Suleyman Kerimov, el sensible magnate que reinventará la historia del Anzhi ruso

08/08/2013 - 12:00 am
Foto: Twitter
Foto: Twitter

Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- Suleyman Kerimov posee el yate privado más largo del mundo. “Ice” mide 90 metros de largo. Es una mansión flotante donde se ha podido ver a Shakira, Christina Aguilera o Amy Winehouse cantando parte de su repertorio en medio de una fiesta multimillonaria organizada por magnates amantes del petróleo. El dueño del hogar, tiene aún las cicatrices que le dejó el accidente que sufrió en 2006 arriba de su Enzo Ferrari. Tras superar las quemaduras, donó un millón de dólares a una ONG que atiende a niños con rasgos tatuados por el fuego.

Hombre de cara redonda, sus lentes tratan de atajar una mirada analítica que llegó al mundo del futbol casi al final de esa oleada de rusos con la cartera llena y con ganas de reconstruir la vieja historia de la U.R.S.S en base a proyectos ambiciosos que no escatimaban en el coste. Era la meta el único propósito en mente. La Liga Premier Rusa se ha transformado en un asaltante de talento que ha terminado a varias ligas que tienen su reputación bien ganada. Kerimov compró a un equipo envuelto en un ambiente sociopolítico tenso que solo tiene 22 años de vida. El Anzhi de Majachkalá pasó a ser un club poderoso de la noche a la mañana.

En 2011, el magnate amante de la música colombiana de Shakira, se adueñó del equipo representativo de su ciudad natal. Un territorio inhóspito debido a un conflicto que no parece tener tregua. La república de Daguestán, ubicada en el Cáucaso Norte, responde federalmente a Rusia, algo que muchos grupos armados siguen contradiciendo desde levantamientos violentos. En ese ambiente, un club de futbol retumbó la información deportiva cuando fichó al camerunés Samuel Eto’o proveniente del Inter de Milán. El letal delantero que aún se le recuerda en Barcelona, pasó a ser el futbolista mejor pagado del mundo con 20 millones de euros anuales directos a su cuenta bancaria.

Foto: Facebook
Foto: Facebook

La transformación del nuevo rico tuvo algunos inconvenientes extras a comparación de otras escuadras que siguieron el mismo camino que diseñaba la fortuna. Las excentricidades comenzaron a salir a la luz pública. La más llamativa se refería al lugar donde los jugadores vivían y entrenaban. Moscú, a más de 2,000 kilómetros de su estadio, se convirtió en el refugio donde los jugadores pasaban la semana para viajar el mismo día del partido con un fuerte dispositivo de seguridad y ser locales en un estadio muy poco concurrido.

El Anzhi-Arena se terminó en marzo de este año. Un estadio con capacidad para 30,000 personas ubicado en Kapisck, una localidad vecina a tan solo 18 kilómetros de Majachkalá. Por las filas del equipo han pasado, además de Eto’o, Lassana Diarra, Denisov, Roberto Carlos, Willen y el entrenador Guus Hiddink. El proyecto que implicaba convertirse en el mejor club de Rusia, no ha dado aún los resultados esperados. Este año, con cuatro fechas de liga disputadas, han destituido al director técnico René Meulensteen por los malos resultados.

Tras la derrota sufrida frente al Rostov como locales que los coloca en zona de descenso, la historia del joven club ha dado un vuelco inesperado que rompe con un futuro promisorio. “Se hará una reorganización en el Anzhi. Muchos de nuestros costosos jugadores van a abandonar el Anzhi, y el presupuesto del club va a bajar entre 50 a 70 millones de dólares por año”, así lo informó, en menos de 140 caracteres, Konstantin Remchukov vía Twitter. “El club volverá a ser pequeño”, sentenció. La decisión llega por parte de Kerimov, quien tras haberse enfermado, y recuperado, sintió como aquella vez del accidente en su coche, que había que reinventarse para aportar algo nuevo.

Foto: Twitter
Foto: Twitter

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas