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Veracruz: Miriam salió a jugar y ya no regresó; su madre y familia la buscan desde hace 5 días

03/08/2016 - 6:16 pm

En la Fiscalía General del Estado le han dicho a la madre que la siguiente diligencia es someterse a pruebas de Ácido Desoxirribonucleico (ADN), sin embargo el hecho de pensar que sus muestras salivales servirán para confrontar cadáveres no reconocidos le arrebatan la estabilidad a la mujer de 40 años.

Por Miguel Ángel León Carmona 

Xalapa, Veracruz, 3 de agosto (BlogExpediente/SinEmbargo).- Miriam Lizbeth Ceballos Camacho, de 13 años, pidió permiso para salir a jugar con su pelota de plástico a dos cuadras de su domicilio en Xalapa, Veracruz. Su madre le concedió 60 minutos, antes de que en la colonia anocheciera, y además debía terminar su tarea de vacaciones. Han pasado cinco días y de la menor se sabe lo que de muchos desaparecidos en la entidad: nada.

Cinco días de insomnio para la señora Camacho, quien prefiere hablar desde el anonimato y no por su seguridad, comparte. “Es por miedo a que mi nena le pase algo”. Y es apenas la Alerta Ámber se emitió, solicitando información anónima, la plaga de las extorsiones aparecieron.

“Dicen que son los Zetas y que si me importa la vida de mi hija, que averigüe quienes son y cómo trabajan. Yo les digo que dinero no tengo, apenas me alcanza para salir a buscarla”, comparte la madre, de oficio empleada del hogar.

A la señora Camacho se le ve ida a las afueras de la Fiscalía General del Estado. Le han dicho que la siguiente diligencia es someterse a pruebas de Ácido Desoxirribonucleico (ADN), sin embargo el hecho de pensar que sus muestras salivales servirán para confrontar cadáveres no reconocidos le arrebatan la estabilidad.

Previo a iniciar la entrevista, se excusa y pregunta si le generará algún costo; insiste que los 900 pesos que percibe de manera semanal, apenas lo estira para la alimentación de sus cuatro hijos; tres por el momento.

Ante la pregunta sobre los avances que tiene al momento de la Fiscalía General del Estado, “dicen que mi caso está avanzando; que ya subieron al internet la Alerta Amber, que por todos lados andan buscando a mi hija con su foto. Nomás eso”.

De acuerdo con el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desparecidas y la Investigación del Delito de Desaparición Forzada, las primeras 72 horas son signos vitales para las víctimas. Los tres días se fueron como ráfagas de viento y el paradero de la niña es incierto.

“En el barrio me dicen que me tranquilice, que van poquitos días, pero yo les digo que mi hija nunca se había ido de la casa. Tengo miedo que ya no regrese. No sería mi hija la primera chamaquita en desaparecer, esto pasa a cada rato”, emite la mujer de 40 años, apenas puede.

La Fiscalía comenzó a difundir desde el lunes la Alerta Amber para localizar a la menor, en la que alerta que si vida podría estar en riesgo. Foto: Twitter @FGE_Veracruz
La Fiscalía comenzó a difundir desde el lunes la Alerta Amber para localizar a la menor, en la que alerta que si vida podría estar en riesgo. Foto: Twitter @FGE_Veracruz

“SALIÓ A JUGAR A DOS CUADRAS”

Con base en la Carpeta de Investigación 25/3615/16, dictada ante el ministerio público de Xalapa, Veracruz, a Miriam Lizbeth Ceballos Camacho se le vio por última vez brincoteando sobre la vía pública en un barrio al oeste de la capital veracruzana, alrededor de las 20 horas del día viernes 29 de julio de 2016.

A las 18 horas la madre llegó a casa, preparó frijoles hervidos, salsa y calentó un kilo de tortillas para repartirlo entre tres hijos. Miriam, al terminar la merienda, solicitó permiso para salir a jugar con una vecina, compañera de la telesecundaria.

Ante los ruegos, el permiso lo ganó por 60 minutos, con la condición que su hermano menor de 12 años la acompañara. La niña salió entre saltos rebotando su redonda de plástico.

De acuerdo con su ficha de desaparición, viste pantalón de mezclilla en tono azul oscuro, blusa verde, sudadera negra con franjas blancas y zapatos grises con franjas rosadas. La entrevistada lamenta no haber tenido para comprarle un celular, pues ahora no hay forma de localizarla ni rastrearla vía satelital.

Una niña de piel morena clara, con una cicatriz en la frente a la altura de la ceja derecha, además del lunar que heredó de su madre en el hombro del lado izquierdo. Delgada, no rebasa el metro con 50 centímetros.

La hora pactada se cumpli&oaoacute;, sin embargo de la puerta únicamente entró el de 12 años. –¿Y tu hermana?
–Ahí viene, se quedó despidiendo de su amiga, mamá.

Fue lo último que se supo de Miriam Lizbeth. Los familiares amanecieron tras su pista, pero los vecinos ya estaban encerrados por la ola de asaltos que se han presentado en la zona.

Es todo lo que al momento se sabe de estudiante de la telesecundaria Lázaro Cárdenas del Río. Su fotografía ya es compartida en las redes sociales desde hace 24 horas. La madre, en consecuencia, entrena el ejercicio solicitado a los familiares de desaparecidos en Veracruz: esperar.

Se trata de una pequeña dedicada al estudio, que las carencias económicas le rendían para pintarle una sonrisa a la entrevistada con promedios que rasgan el ocho. Rebelde como toda candidata a la adolescencia, pe#101;ro cumplía con el itinerario de sus hermanos; de la escuela a la casa y de la tarea a la cama.

“Quisiera salir a buscarla a todos lados, darme vueltas a la fiscalía a cada rato para ver si saben algo de la niña, pero tampoco hay dinero. Le suplico a la gente que si la ve le diga que su madre la anda buscando. Dios quiera no la tengan secuestrada”, sentencia la madre, dispuesta a seguir esperando, confiada en el actuar de las autoridades veracruzanas.

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