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LA OPINIÓN

Historias del narco y migrantes no definen el grupo, aseguran los Tigres del Norte

07/06/2022 - 11:46 am

Los Tigres reconocen que las canciones de contrabando los lanzaron a la fama, incluso participaron en varias películas que narraban esas historias, aunque se han intentado alejarse de ese universo, al considerar que no han marcado al grupo, su pasado se mantiene vigente.

Por Jesús García

Ciudad de México, 7 de junio (La Opinión).- Hace 50 años, los hermanos Hernández dejaron Mocorito, Sinaloa, para emprender dos sueños, uno que era el medio y otro el fin. Lograron cumplir ambos. Llegaron como indocumentados a San José, California, con la esperanza de ser músicos, pero lograron enfilarse con éxito en ese camino una vez que pisaron firme en Estados Unidos, ya sin ser “ilegales”, como se llamaba entonces a los no ciudadanos.

Jorge, Hernán, Eduardo y Luis Hernández, así como Carlos Lara no han olvidado su origen y han rendido tributo constante a gente como ellos, mientras despuntaban a ese universo del estrellato musical. Aquellos humildes muchachos habían logrado el sueño americano y su anhelo de ser músicos, y lo hicieron en grande cruzando la frontera de ida y vuelta entre Mexico y Estados Unidos.

“Desde los inicios de Los Tigres del Norte, desde ‘La Camelia’, la gente, si se puede decir, sin documentos en Estados Unidos empezó a seguir al grupo. De ahí nacieron ideas de hacer canciones para ellos, dedicadas a ellos, como ‘Vivan los mojados’, ‘Tres veces mojado’”, comparte Eduardo Hernández en entrevista con el grupo antes del su concierto en abril pasado ante más de 11 mil personas en El Paso, Texas.

El grupo logró la empatía no solamente de los inmigrantes mexicanos o de los mexico-americanos, sino también de originarios de Centroamérica, lo cual se refleja en sus canciones, como ‘Tres veces mojado’, sobre cómo un inmigrante de El Salvador es considerado indocumentado en Guatemala, México y EU En el concierto en El Paso, al escuchar esa canción, los gritos y chiflidos resonaron en el Don Haskins Center.

Los primeros discos de los Tigres del Norte fueron producidos en California, por la disquera Discos Fama, con el respaldo de Arthur Walker, quien podría considerarse no solamente su primer productor formal, sino una especie de ‘manager’.

En el grupo ha habido varios cambios, pero uno de los momentos significativos es la integración de Luis, el menor de los hermanos, uno de los principales admiradores del grupo y, para sorpresa de sí mismo, un elemento que los reimpulsó, cuando pensaban que el grupo había llegado a su fin.

Todo eso se narra en el documental Los Tigres del Norte, historias que contar, un testimonio de vida que oscila entre el amor, la familia, la inmigración y el contrabando, porque después de todo, sin pena a decirlo, Los Tigres comenzaron cantando corridos de personajes ficticios del crimen organizado, narrando historias, algunas reales quizá, otras ficticias, pero con un reflejo claro de la realidad en que nacieron y crecieron. La vibra de sus letras no encontró oídos sordos, sino que se expandió como eco primero en la frontera méxico-americana y luego de otras latitudes, incluidos España y Japón.

“Empezamos a ver cómo podíamos desarrollar este documental y de ahí viene la idea de hacer esto como ameno, que todo mundo participara […] nosotros mismos contar la historia, la historia de las canciones, de los hechos que nos han pasado”, explica Jorge Hernández, quien es el mayor de los hermanos, a quien ven como un padre y, de cierto modo, el líder del grupo, quizá por ser la voz principal.

EL DOLOR DE LO ÍNTIMO

El director del documental, Carlos Pérez Osorio, logró crear una atmósfera de camaradería en el restaurante Original Joe’s –al que iban cuando iniciaron su carrera–, donde Los Tigres reencontraron un lugar seguro para compartir partes clave y dolorosas de su vida: la muerte de un hermano; el fallecimiento anunciado de su padre, quien se despidió empujándolos a ir a tocar su concierto en San Luis Potosí; el rompimiento con Walker que resquebrajó su confianza y otros pasajes.

“Uno se pone a pensar las veces que no hemos estado en casa en una ocasión especial de la familia, como que hoy quisieras reemplazar eso o reponerlo, pero es imposible, ¿no?”, comparte Hernán Hernández. “Cuando nos enteramos de que falleció mi papá, quizá ya estaba anticipado, ya sabíamos que en cualquier momento se podía ir […] cuando nosotros nos despedimos de él, ya nos había dicho que nos fuéramos tranquilos, que fuéramos a cumplir con el público […] fue una de las noches más tristes […] porque tuvimos que cantar”.

Al cuestionarlos en entrevista, parafraseando su canción “Golpes del corazón”, los Tigres coinciden en que el mayor “golpe” que les ha dado su carrera fue la lejanía con la familia. Perder un cumpleaños, ser padres de tiempo completo, acompañar a un enfermo o incluso estar lejos ante la muerte de un ser amado. No es que se arrepientan de haberlo hecho, pero es algo que, reconocen, les cala en el alma. Es un precio por los dos sueños perseguidos.

“Yo creo que cuando tenemos un problema familiar, cuando se nos muere un pariente […] los golpes son duros, porque no podemos estar con ellos”, agrega Óscar Lara.

La producción que se estrena el 17 de junio en Prime Video, el sistema streaming de Amazon, se enfoca en la música de los Tigres, de por qué es relevante para la época en que vivieron, aunque parece haber un rechazo al abordar el narcotráfico y los narcocorridos. Después de todo ellos nacieron en Sinaloa, considerada una cuna del narco.

DEL NARCO SÓLO EN CORRIDOS

Los Tigres reconocen que las canciones de contrabando los lanzaron a la fama, incluso participaron en varias películas que narraban esas historias, aunque se han intentado alejarse de ese universo, al considerar que no han marcado al grupo, su pasado se mantiene vigente. El escritor español Arturo Pérez Reverte, quien participa en el documental, consideró la música de Los Tigres para su novela “La Reina del Sur”, una historia ficticia sobre el narcotráfico.

Cuestionado sobre la dificultad de dejar fuera el narcotráfico, el director Pérez Osorio defiende la decisión, porque vio en la historia del grupo muchas historias más que aquellas del crimen.

“Yo creo que a los Tigres eso no los define, hay muchas dimensiones de los Tigres y, como dices, [el narco] está a su alrededor, por supuestos es innegable, en Sinaloa, en las canciones con lo que observaban al principio con los corridos”, expuso el director. “Después se convirtió en otra cosa, pero la gente no dejaba de asociarlos con eso […] como ellos condujeron su carrera siempre […] por lo menos en mi investigación, por lo menos nunca salió.

Pérez Osorio expone que su objetivo era que la gente conociera quiénes eran los miembros del grupo, de dónde venían y por qué la familia es tan importante para ellos.

“En documentales como este… imagínate, son 50 años, hay muchas cosas que tienen que quedar fuera, hay una historia que tiene que ser muy clara, la principal, y yo lo tenía muy claro desde el principio cuando los conocí”, expresó. “Concentrarnos en la familia”.

EL RETO DE NARRAR 50 AÑOS

Fueron más de cinco años que tardó la producción del documental, según contó el productor José Nacif, entrevistado también en El Paso, donde reconoció que hubo varios retos, sobre todo porque había poca información pública del grupo y sus integrantes, quienes son personas reservadas y ponen al frente su música antes que sus vidas privadas.

“Carlos quería material que pudiera trasmitir el paso de los años de la historia del grupo y material íntimo. Eso fue lo que más trabajo nos costó, y lo logramos con el tiempo, con el grupo en especial”, confesó Nacif. “Logramos conseguir cosas que a mí sorprendieron mucho”.

El productor reconoce que la ruta para concretar el documental estuvo marcada por la paciencia, sobre todo conseguir los permisos legales para fotografías, videos y convertirlos en alta resolución, aunque también con lograr que los Hernández “se abrieran” y compartieran aspectos íntimos.

“El tiempo ha ayudado más a que el grupo, a que don Jorge y sus hermanos entendieran que querían contar”, acotó el productor.

“Carlos quería material que pudiera trasmitir el paso de los años de la historia del grupo y material íntimo. Eso fue lo que más trabajo nos costó, y lo logramos con el tiempo, con el grupo en especial”, confesó Nacif. “Logramos conseguir cosas que a mí sorprendieron mucho”.

El productor reconoce que la ruta para concretar el documental estuvo marcada por la paciencia, sobre todo conseguir los permisos legales para fotografías, videos y convertirlos en alta resolución, aunque también con lograr que los Hernández “se abrieran” y compartieran aspectos íntimos.

“El tiempo ha ayudado más a que el grupo, a que don Jorge y sus hermanos entendieran que querían contar”, acotó el productor.

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