venustiano Carranza Gustavo A. Madero, Tlalpan y Azcapotzalco, la renta promedio no llega a los 10 mil pesos.

LAS 16 ESTAMPAS DE LOS 16 AÑOS DE LA CIUDAD GENTRIFICADA

1.- Es 5 de diciembre de 2000 y Andrés Manuel López Obrador toma posesión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Este es su discurso: “ … Encender la llama de la esperanza y dar a cada uno de los habitantes de la Ciudad de México importantes razones para vivir, soñar y triunfar”.

2.- Dos días después, López Obrador ordena publicar el Bando Informativo Número Dos, una norma que tiene como objetivo poblar el centro de la ciudad y frenar la densidad en la periferia.

3.- Todo ocurre al revés. La población decrece en el centro y aumenta en la periferia.

4.- El empresario Carlos Slim Helú se hace de 78 edificios del Centro Histórico, de los cuales, sólo 32 son destinados a la vivienda.

5.- El Centro Histórico empieza a cambiar. Se llena de tiendas de ropa multinacionales. Las marcas Zara, Mango y Forever 21 integran una galería en Madero. Aparecen cafés y panaderías con mobiliario vintage.

6.- Las colonias Roma y Condesa se ponen de moda para vivir. Sus calles con edificios Art Decó son habitadas por hombres y mujeres solteros, con mascotas, y alto poder adquisitivo. Hay tiendas de repostería para perros.

7.- El 21 de febrero de 2007, el entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón anuncia el fin de la aplicación del Bando Dos. A partir de entonces, es posible construir viviendas en las 16 delegaciones bajo los lineamientos de los programas de desarrollo de cada delegación y bajo un ordenamiento llamado Norma 26.

8.- El 10 de agosto de 2013, se publican los criterios de aplicación de la Norma 26 en la Gaceta Oficial del Distrito Federal: la vivienda popular debe tener un precio de venta de entre 20 y 30 veces el salario mínimo.

9.- La norma 26 establece tres áreas de zonificación y el número de niveles permitidos para la construcción.

10.- La norma prevé que se puede autorizar el incremento de un nivel, dependiendo de la ubicación del predio.

11.- Firmas inmobiliarias, amparadas en la Norma 26 que obligaba a construir vivienda social, venden departamento en millones de pesos.

12.- Queja por irregularidades en las construcciones empiezan a acumularse en la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento del Territorio.

13.- Cientos de familias se van de colonias como la Portales, la Santa María la Ribera, la Roma y el Centro. Habían habitado ahí por generaciones.

14.- En 2015 es modificado el Reglamento de Construcciones. Se elimina la cláusula que castigaba la construcción de edificaciones que violaban el uso de suelo vigente en la zona y otra que sancionaba al constructor que cambiaba su proyecto después de iniciado.

15.- Entre 2015 y 2016, en el Gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa, son publicados los acuerdos para crear los Sistemas de Actuación por Cooperación (SAC) en la Ciudad de México. En el Paseo de la Reforma surgen complejos extensos y altísimos; también en Santa Fe y en Granadas, colonia cercana a Polanco. Los precios suben: nueve millones de pesos un departamento de 83 metros cuadrados en complejos que lo tienen todo: cine, alberca, gimnasio y hasta cementerio.

16.- El Inegi calcula que entre 100 mil y 200 mil personas de la Ciudad de México se van cada año hacia el Valle de Toluca, Querétaro o Cuernavaca. A la capital vienen a trabajar cada día.

ADIÓS AL PATRIMONIO CULTURAL DE POLANCO*

Anatole France 31, demolida, catalogada por el INBA
Aristóteles 352, demolida
Arquímedes 5, esquina Campos Elíseos, demolida, catalogada por Seduvi
Arquímedes 13, demolida sin catalogar
Arquímedes 19, demolida sin catalogar
Arquímedes 196, demolida, catalogada por el INBA
Anatole France 31, demolida
Campos Elíseos, Esq. Andrés Bello, demolida, catalogada por Seduvi
Campos Elíseos 171, Esq. Arquímedes 25, demolida, catalogada por el INBA
Campos Elíseos 297, Esq. Julio Verne, demolida, catalogada por el INBA y Seduvi
Emerson 328, demolida, catalogada por el INBA y Seduvi
Emerson 330, demolida, catalogada por el INBA y Seduvi
Emilio Castelar 195 y Goldsmith, demolida, catalogada por el INBA
Francisco Petrarca 220, obra del Arq. Ramón Marcos Noriega, demolida, no estaba catalogada
Francisco Petrarca 328, demolida
Horacio 817, demolida, catalogada por el INBA y Seduvi
Julio Verne 7, demolida
Julio Verne 28, demolida, catalogada por el INBA
Julio Verne 56, demolida
La Fontaine 102, demolida
La Martine 737, obra de Augusto H. Álvarez y Enrique Carral, demolida por no estar catalogada.
Mazaryk Esq. Aristóteles, demolida.
Suderman 311, obra de Vicente Mendiola, demolida por no estar catalogada.
Suderman 418, demolida, catalogada por el INBA y Seduvi.

Fuente: La Voz de Polanco.

Con datos de www.propiedades.com

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