El convoy hará una muy breve escala -se han planificado cinco minutos- en la ciudad que vio nacer a Wolfgang Amadeus Mozart, antes de seguir rumbo a Múnich, precisó Rene Zumtobel, portavoz de la compañía de ferrocarriles austríaca ÖBB.

Numerosos voluntarios y miembros de organizaciones de ayuda esperan a los 450 pasajeros para entregarles, en esa breve escala, agua y paquetes con alimentos.

No está previsto que los refugiados se bajen en la estación.

Se prevé que otros dos trenes especiales que están en camino prosigan también su viaje hasta Alemania.

La ÖBB mantiene contactos con su homóloga alemana, la Deutsche Bahn, para coordinar el paso de estos trenes especiales.

La gran mayoría de los refugiados, provenientes de zonas en conflicto como Siria, Irak, Afganistán o Pakistán, tienen detrás de sí una ardua travesía, pues llegaron a Hungría por la llamada “ruta de los Balcanes”, que pasa por Grecia, Macedonia y Serbia.

La mayoría que llega a la frontera austríaca quiere continuar sin demora, a pesar del cansancio, su viaje hacia el norte. En trenes y autobuses especiales son trasladados primero a Viena, y luego a Alemania.

En Hungría pasaron días esperando en la estación de ferrocarriles Keleti para poder subir a un tren que los llevara hacia Europa occidental.

Ayer, una parte de ellos se cansó de esperar y partió hacia el mediodía a pie en una marcha hacia la frontera austríaca, a más de 200 kilómetros de la capital húngara, pero anoche, cuando se encontraban a unos 27 kilómetros, el Gobierno de Budapest anunció que ponía a su disposición un centenar de autobuses para trasladarlos a la frontera.

Austria y Alemania dieron poco después la luz verde para la entrada y el paso de los refugiados en sus territorios, como una medida excepcional, dada la situación actual.