Las calles de la capital regional Chennai (antigua Madrás) vivieron continuas escenas de júbilo al paso de la comitiva que transportaba a “Jaya” hasta el auditorio donde tomó posesión, por quinta vez, del cargo de jefa de Gobierno, según mostraron en directo las televisiones indias.

Los simpatizantes de la sexagenaria Jayaram, popular en la región por sus políticas sociales, portaban imágenes de la “amma” tanto de sus años de juventud, en los que trabajó como actriz, como retratos más recientes de la líder con el rostro marcadamente blanqueado.

El regreso de “Jaya” al poder se produce solo una semana después de que el Alto Tribunal de Karnataka (suroeste) la declarara libre de todos los cargos y derogase la condena a cuatro años de prisión y multa de 16,3 millones de dólares que le fue impuesta en septiembre por poseer activos valorados en 10,8 millones de dólares.

Cuando se conoció su absolución, el primer ministro indio, Narendra Modi, fue uno de los primeros líderes en felicitar a su aliada Jayalalithaa, cuyo partido, el AIADMK, es clave para el gubernamental BJP a la hora de recolectar apoyos en el Senado.

La condena de “Jaya” el año pasado tuvo su origen en una denuncia registrada por un partido opositor en 1996 y generó auténticas muestras de dolor entre sus seguidores, que no aceptaban la caída de su ídolo, cuya imagen parece omnipresente en toda la región.

Muchos de ellos acudieron a los dioses para hallar una respuesta a la condena y le pidieron la liberación de su líder con estrambóticos ritos como caminar sobre fuego o comer barro.

El AIADMK aseguró tras el ingreso en prisión de su líder que incluso 220 personas habían fallecido por ataques al corazón o suicidio, al ser “incapaces de soportar la dureza” contra “Jaya”.

La líder política, de 66 años, ingresó en la cárcel en septiembre tras 18 años de proceso judicial y un mes más tarde fue puesta en libertad bajo fianza.