Ni chicha ni limonada: David Unger, Premio Nacional de Literatura en Guatemala

06/12/2014 - 12:00 am
El Premio Nacional de Literatura lleva en Guatemala el nombre del Nobel Miguel Ángel Asturias. Foto: Facebook
El Premio Nacional de Literatura lleva en Guatemala el nombre del Nobel Miguel Ángel Asturias. Foto: Facebook

Guadalajara, Jalisco, 6 de diciembre (SinEmbargo).- La historia del escritor David Unger (Guatemala, 1950) es la de un hombre que desde niño fue alejado de su lugar de nacimiento, no obstante lo cual el destino se encargó de siempre regresarlo.

Así lo demuestra al adjudicarse el Premio Nacional de Literatura de Guatemala recientemente a pesar de vivir desde hace décadas en Nueva York. El jurado reconoció así una obra tardía pero muy elogiada, donde Guatemala ocupa siempre el centro de la escena.

“La obra de Unger es una contribución al conocimiento de la historia contemporánea del país, plasmada con claridad desde su trabajo narrativo como novelista y autor de relatos”, dijo el Consejo Asesor para las Letras de la Dirección General de las Artes, del Ministerio de Cultura y Deporte, organismo encargado de dar el galardón.

“El premio otorgado también es el primero de reconocimientos que se da a intelectuales guatemaltecos residentes en Estados Unidos: una expresión de que el ser guatemalteco no está, necesaria y únicamente, ligado al hecho de vivir en ese país. Su obra ha sido publicada en Estados Unidos, México y Guatemala. Otorgarle este premio es un reconocimiento a la diáspora guatemalteca”, agregó el jurado calificador.

Autor de cuatro novelas, un libro infantil y una colección de poesía; traductor de 14 libros del español al inglés, incluida la versión del Popol Vuh de Víctor Montejo, y tres libros infantiles de Rigoberta Menchú, Unger ha sido también un divulgador incansable de los autores guatemaltecos como Otto Raúl González, Humberto Ak’abal, Denisse Phé-Funchal y Javier Mosquera, entre otros.

Ha recibido varios galardones, como el del Instituto de Poesía Ivri-Nasawi y el premio de traducción de la ALTA.

Su narrativa ha sido publicada en Estados Unidos, México, Guatemala, Taiwán y China. Muchos de sus cuentos han aparecido en diversas antologías y revistas literarias en Estados Unidos.

En entrevista con SinEmbargo, en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, que transcurre aquí hasta el domingo, Unger habla de colegas como Francisco Goldman, de quien dice que ya es hora de que reciba también el Premio Nacional de Literatura y de Guatemala, país que visita cada dos años como si fuera el paraíso perdido, un hecho que no le ha impedido ser crítico y combativo en cada una de las etapas violentas que ha sufrido dicha nación sudamericana.

David Unger publicó su primera novela cuando tenía 52 años, hace 10. Foto: Facebook
David Unger publicó su primera novela cuando tenía 52 años, hace 10. Foto: Facebook

–¿Cómo fue el proceso que derivó en la obtención del Premio Nacional de Literatura?

–En marzo, aproximadamente, algunos  escritores guatemaltecos me pidieron  información porque estaban interesados en proponerme para el premio. Al poco tiempo me llegó un correo electrónico en el que me preguntaban si en el caso de recibir el Premio Nacional de Literatura, lo aceptaría o lo rechazaría. Y luego todo entró en un cono de silencio tal que hasta pensé que me habían hecho una broma. La pregunta de si aceptaría o no el premio obedece a que el poeta Humberto Ak´abal lo rechazó en 2004.

–¿Y cuando te lo anunciaron?

–Me quedé con la boca abierta, porque si bien nací en Guatemala, llevo más de 60 años afuera del país. He regresado muchísimas veces para ver a la familia y a los amigos. El que me hayan dado este premio que lleva el nombre de Miguel Ángel Asturias, muy querido en todo Latinoamérica, ha sido para mí un gran honor que no esperaba. Estoy feliz, muy feliz. Me tocó ir a recibir el premio a Guatemala, el 31 de octubre, en un acto muy digno y emocionante que se hizo en el Teatro Nacional. También se hizo una edición conmemorativa del libro que publicó Random House hace dos años y que se llama Para mí eres divina.

–¿Qué dirías de la literatura guatemalteca?

–Bueno, creo que la literatura de Guatemala es bastante fuerte y no sólo porque haya tenido un Premio Nobel como Miguel Ángel Asturias. Agustín “Tito” Monterroso es guatemalteco, también lo son Mario Monteforte Toledo, Rodrigo Rey Rosa…

–Francisco Goldman…

–Francisco Goldman, efectivamente, que no ha ganado todavía el Premio Nacional de Literatura de Guatemala, pero sin duda lo merece porque ha escrito unos libros maravillosos que son clave en la historia de Guatemala. Eduardo Halfón es un joven escritor guatemalteco que ha tenido mucho éxito a nivel internacional. Ana María Rodas es una gran poeta. En los últimos 12 años he tenido relaciones muy cercanas con muchos escritores de Guatemala que me han “apapachado”, por usar una palabra muy mexicana; han sido muy cariñosos conmigo y me han protegido mucho.

–Y apoyaron tu obra

–Sí, para muchos de ellos mi obra ha sido como una especie de luz y en ese sentido no puedo más que sentirme muy querido por el país en el que nací.

–¿Recuperaste de algún modo tu ser guatemalteco con este premio tan importante?

–Creo que como viajo cada dos años a Guatemala y tengo 70 parientes allí, mis vínculos con mi país siempre han sido muy fuertes, muy firmes. Además, todos mis libros tienen que ver con Guatemala, desde el primero, que di a conocer cuando ya tenía 52 años, hasta el que va a salir muy pronto por Planeta con el título de El manipulador. Siempre escribo mis libros primero en inglés y luego son traducidos y publicado en español. Este caso será al revés, pues saldrá primero en español.

–¿Sobre qué trata?

–Sobre el caso de Rodrigo Rosenberg, el abogado que fue asesinado luego de lo cual sus amigos dieron a conocer una grabación donde advertía que los culpables de su muerte, si sucedía, eran el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, la esposa de éste y el secretario privado presidencial, entre otros. Sin embargo, una comisión encabezada por el abogado español Carlos Castresana llegó a la conclusión de que fue el propio Rosenberg quien había planeado su muerte. Hay muchos libros al respecto, muchas películas, pero no quise ver nada, porque uso el caso como trampolín de la novela, pero no tiene nada que ver. El libro será presentado en julio, cuando acontezca la Feria del Libro de Guatemala, donde México es el país invitado de honor.

–Cuando publicaste tu primera novela, a los 52 años, ¿pensabas llegar tan lejos?

–No, nunca pensé en convertirme en narrador, a pesar de que siempre escribí. Ganar un Premio Nacional tan pronto, además, es algo que no podría haber soñado ni en mis mejores sueños. Hay muchos y buenos escritores que han estado trabajando durante muchos años, pero no lo han logrado. A pesar de los celos que siempre hay entre los escritores me llevo bien con la comunidad de autores de mi país. Mi discurso de aceptación fue muy político. Critiqué muy fuerte al actual presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien fue ministro de Ríos Montt, el único presidente acusado y encontrado culpable de genocidio en todo el mundo. Bueno, Pérez Molina fue ministro de defensa durante la dictadura de Ríos Montt y dice que no tiene nada que ver con los crímenes de Estado.

"Todos mis libros tienen que ver con Guatemala". Foto: Facebook
“Todos mis libros tienen que ver con Guatemala”. Foto: Facebook

–¿Qué es la escritura en tu vida?

–Mi inicio de escritor se debe al trauma que me ocasionó el hecho de que por razones económicas mis padres partieran a buscarse la vida a los Estados Unidos y me dejaran con un tío cuando yo apenas tenía cuatro años. Finalmente, cuando viajé a los Estados Unidos para reencontrarme con ellos, hacía muchísimo calor y mis padres estaban en pantalones cortos. Era la primera vez que veía las piernas desnudas de mis padres, mi madre se acercó a la escalerilla del avión, me abrazó mientras me hablaba en inglés, que yo no entendía. Durante dos meses estuve en silencio total, hasta que pude expresar mis primeras palabras en inglés. Siempre me sentí como un espía doble. Viviendo en los Estados Unidos como anglosajón, esperando los veranos para poder volver a Guatemala, adonde yo sentía revivir. Eso me convirtió en escritor. Sentir que no era “ni chicha ni limonada”, como se titula uno de mis libros.

OBRA DE DAVID UNGER

Vivir en el maldito trópico (Plaza y Janés- Random House-Mondadori, México, 2004) explora la vida de tres hermanos judíos que intentan prosperar en la Guatemala del conflicto armado, al inicio de la década de 1980. La novela describe el ambiente de la capital, ese no estar seguros de lo que sucedía en los departamentos durante el conflicto armado interno.

Ni chicha ni limonada (F&G, Guatemala, 2009) se ve reflejada la ciudad a lo largo de las décadas de 1950 a 1970, la nostalgia acompaña a los lectores mientras la conocen -o reconocen-, de la infancia en Guatemala, de los personajes principales de muchos de los cuentos.

Para mí eres divina (Random House-Mondadori, México, 2011), lleva a los lectores a otra realidad, a la de Olivia, una muchacha indígena criada en los cafetales guatemaltecos y que pasa una serie de peripecias para dejar atrás la miseria y asentarse en México. El conflicto armado, una vez más, es parte del ambiente de la historia. A diferencia de las propuestas anteriores, en este caso son un personaje femenino y la cultura católica y machista las que llevan la narración.

El precio de la fuga (F&G, Guatemala, 2013) es la historia de Samuel Berkow, judío alemán, que llega a Guatemala en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Puerto Barrios de la década de 1940, es el escenario que recibe al personaje principal que pronto se encuentra con la Guatemala caótica.

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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