EL SUR

Nestora llevará al Senado temas como el desplazamiento forzado, presos políticos y la migración

02/08/2018 - 12:28 pm

La ex comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, de donde es originaria, fue detenida el 21 de agosto del 2013, acusada de secuestro y delincuencia organizada. Encarcelada durante dos años y siete meses, fue considerada presa de conciencia por la Organización de las Naciones Unidas.

Nestora Salgado creció en compañía de papá –médico tradicional–, mamá y siete hermanos. “Una familia campesina en donde recibí buenos ejemplos”.

Se casó a los 15 años y cuatro años después, cuando ya habían nacido sus tres hijas, migró a Estados Unidos, “por necesidad, pobreza, falta de oportunidades, de estudio, y para buscar una vida mejor para mis niñas”.

Nestora Salgado García, Senadora electa por Guerrero. Foto: Saúl López, Cuartoscuro

Por Guillermo Rivera

Guerrero/Ciudad de México, 2 de agosto (El Sur/SinEmbargo).- Nestora Salgado recuerda: ella y su equipo de campaña estaban satisfechos con el resultado de aquella jornada. Habían sido bien recibidos en el evento en San Luis Acatlán y, ya de noche, iban en la camioneta con destino a un hotel, mientras en la radio se escuchaba el segundo debate Presidencial entre Andrés Manuel López Obrador (Morena), Ricardo Anaya (PAN), José Antonio Meade (PRI) y Jaime Rodríguez Calderón (independiente). La guerrerense quedó en shock cuando escuchó las palabras de Meade:

“Nestora Salgado va a ser Senadora plurinominal por Morena, una secuestradora que está libre por una falla en la policía. Esto, Andrés Manuel, queda en tu conciencia”.

“Fue algo muy fuerte, el equipo se trasladó de inmediato a la Ciudad de México a defendernos. Una reacción rápida ante una calumnia”, dice la ahora Senadora electa, de 46 años, sentada ante la mesa de un restaurante en Coyoacán, a dos semanas de las elecciones del 1 de julio que la convirtieron en próxima Legisladora por Guerrero.

“El debate no era conmigo y Meade me subió al ring. Dimos la cara. Salimos de eso, pero fue horrible. Que te exhiban así. En lo emocional, es fuerte. Imagínate que digan en cadena nacional que eres secuestradora. Sí me lastimó, fue una ola de violencia en mi contra. Ataques, llamadas, mensajes”.

La ex comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, de donde es originaria, fue detenida el 21 de agosto del 2013, acusada de secuestro y delincuencia organizada. Encarcelada durante dos años y siete meses, fue considerada presa de conciencia por la Organización de las Naciones Unidas.

“Que Meade hiciera eso me perjudicó en lo emocional y personal. Tengo familia, esposo, hijas, nietos, hermanos. Imagínate a mis nietos leyendo en redes que soy una secuestradora. Un ataque a nivel nacional te vuelve vulnerable ante los ojos de todo mundo, pues cualquiera se siente capaz de ofenderte y amenazarte. Pedí medidas cautelares, seguridad, no me las han dado. Lo que veo es que me exponen a que cualquier persona me asesine. Creo que le apuestan a eso. Yo tomo medidas, sí, pero no tengo el recurso para traer seguridad privada. Soy una ciudadana común que camina por la calle sola”.

–¿Cuál es tu reflexión ya pasada la elección?

–Llevo cinco años luchando contra una maquinaria que opera contra líderes sociales y activistas, siempre nos han inventado cosas para criminalizarnos. No soy sólo yo. Están Atenco; Mario Luna, el líder indígena yaqui; Rubén Sarabia en Puebla; Marco Antonio Suástegui, que lucha contra la presa La Parota, en Guerrero. Muchos hemos sido perseguidos, cuadrándonos delitos de secuestro, delincuencia organizada, porque se siguen de oficio, no escapas con amparo. Arbitrariamente, te detienen fuerzas federales. Es algo sistemático.

“Yo salí libre –suspira– y este señor, sin informarse, porque ni él ni sus asesores se documentaron, se atrevió a decir eso. Una calumnia con el objetivo de ponerme ante la sociedad la máscara de secuestradora. Yo repudio el secuestro, los asesinatos, las desapariciones, el llanto de una madre por un hijo desaparecido. Eso se hizo con el objetivo de que en México, en Guerrero, se restaran votos a Andrés Manuel. Fue un golpe también para él. Pero agradezco a la sociedad mexicana que se puso lista, que identificó el ataque, el objetivo. Finalmente se revirtieron las cosas”.

“NO CREÍAN EN PARTIDOS”

Antes de la acusación de Meade en el debate transmitido en cadena nacional –recientemente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que el PRI calumnió a la candidata de Morena con uno de sus spots electorales y le impuso una multa de 322 mil 400 pesos–, Nestora Salgado estaba satisfecha con la campaña en Guerrero. “La entrada a Olinalá fue hermosa, con el apoyo de las policías comunitarias, gente del pueblo. Estuvimos en San Marcos, en el templete con Andrés Manuel. Estábamos trabajando bastante bien”.

–A pesar de la campaña de desprestigio, ganaste.

–Hubo un trabajo intenso con gente y organizaciones sociales que son apartidistas, que no creían ya en los partidos políticos, incluso yo me contaba así, y depositaron su confianza en mí, en Andrés Manuel. El triunfo de él es histórico.

–Agradezco a toda la estructura en el extranjero, a los migrantes en diferentes partes del mundo, porque donde quiera hay personas que aportaron. Es un compromiso enorme y trabajaremos para que todo no se quede, como siempre, en promesas de campaña. No soy una persona de discursos, como muchos políticos. Lo mío son las acciones, trabajar en el campo, abajo, donde está la lucha. Y ya lo vi, tengo el respaldo de bastante gente en Guerrero.

–¿Qué temas impulsarás en el Senado?

–Derechos humanos, migración, seguridad. Es Guerrero y es el país, donde quiera hay desaparecidos, muertos. ¿Dónde no hay fosas clandestinas? Aparte, quiero que los campos florezcan en Guerrero. El desarrollo comunitario me interesa. Impulsaremos el respeto a los pueblos originarios, a esa gente segregada que para mí tiene un valor muy grande. También hay que ver el tema del desplazamiento forzado, presos políticos. Hay gente que no es visible.

–Primero hay que ver las comisiones en las que vamos a participar. Me interesa la de derechos humanos y a partir de ahí vamos a presentar propuestas concretas. Cuando lo haga público, es porque ya estoy segura de estar ahí.

“El chiste es que queremos transformar esto. Por eso decimos que vamos por la seguridad, paz y reconciliación, y no se va a lograr sólo con la buena intención de Morena, sino con todos los ciudadanos que queremos un México diferente. No debemos de dejarle este compromiso sólo al presidente o al gobierno. Si los ciudadanos no ponen de su parte, no lo lograremos”.

–Ya recibiste tu constancia de mayoría en Guerrero. ¿Qué le dijiste a las personas que te apoyaron?

–Al salir agradecí a las mujeres, a gente que tendió la mano. También nos reunimos con activistas, luchadoras sociales desde hace tiempo. Hablé con mamás de desaparecidos. Lo que buscan es justicia, que se esclarezcan los casos. Las mamás que ya tienen a su muerto enterrado también buscan justicia. Aquí estaremos para lo que se necesite.

“TENGO 25 COMPAÑEROS PRESOS, LUCHAREMOS PARA QUE SALGAN”

Nestora Salgado creció en compañía de papá –médico tradicional–, mamá y siete hermanos. “Una familia campesina en donde recibí buenos ejemplos”.

Se casó a los 15 años y cuatro años después, cuando ya habían nacido sus tres hijas, migró a Estados Unidos, “por necesidad, pobreza, falta de oportunidades, de estudio, y para buscar una vida mejor para mis niñas”.

Cruzó la frontera al mismo tiempo que su entonces pareja. Planeaban llegar a Chicago, donde él había vivido, pero a Nestora la detuvo la policía de migración estadounidense en su trayecto de Tijuana a San Diego. “Me encerraron y luego me liberaron en un lugar que yo no conocía”. En ese tiempo perdió contacto con su familia, tres meses anduvo sin rumbo fijo en Tijuana.

“Logré irme a San Diego, sola, y más tarde llegué al estado de Washington. Desde los noventa estoy allá, donde tengo mi vida. Luego estuve detenida casi tres años. Saliendo me regresé a Washington. Volví por esto”.

En Estados Unidos Salgado logró estabilidad y, tras conseguir la ciudadanía luego de casarse con una persona con documentos, regresaba constantemente a Olinalá, hasta que no pudo ignorar el hecho de que era un pueblo controlado por la delincuencia organizada.

“Venía seguido a ver a mi familia, padres, hermanos, hermanas. Se integró la Policía Comunitaria por un hartazgo social en el cual tomé parte. De ahí vino la organización, luchar por la defensa de nuestras vidas, hasta que llegó la cárcel. Después de eso tuve ayuda psicológica, de amigos, de organizaciones, hablar constantemente me ha ayudado. Salí porque no me quedo tirada, me levanto”.

–Otros policías comunitarios encerrados por los mismos motivos que tú siguen en prisión.

–Hay 25 compañeros presos. Tengo un compromiso moral, voy a luchar para lograr su liberación. No se puede olvidar a un compañero. Como ex presa política no me puedo quedar callada. Lucharemos para que salgan de prisión.

–¿Cuál es tu visión actual de la Policía Comunitaria? ¿Tratarás el tema como Senadora?

–Guerrero está rebasado, el surgimiento de las policías comunitarias es por eso. Nace de una necesidad vital: poder salvar la vida, defender a tu gente. Si vemos que el Estado no está haciendo su trabajo, las policías comunitarias van a existir, y hay que apoyarlas mientras haya inseguridad. Espero que con el cambio de Gobierno eso desaparezca. A lo mejor es un sueño decir que todo ciudadano regresará a su casa, pero es una organización muy importante. Estas autoridades comunitarias, que nacen por los usos y costumbres, son legítimas y hay que respetarlas.

“En mi pueblo no hice campaña, pero sé que hubo mucho apoyo”

–Estoy en contacto con la policía de Olinalá. A mi pueblo no fui a hacer campaña porque no quiero dividir, los partidos dividen y no iba a ser parte de eso. Fui a visitar, a saludar, a agradecer el apoyo, no a hacer campaña. A los pueblos, a la Policía Comunitaria, no los invité a votar por mí. Pero sé que sí hubo mucho apoyo, pese a eso.

–Según las críticas, no tienes la preparación para ser Senadora.

–Nunca he presumido títulos que no tengo. La gente sabe que fui una migrante, que soy gente de campo, que vengo de una familia humilde, que no tuve la oportunidad de estudiar, pero por eso no me voy a quedar encerrada. Con o sin estudios vamos a hacer las cosas bien porque cuento con apoyos. No era mi sueño, pero me invitaron. La gente que me conocía me impulsó y dijo que podíamos hacer muchas cosas. Por eso acepté.

“APOYO LA AMNISTÍA PORQUE MUCHOS NO TIENEN OTRA OPCIÓN”

–¿Qué opinas de legalizar ciertas drogas?

–Si lo están viendo de esa manera, vamos a apoyar porque es algo que nos ha costado muchas vidas. Hay mucho campesino preso por una gran necesidad que se vive en Guerrero. En el estado tenemos lugares donde no hay otra forma de vida, pero esto no es sólo culpa del campesino. Es un tema complicado, que va a ser muy criticado, polémico.

–¿Qué fue lo más fuerte que viste en la cárcel?

–Casos de madres que robaron algo porque no tenían para dar a sus hijos de comer. Me tocó ver a jóvenes que dieron a luz y no tenían nada. Los hijos iban a parar al DIF. Ves la necesidad. Pueden salir con una fianza de dos o cinco mil pesos, yo pagué las de algunas para que estuvieran con sus bebés.

“Me di cuenta de que hay una injusticia muy grande con las mujeres. La participación de jovencitas con el crimen organizado, son inexpertas y se deslumbran. Creo que ocupan una segunda oportunidad”.

“Apoyo la amnistía porque muchos no tienen otra opción. ¿Qué harías tú si ves que se muere tu hijo, tu padre, y no tienes para el medicamento? En ese momento te vuelves vulnerable. Ahí hay gente inocente y los verdaderos delincuentes se pasean en carros del año, son protegidos del gobierno, y los pobres hambrientos que robaron un pollo están encerrados. No debe de ser así”.

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