La ceremonia principal en honor al exjefe de Estado se celebró frente a la Asamblea Nacional en el barrio de Yeouido, en pleno centro de la capital.

Previamente tuvo lugar un período de luto de cinco días en los que unas 40.000 personas, entre ellas la presidenta Park Geun-hye y las principales figuras políticas y diplomáticas del país, acudieron al tanatorio en el norte de Seúl para ofrecer sus condolencias a los familiares.

Tras el funeral de Estado, el difunto expresidente será enterrado en el Cementerio Nacional de Seúl, al sur de la capital, donde yacen la mayoría de las figuras más importantes de la historia del país.

Kim Young-sam falleció el domingo a los 87 años a causa de una septicemia agravada por una afección cardíaca.

Este político estuvo al frente del Gobierno entre 1993 y 1998, y fue el primer presidente civil de Corea del Sur tras décadas de dictaduras militares a las que siguió una transición democrática con un primer ejecutivo electo a cargo del también castrense Roh Tae-woo desde 1988 hasta 1993.

El Gobierno de Kim Young-sam estuvo marcado por una fuerte campaña anticorrupción, crisis militares con Corea del Norte y sobre todo por la grave crisis financiera asiática entre 1997 y 1998, que obligó a Corea del Sur a aceptar un rescate masivo de 58.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Kim también será recordado por haber participado en la lucha a favor de la democracia, lo que le ocasionó arrestos e incluso llegó a pasar tiempo en la cárcel en tiempos de dictadura militar.