Ciudad de México, 27 de noviembre (SinEmbargo).-Un nuevo estudio vincula el paso del fenómeno meteorológico de “El Niño” por las costas de Centro y Sudamérica, con la baja estatura y pérdida de masa corporal de los niños nacidos en Perú tras esta alteración en el clima de la región, debido a la dificultad para acceder a alimentos, así como la propensión a un mayor número de infecciones.
El estudio, llevado a cabo por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hopkins, en Estados Unidos, examinó a más de 2 mil niños nacidos entre 1991 y 2001 en la ciudad de Tumbes, al noroeste de Perú, de quienes midieron su peso, estatura, cantidad de grasa y músculo, con lo que comprobaron una década después que, en promedio, los menores nacidos durante y poco después de “El Niño”, eran más bajos y tenían menos masa magra, es decir, el peso que queda si se resta la grasa, comparado con quienes nacieron antes.
William Checkley, autor principal del estudio, dijo a Mother Jones que los climas extremos pueden complicar el acceso a la comida y aumentar la probabilidad de infecciones, lo que provoca un menor crecimiento en los niños. Además, el estudio se centró en infantes originarios de zonas rurales de ese país, donde la inseguridad alimentaria y la pobreza tienen mucho más altos niveles que en sitios como la costa de California, en EU, donde también llegaron las afectaciones por el fenómeno meteorológico.
La investigación publicada en BioMed Central hace énfasis en los efectos a largo plazo que el fenómeno, que en 1997 tuvo una de sus grandes apariciones, ha tenido en la infancia, pues aunque algunos niños fueron capaces de recuperarse gradualmente de la pérdida de peso, aquellos cuyos hogares resultaron seriamente dañados no lo lograron, “incluso tres años después del desastre inicial, aún estaba afectado el estado nutricional de los menores”, se lee en el comunicado de prensa sobre el estudio.
Los investigadores hacen una comparación con los anillos que se forman en la corteza de los árboles, indicadores de su exposición a desastres naturales, con las repercusiones de un fenómeno meteorológico experimentados por un niño, ya sea todavía en el útero materno o en las primeras etapas de vida, que dejan una marca duradera en su crecimiento y desarrollo.
Al respecto, la revista digital Mother Jones, cita a epidemiólogos que consideran que la estatura es una buena unidad de medida de la desnutrición crónica y la enfermedad, que puede predecir un pobre de desarrollo psicomotor y cognitivo en las personas expuestas a ello.
En 1997, el fenómeno llamado “El Niño”, derivado de la presencia inusual de corrientes de agua caliente en la región ecuatorial del Pacífico, causó una serie de desastres naturales como intensas lluvias, descenso de temperaturas, así como nevadas y frentes fríos en zonas donde comúnmente hay un clima cálido.
Los hallazgos del estudio publicado el pasado 25 de noviembre, alertan que por tratarse de un evento cíclico, el impacto negativo continuará en las siguientes generaciones.
Señalan que los resultados son muy preliminares para demostrar que “El Niño” por sí solo determine el crecimiento de los niños, sin embargo, basados en las entrevistas realizadas durante el estudio, los pobladores de la comunidad no mencionaron algún otro evento adverso ocurrido durante el mismo periodo de tiempo que haya tenido tanto impacto destructivo en sus vidas como lo fue éste.
Asimismo, Checkley toma como referencia investigaciones previas que mencionan entre las consecuencias del fenómeno el aumento en el estrés social y emocional. Mientras que las inundaciones y las altas temperaturas derivan en la propagación de infecciones que causan diarrea y enfermedades respiratorias, vinculadas con la imposibilidad de un desarrollo apropiado entre la niñez.
