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Alejandro De la Garza

06/01/2024 - 12:03 am

Luto en la cultura, horror en la política…

“Letras roqueras, música de fondo, mensajes en inglés, lenguaje suelto y desparpajado tomado del habla cotidiana y delincuencial, la crítica a las convenciones familiares y sociales. Eso es la literatura de José Agustín, y también mucho más… Que se recupere el maestro, desea el arácnido de todo corazón”.

“Llega el momento en que las pérdidas son más que las ganancias. El venenoso ha alcanzado la edad en la cual su agenda rebosa de amigos idos. Su X, su FB, su WhatsApp, reúnen ya demasiados fallecidos como para no sospechar que el tiempo se acaba”. Foto: Cuartoscuro

El sino del escorpión fue iniciar el año de capa caída (¿aguijón enfundado?). El fallecimiento de Cristina Pacheco, apenas al finalizar 2023, dejó al alacrán —y a tantos más— sin una veraz maestra del periodismo, una mujer con la hipersensibilidad para ver, escuchar y capturar el testimonio de la gente que verdaderamente hace esta vida, las trabajadoras y trabajadores de todos los días, “los nadie”, como decía Galeano. Poco después, la familia del querido José Agustín informó del estado crítico del impar escritor, cuyo estado de salud es precario desde que sufrió una caída hace algunos años. El escorpión se une a los lectores de Agustín, y sobre sobre a su compañera de siempre y a sus hijos, en su deseo de que el maestro supere esta crisis. Y aún antes del Día de Reyes, el arácnido se enteró también del fallecimiento de Jorge Aguilar Mora, novelista, poeta, ensayista original, discípulo de Barthes, y autor de un clásico del underground literario mexicano La divina pareja: Historia y mito en Octavio Paz.

Llega el momento en que las pérdidas son más que las ganancias. El venenoso ha alcanzado la edad en la cual su agenda rebosa de amigos idos. Su X, su FB, su WhatsApp, reúnen ya demasiados fallecidos como para no sospechar que el tiempo se acaba. Por eso resiente más la partida de Cristina Pacheco, con quien pudo compartir momentos importantes cuando la afamada periodista integraba el Comité asesor de la Comisión de los Derechos Humanos del DF, que presidía Luis de la Barreda. Sencillez, calidez, bonhomía, preocupación profunda por la gente, por las personas que habitan nuestro país, fueron su sino distintivo.

Revise el lector los títulos y temas de sus libros: Para vivir aquí, Sopita de Fideo, Cuarto de azotea, Zona de desastre, Oficios de México, Los dueños de la noche. ¿De qué, o mejor, de quiénes nos hablan estos títulos? En televisión, en prensa y en revistas, Cristina Pacheco nos habló, por cierto, de que “Aquí nos tocó vivir”, pero también nos mostró con quiénes nos tocó vivir: la gente de carne y hueso, los diversos mexicanos, sus sueños e ilusiones, sobre todo los mexicanos de abajo.

Su columna “Mar de historias” es, en efecto, inagotable. El alacrán tiene una deuda vocacional con José Agustín. Como escribió el amigo y escritor Héctor Orestes Aguilar en X: “Ningún otro autor mexicano del siglo XX ganó tantos lectores para la literatura ni estimuló y decidió tantas vocaciones literarias como José Agustín. Dos de sus grandes enseñanzas: se vive en plenitud y se transgrede radicalmente al escribir. Nunca terminaremos de agradecérselo”.

En efecto, el escorpión nunca terminará de agradecer la literatura de José Agustín, esa que por fin hablaba de nosotros: los pubertos jóvenes de los sesenta. Su primera novela, La tumba, se publicó en la legendaria Editorial Mester en 1964 gracias al impulso de Juan José Arreola, a quien está dedicada. En 1966 ,Agustín publicó otra novela clave, De perfil (Joaquín Mortiz), con la cual se aseguró un lugar en la historia de la literatura mexicana. La novela innovó en procedimientos narrativos y libertad del lenguaje, además de enfocarse, inusitadamente, en esos jóvenes clasemedieros que, como los tiempos, estaban cambiando. Con la novela de Agustín Se está haciendo tarde (Final en Laguna) de 1973, el escorpión fue plenamente feliz con un libro, acaso por primera vez. Letras roqueras, música de fondo, mensajes en inglés, lenguaje suelto y desparpajado tomado del habla cotidiana y delincuencial, la crítica a las convenciones familiares y sociales. Eso es la literatura de José Agustín, y también mucho más… Que se recupere el maestro, desea el arácnido, de todo corazón.

“En los años 70, Jorge Aguilar Mora fue el principal impulsor en México de Roland Barthes, de quien fue discípulo”, escribió José Joaquín Blanco al informar del fallecimiento del escritor nacido en Chihuahua en 1946. Su obra es importante y un tanto marginal (acaso por eso es más importante). Escribió novelas: Cadáver lleno de mundo (cuyo título mantiene su fascinación original), Si muero lejos de ti y Los secretos de la aurora. Fue también poeta destacado: US Mail Special Delivery, No hay otro cuerpo, Esta tierra sin razón y poderosa, entre otros títulos. Como ensayista, su historia revela un chisme o una gran verdad, pero se dice que, luego de escribir La divina pareja: Historia y mito en Octavio Paz, Aguilar tuvo que salir del país para vivir en Estados Unidos por presiones del Nobel mexicano. Como posteó en X Alejandro Toledo: “Jorge Aguilar Mora es autor de una frase incómoda, decía que para escribir en México había que apretarse el cinturón o bajarse los calzones”.

Además de estas razones para hallarse abrumado, el sino del escorpión también ha presenciado el zipizape al interior de Morena por las alianzas y designaciones más repudiables posibles. El alacrán, que no hace política desde que fue sindicalista en los setenta y miembro del PSUM en los ochenta, se pregunta: ¿Habrá voto dividido de Morena ante tanta incongruencia? ¿Hank, Mayer, Rubalcava, Romel Pacheco, Monreal, Ebrard, et al? ¿No saldrá contraproducente al morenista su Plan C estos personajes? ¿No forzarán a un voto dividido que por un lado favorezca a la candidata a la Presidencia, pero por el otro fragmente al Congreso con un voto de castigo?

Horror de la política, piensa el venenoso con el aguijón en ristre.

Alejandro De la Garza
Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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