En defensa del pulpo: Un astuto de los mares afectado por los humanos

21/01/2018 - 12:05 am

La lucha contra la crueldad animal ha tocado también a los pulpos, seres que múltiples investigaciones demuestran que son la especie invertebrada con mayor inteligencia. Es, por otra parte, un animal fundamental para el desarrollo económico de ciertas regiones de México y un alimento saludable. Y también, es objeto de prácticas gastronómicas que han sido calificadas como una “barbaridad”.

Ciudad de México, 21 de enero (SinEmbargo).– Una mano los saca del estanque y los pone sobre la tabla de cortar. Hay dos personas, uno lo sostiene de la cabeza mientras el otro corta dos de sus tentáculos que se siguen moviendo mientras los reducen a pedazos más pequeños. A un lado, el resto del cuerpo del pulpo se retuerce y trata de moverse para huir de esa mesa. Lo jalan de nuevo y cortan otra de sus extremidades. Un pulpo es suficiente para dos órdenes, por lo que ahí se quedará, vivo, hasta que otro cliente ordene este platillo. Cuando por fin le amputan todos los tentáculos, el chef sacará sus intestinos y lo dejará morir.

La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) documentó en 2016 el proceso por el que pasan los pulpos para que los comensales de ciertos restaurantes en California y Nueva York, en Estados Unidos; y en Toronto, Canadá, puedan degustar un plato de sannakji o tentáculos frescos y en movimiento. Específicamente, filmaron a un chef del restaurante coreano T Equals Fish en Los Angeles, mientras cortaba el pulpo y explicaba que ese mismo animal, esperaría a que la siguiente orden se solicitara. Así como se sirven estos cefalópodos, también ofrecen langostas y camarones vivos y directo a la mesa.

“En Estados Unidos la mayoría de los restaurantes que hacen esto están en dos estados: en California y en Nueva York, realmente no son muchos, son como una docena. Ahí estamos pidiendo a nuestros patrocinadores que contacten a sus representantes legislativos para pedir que cambien las leyes de los estados para prohibir esta práctica. En el caso de Canadá nos hemos puesto en contacto con la SPCA (Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales) de Canadá y ellos están de acuerdo con nosotros que este trato es cruel e ilegal, así que han avisado a uno de los restaurantes en Toronto que no pueden cortar vivos a los pulpos. En ese caso, lo que hicieron fue cambiar un poco sus prácticas para primero decapitarlos pero por su biología única, es posible que eso no los mate de inmediato, así que todavía pueden estar experimentando una muerte lenta y dolorosa, así que estamos pidiendo al restaurante que dejen la práctica por completo”, dice Alicia Aguayo, senior manager de PETA Latino en entrevista con Magazine.

“Los pulpos tienen sistemas nerviosos sofisticados con abundantes receptores de dolor, por lo que sufren enormemente a cambio de la experiencia fugaz de alguien. PETA está pidiendo que se ponga fin a esta práctica repugnante, incivilizada, escandalosamente inhumana y  horrenda que consiste en cercenar y servir animales sensibles vivos”, dijo Daphna Nachminovitch, vicepresidenta senior en Investigaciones de Crueldad de la misma organización, en un comunicado.

Desde el 2012, Philip Low, investigador de la Universidad de Stanford y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y 12 neurocientíficos, firmaron la “Declaración de Cambridge sobre la Conciencia”, donde se afirma la conciencia de distintos animales no humanos, como los mamíferos, las aves y otras criaturas, incluidos los pulpos.

“Decidimos llegar a un consenso y hacer una declaración para el público que no es científico. Es obvio para todos en este salón que los animales tienen conciencia, pero no es obvio para el resto del mundo. No es obvio para el resto del mundo occidental ni el lejano Oriente. No es algo obvio para la sociedad”, dijo Low durante la firma, en la que estuvo presente el científico Stephen Hawking.

Con el tiempo se fueron haciendo más estudios al respecto de este animal y se observó que su sistema nervioso desarrollado, los hace los invertebrados más inteligentes. Específicamente los cefalópodos coleoideos (pulpos, calamares y jibias), “son el único linaje animal que en realidad ha logrado una sofisticación conductual aparte de los vertebrados”, según lo dicho por Joshua Rosenthal, científico del Laboratorio de Biología Marina en Massachusetts, al New York Times.

“En cuanto a la inteligencia, vas a encontrar anécdotas muy simpáticas. Hay una de un acuario en donde de repente empezaron a ver que uno de los focos tronaba, pusieron una cámara para ver qué pasaba y resulta que el pulpo que vivía por ahí aprendió que le podía echar agua con el sifoncito que tienen junto a la cabeza y podía dejarlo todo obscuro cuando quisiera. Que a mí me tocara ver, no sabemos si algunas personas no les caían bien pero de repente al acercarse a los estanques donde estaban, a algunos de nosotros nos tocó que nos echaran agua, no sabemos si era una aversión o estaban asustados”, dice en entrevista Javier Noyola, biólogo marino de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En abril de 2016, la noticia de que Inky, un pulpo que vivía en el Acuario Nacional de Nueva Zelanda, se escapó de cautiverio para volver al mar acaparó la atención del público y estudiosos. El animal pudo salir de su estanque gracias a que quedó semiabierto, ya en el suelo se deslizó por algunos metros hasta llegar a una tubería de drenaje que afortunadamente para él, desembocaba en el mar.

O está el caso de Rambo, que en 2015 llamó la atención por ser “el primer pulpo fotógrafo” trabajando en el Acuario de Auckland, quien después de tres intentos pudo aprender a presionar el obturador de una cámara a prueba de agua y así tomar fotografías de dos dólares a los turistas. “Eso fue más rápido que un perro.  En realidad, es más rápido que lo que aprendería un humano en algunos casos”, dijo su entrenador Mark Vette a cultofmac.com.

También se ha comprobado que pueden abrir tarros, usar herramientas como conchas abandonadas o cáscaras de coco como escondite, además, cargan sus refugios para usarlos posteriormente. A principios del año pasado, el Smithsonian Channel documentó que tienen una manera de caminar bajo el agua muy parecida a la de los humanos.

La astucia de los pulpos como Sid, que fue liberado al mar luego de una “protesta” pacífica en la que estuvo escondido en el desagüe por cinco días o la de aquella que inundó el acuario de Santa Mónica en California tras desarmar una válvula en la parte superior de su tanque, es parte de su desarrollo nervioso que también les permite sentir dolor.

La doctora Jennifer Mather, profesora de Psicología en la Universidad de Lethbridge en Alberta y quien ha estudio a los pulpos y sus parientes desde 1978, dijo hace un par de años a Munchies que “es probable que la reacción del pulpo al dolor sea similar a la de los vertebrados. Ellos pueden anticipar una situación dolorosa, difícil y estresante y pueden recordarla. No hay ninguna duda de que sienten dolor. Los pulpos tienen un sistema nervioso que está mucho más distribuido que el nuestro. Si nos miras, nuestras neuronas están en el cerebro y para ellos, tres quintos de sus neuronas están en sus brazos.

Si tienes pedazos del brazo, pueden reaccionar al doloroso estímulo que tuvieron, pero probablemente no están ‘sintiendo dolor’ porque están desconectados de su cerebro. Pero el pulpo que han estado despedazando siente dolor cada vez que lo haces. Es tan doloroso como si fuera un cerdo, un pez o un conejo, como si cortaras la pata de un conejo pieza por pieza. Es una barbaridad.  Mi idea es que si tuviera un pulpo entero y tratara de comerlo, sería una situación completamente repelente porque el pulpo trataría de escalar. Me resulta difícil sentir simpatía por las personas que se atragantan con un animal vivo que están comiendo pieza por pieza”.

UN DILEMA ÉTICO Y ECONÓMICO

El octopus maya, una de las especies nativas mexicanas. Foto: UNAM

México es el tercer productor de pulpo para consumo, que recae principalmente en dos especies: Octopus maya, llamado pulpo rojo, y Octopus vulgaris o pulpo patón, que se encuentran en los litorales del Golfo de México y el Caribe. Su producción comprende el 95 por ciento tan solo en tres estados del país: Yucatán, Campeche y Baja California, con 27 mil 035, 9 mil 460 y 819 toneladas, respectivamente, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca.

Para Javier Noyola, quien trabajó en sus tesis de licenciatura y maestría en la unidad que la UNAM tiene en Sisal, Yucatán, pudo observar la importancia que la producción de pulpo tiene para la región. “En el estado es un motor de la economía, particularmente en el pueblito donde yo estaba, la pesca de pulpo da una derrama de dinero importante a la comunidad y al estado en general. La especie con la que yo trabajé se llama octopus maya y la gente lo pesca ahí artesanalmente y también por Progreso y puertos más grandes se pesca de manera más industrial. Promover que no se consuma no va a dar muchos frutos porque hay gente que vive por lo menos medio año de eso”, dice.

Sisal es el puerto del municipio Hunucmá, donde en 2010 el 19.4 por ciento de la población se encontraba en pobreza extrema y el 49.6 por ciento en pobreza moderada, de acuerdo con el Informe sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Comenta que en la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación se tiene el proyecto “Moluscos del Mayab”, una cooperativa con gente del pueblo para la que la Universidad desarrolló la tecnología para producir esta especie en cautiverio, así, los miembros de la cooperativa usan los tanques de la unidad y alimentan y cuidad a los pulpos. “Han hecho pruebas piloto para criar a los pulpos y venderlos. Yo creo que es muy buen proyecto porque de hacerse a gran escala pude alivianar a las poblaciones naturales y también ofrece una actividad económica muy redituable a la gente local. No creo que sea buena idea decir que no se consuma pulpo porque también es muy saludable, es una carne muy magra, casi pura proteína, no tiene casi grasa”, continúa el investigador.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la composición nutritiva del pulpo es rica en vitamina A, calcio, proteínas, hidratos de carbono y baja proporción en grasas y calorías.

¿Hay alternativas para reducir el dolor de los cefalópodos? Para Jennifer Mather, el mejor método es como lo hacían los hawaianos, que mordían el cerebro para matarlos rápidamente, aunque ella sugiere es congelarlos para dejarlos inconscientes.

“Los pulpos de cierta edad se reproducen una vez y después mueren, entonces había hembras que ya habían desovado y para matarlas y consumir, les voteaban la cabeza [en Sisal]. Todo su cuerpo es suave, la cabecita la volteaban como si el interior quedara por fuera, con eso ya no podían respirar y acababan muriendo, pero sí me parecía un poco salvaje. Algo más humano podría ser cortar la cabeza de una tajo y que no haya una agonía”, agrega Noyola.

LA APATÍA POR LOS SERES MARINOS

Un estudio de la revista Nature demostró que los pulpos tienen más o menos 10 mil genes más que los humanos. Foto: Wikimedia Commons

Mientras que hay un movimiento muy importante a nivel mundial para concientizar sobre los derechos de los animales y parar la crueldad en los mataderos, el interés por los moluscos, crustáceos y demás seres del mar es bajo.

“Es más fácil para nosotros tener empatía para los animales que conocemos, a los gatos o perros y sabemos por nuestra experiencia que ellos sientes dolor, podemos verlo en nuestros animales de compañía, que sienten dolor, amor, que tienen los mismos sentimientos que tenemos los humanos. Pero en el caso de los pulpos, los peces, las langostas y otros animales marinos, es que la mayoría de la gente no ha tenido la oportunidad de conocer a estos animales porque viven en el mar entonces no tienen mucha interacción con ellos.

Lo más importante es demostrar que estos animales son exactamente como los animales que sí conocemos. Escribimos sobre los talentos de los pulpos, que pueden usar herramientas, ha habido casos de pulpos escapándose de acuarios para liberarse, que los pulpos son muy inteligentes. Los videos que demuestran su inteligencia y habilidades de estos animales, son una manera de ayudar a la gente a que conozcan a estos animales y a entender que sienten dolor exactamente como tu perro o tu gato”, dice la directora de PETA Latino en entrevista.

Además, Alicia Aguayo reconoce que hay una tendencia generalizada en la gastronomía latinoamericana tanto entre los restauranteros como en los consumidores, de mayor respeto por los animales, sean vacas, cerdos u octópodos.

“En el mundo entero estamos viendo mayor consciencia hacia los animales, hay movimientos en pro de los animales muy fuertes en todas partes, incluso en Latinoamérica, estamos viendo mucho progreso, mucha gente se está volviendo vegana por razones de crueldad, de salud, del medio ambiente, así que estamos muy felices de ver que este movimiento está creciendo en todas partes.

Visité la Ciudad de México en junio del año pasado y hay muchos más restaurantes veganos que antes, no sé cuántos pero hay un montón, los días que estuve ahí nos los pude visitar todos, no es como hace cinco años, por ejemplo, entonces es muy obvio que la gente mexicana quiere comida vegana, porque hay tantos restaurantes en la CdMx y en otras ciudades como Guadalajara, Cancún, y eso es porque hay una demanda creciente para esa comida”, finaliza.

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