En la novela juvenil, la autora despliega toda su fantasía para hacer tomar conciencia por un mundo que cada vez está más lejos de la gente. El libro ha tenido un éxito impresionante y ha hecho venir a la autora desde España, a México.
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).- Koko es una niña con cola (pero no cualquier cola). Además tiene los ojos pequeñitos, el pelo negro y revuelto y viste una enorme camiseta amarilla y botas con cordones rojos. Siempre hace lo que la da la gana. Todo el tiempo juega con su rabo, desde que sale el sol hasta que sale la luna. Koko vive ajena a la transformación sufrida por el mundo después de la Gran-Gran Crisis, ya que habita en lo alto de una montaña que sobresale de la enorme nube de contaminación. Es feliz, pero un poco ignorante, pues solo ha leído un libro y nunca ha viajado.
Cuando un día pierde su cola, Koko emprenderá una búsqueda en la que descubrirá que la naturaleza está casi (o completamente) perdida y los hombres han olvidado la conexión con sus sueños.
Este es la historia que ha ideado Ana Belén Ramos (Córdoba, España, 1979), que también ha publicado el álbum ilustrado Mar, El niño de agua, el libro infantil Cuento del rey bajito.
También es responsable de la edición y notas de Peter Pan, recopilación del corpus esencial de textos del personaje creado por J. M. Barrie, una afición que la ha hecho considerarse una novelista para los lectores más jóvenes.
“Me gusta la literatura auténtica, de la imaginación, de la fantasía, de los sueños, de aquello que creo que nos hace humanos. Y de eso puedes hablar en la literatura juvenil”, dice la escritora.
–¿En qué momento se te dio la posibilidad de convertirte en una autora juvenil?
–Surgió casi por casualidad, escribía poesía y cuento desde pequeña, una amiga me exhortó a participar en un concurso de literatura para niños, ganamos y el cuento se publicó. Y desde ese momento, había encontrado la manera para contar una historia.
–¿Cómo has llegado a Koko?
–Esta es mi primera novela. Me dedico al mundo de los libros en general. Ahora hasta en Turquía están interesados en mi libro. Creo que es fundamental hablar del vínculo con la ecología, respetar tanto a la naturaleza como respetamos a los seres humanos. Creo que de esa manera todo iría mucho mejor en el mundo.
–¿Tú crees que hay que hacer grandes discursos para que los niños y los jóvenes se reconecten con la naturaleza?
–Sí, la verdad que sí. Hay que mostrarle que está ahí, vivimos encerrados en las ciudades y muchas veces nos olvidamos de decir que está el parque, que está el bosque, pero cuando tú pones a un niño en un espacio natural no hay que explicarle nada. Yo no tendría necesidad de escribir este libro si los papás llevasen más a sus niños al bosque.
–Pusiste este tema en el centro y todo el mundo se dio vuelta para mirarlo
–Sí, es verdad, el libro está llamando mucho la atención y creo que es porque habla desde un punto de vista muy inocente. Está la naturaleza y están los sueños, el libro también habla mucho de los sueños.
–Koko, además, es muy inocente
–Sí, Koko es como un libro de Peter Pan, el escrito por J. M. Barrie que yo tuve la bendición de traducir para Editoriales Cátedra. En un momento dice que Peter Pan es como un pajarito que acaba de salir del huevo, esa alegría, esa frescura, esa inocencia, es la que construye Koko.
–¿Koko puede dar otras historias?
–De hecho, sí. Hay muchas historias y muchos personajes que se han quedado afuera. Así que ya estoy empezando a trabajar la segunda parte. Aparte de Koko, trata sobre el tema del Más Allá y es un tema que interesa mucho a los niños y a los jóvenes.
