Parcial y subjetivo | La antítesis maternal

10/05/2013 - 12:00 am

Hoy se vuelve a repetir el pretexto con el que casi dio inicio esta serie de colaboraciones: el Día de las Madres. Al margen de todo lo que se pueda decir en torno a la comercialización y uso indiscriminado de celebraciones inventadas, lo cierto es que la idea de la madre sigue siendo fundamental para nuestra comprensión del mundo. Bajo esa premisa fue que inicié hace un año un texto que hablaba de cinco figuras maternas dentro de la literatura. En ellas se podían ver, con bastante claridad, muchas de las virtudes que solemos asociar a la idea de una madre.

Las cosas no siempre son así. Quizá tengan razón aquéllos que hablan del instinto materno como uno de los más poderosos. También quienes sostienen que el amor de una madre hacia su descendencia no es sino la sublimación de dicho instinto. Sin embargo, sabemos de madres que no han desempeñado su rol como dictan los cánones. De ahí que la sorpresa sea casi absoluta. Una madre deshumanizada, capaz de sacrificar a sus propios hijos por su bienestar, cae fuera de nuestros parámetros vitales, rompe con el paradigma establecido. Entonces el impacto suele ser terrible.

La literatura ha dado cuenta de ello. Tal vez porque la idea de una madre mala es demasiado poderosa como para no tenerla en cuenta. Quizá porque sea uno de los epítomes de la falibilidad. ¿De qué otra forma se podría mostrar la falla de un deber que todos asumimos no sólo como máximo sino como natural?

Encontrar las razones por las que una madre les falla a sus hijos es algo que sólo puede hacer la literatura. Cuando la realidad nos muestra a una mujer así, la condena resulta unánime. Es por ello que las historias contadas desde la ficción vuelven a tener una ventaja sobre las de la realidad: en este caso, permitiéndonos tomar distancia para intentar comprender lo que nos resulta tan lejano; al menos, si de estereotipos se trata.

Enlisto a continuación cinco libros donde aparecen madres malas. Lo son en diferentes sentidos e intensidades. Es sintomático, por cierto, que muchas de ellas provengan de la tragedia. La respuesta es simple: es el género en el que hay cabida para los peores comportamientos.

Medea

medea02Son muchos los pretextos que podrían esgrimirse para justificar un acto tan cruel y antinatural como dar muerte a los propios hijos. Sin embargo, ninguno de ellos puede ser válido. Resulta casi imposible entender a Medea fuera del contexto de la tragedia griega. No sólo por la inflamación de ánimo de los personajes sino por esos complejos componentes que los hacían actuar de esa forma. De hecho, existen lecturas sobre esta tragedia que apuntan a la exaltación de lo femenino. Ignoro si ese proceder estaba en la intencionalidad de Esquilo. Lo cierto es que, con la maestría propia de quien dedica su vida al género, consigue atrapar a los espectadores en un conflicto que va generando intensidad conforme avanza. Las consecuencias casi podrían definir lo que significa una tragedia además de ser el antecedente de una multiplicidad de personajes de otras tradiciones.

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Hamlet

hamlet02Existen muchas formas para la traición. Desde la consciente hasta la imprudencial. Además, las motivaciones pueden parecer naturales en un mundo donde las costumbres apuntan hacia lugares diferentes que el nuestro. Así es como Gertrudis decide casarse con su cuñado tras la muerte de su esposo. El problema es que, con ese simple acto, no sólo traiciona al rey Hamlet sino también a su hijo. Sobre todo, cuando éste, tras poner en duda todo su sistema de creencias, descubre que aquel espectro aparecido en las primeras escenas habla con la verdad. William Shakespeare creó uno de los personajes más complejos de la historia de la literatura y lo proveyó de una madre que no despierta el menor atisbo de cariño.

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Edipo Rey

edipo_reySe dice que sin intención no hay culpa y tal vez se tenga razón aunque es fácil condenar actos reprobables que se llevan a cabo por negligencia o imprudencia. Más allá de esta primera discusión se abre otra posibilidad: ¿qué tanta culpa hay cuando no existe la intención ni el conocimiento de lo que se hace? A Yocasta la absolvería cualquier tribunal. Ella no fue culpable de haber parido hijos con Edipo. No podía serlo. Sin embargo, el peso de la revelación es tal que ella no requiere tribunales. Yocasta misma sabe que una maldición cayó sobre ella y no existe solución alguna. No por nada han dicho que Sófocles escribió la madre de todas las tragedias.

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La casa de Bernarda Alba

albaSeguir hasta sus últimas consecuencias las convicciones puede ser un acto de valentía o una evasión. Esto último es lo que le pasa a Bernarda Alba. Arrebatada por una religiosidad mal entendida, le da a las apariencias un peso mucho mayor del que merecen. Es por eso que decide guardar un luto de ocho años por su marido muerto, sin importarle que sus cinco hijas tengan que soportar esa carga. Un acto injusto en sí mismo que se acrecienta cuando la primogénita (y única hija del primer matrimonio) hereda los bienes de su padre. Entonces inicia la discordia. En un ambiente opresivo, Federico García Lorca consigue retratar una época y un sistema de valores que parecen lejanos pero, en realidad, están más cerca de nosotros de lo que aparentan.

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Hansel y Gretel

hanselPocas palabras están tan cargadas de significados negativos como “madrastra”. Esto se debe a que, al no ser la madre natural, llegan a usurpar el lugar de la verdadera. Aunque ésta no tiene por qué ser una regla, lo cierto es que los hermanos Grimm supieron aprovecharla bien. De hecho, no es raro que, para no crear a una madre mala, se utilice la figura de una madrastra. Sobre todo en los cuentos infantiles, que pueden llamar la atención por su crueldad. Y en éste las razones son por todos conocidas. El engaño que se hace a los pequeños no es para que sean capaces de encontrar alimento por sí mismos sino para evitar compartir el poco que les queda. Un acto de maldad notable que rompe con el estereotipo de una madre y ayuda a configurar el de una madrastra. Además, este cuento suele publicarse con varios más por lo que se garantiza la continuidad de la lectura.

Sé que a muchos les podría resultar fuera de lugar este listado para la fecha que nos ocupa. Sin embargo, he ponderado diferentes razones para hacerlo. La primera es que ya escribí un texto mencionando cinco madres buenas. La segunda es que sirve para contrastar y analizar lo que en vida nos resulta casi imposible. La tercera es que, en alguna medida, también nos permite revalorar a nuestras propias figuras maternas. Porque de eso sigo convencido: la idea de una madre es de las más poderosas que existen tanto en la realidad como en la literatura.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.
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