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“No vale la pena vivir con miedo”, dice el hombre que perdió a 3 en ataque a LeBarón. Y deja México

11/11/2019 - 10:00 am

Los orígenes de la comunidad extendida se remontan al fin de la poligamia hace más de un siglo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, lo que obligó a las familias mormonas que tenían varias esposas en Estados Unidos a establecerse en el extranjero. Las familias habían vivido en dos aldeas en Sonora: La Mora y Colonia LeBarón.

David Langford dijo que su hijo Devin, de 13 años, es un héroe porque tras los tiroteos ocultó a sus hermanos entre los matorrales y caminó 22.5 kilómetros (14 millas) hasta una comunidad para solicitar ayuda.

Estados Unidos, 11 de noviembre (AP).– Un estadounidense que perdió a su esposa y a dos de sus hijos al ser emboscados por sicarios del narcotráfico en México dijo que su vida ha sido afectada drásticamente y que está yéndose del país con el resto de su familia, reportó el domingo una cadena televisiva.

“Toda mi vida ha sido trastocada. No sólo he perdido a una esposa y a dos hijos, sino que voy a tener que llevarme al resto de mi familia y en este momento realmente no tengo a dónde ir”, declaró David Langford a ABC.

La esposa de Langford, Dawna, y dos de sus hijos, Trevor Langford, de 11 años, y Rogan Langford, de 2, estaban entre las nueve mujeres y niños asesinados en la emboscada el lunes en el estado mexicano de Sonora. Las autoridades sospechan que los autores son sicarios del narcotráfico.

Esta toma aérea muestra Colonia LeBarón, en México, el sábado 9 de noviembre de 2019, donde familiares y amigos se reunieron para los funerales de algunas de las víctimas de una emboscada cometida por sicarios del narcotráfico. Foto: Marco Ugarte, AP
Familiares y amigos lloran durante el funeral por Dawna Ray Langford, de 43 años, y sus hijos Trevor, de 11, y Rogan, de 2, que murieron en una emboscada, en La Mora, México, el 7 de noviembre de 2019. Foto: Christian Chavez, AP

El ataque ocurrió mientras las mujeres y sus hijos se dirigían a visitar parientes. Ocho niños, algunos de ellos muy pequeños, sobrevivieron a la emboscada.

Los orígenes de la comunidad extendida se remontan al fin de la poligamia hace más de un siglo en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, lo que obligó a las familias mormonas que tenían varias esposas en Estados Unidos a establecerse en el extranjero. Las familias habían vivido en dos aldeas en Sonora: La Mora y Colonia LeBarón.

Langford dijo que su hijo Devin, de 13 años, es un héroe porque tras los tiroteos ocultó a sus hermanos entre los matorrales y caminó 22.5 kilómetros (14 millas) hasta una comunidad para solicitar ayuda.

“Para ser honesto, mi hijo es un héroe simplemente porque dio su vida por sus hermanos y hermanas”, declaró a ABC News.

Esta fotografía del miércoles 6 de noviembre de 2019 muestra los impactos de bala en los vehículos en los que los miembros de la familia extendida LeBarón viajaba en un camino sin pavimentar en la frontera de los estados de Sonora y Chihuahua, México. Foto: Christian Chavez, AP
Custodiados por las fuerzas de seguridad mexicanas, miembros de la familia LeBarón lloran a sus muertos en el lugar donde nueve ciudadanos estadounidenses _ tres mujeres y seis niños _ fueron asesinados en una emboscada de un cártel, cerca de Bavispe, en la frontera entre los estados de Sonora y Chihuahua, México, el 6 de noviembre de 2019. Foto: Marco Ugarte, AP

“Cada uno de mis hijos que sobrevivieron son milagros vivientes”, agregó Langford. “Cuántos agujeros de bala tenía ese vehículo en esa escena horrorosa, y cuántos niños había. Es sorprendente. Es más que sorprendente que hayan sobrevivido”.

Langford dijo desear que los agresores sean juzgados.

“Creo en el perdón, pero también creo en la justicia, y el perdón no impide que se haga justicia. En México uno no recibe mucha justicia”, afirmó.

Langford dijo que él y gran parte de sus familiares están yéndose del país. Otros habitantes de las aldeas planean irse en los próximos días, dejando la comunidad que ha sido el hogar de sus familias desde la década de 1950.

“No vale la pena vivir con miedo”, declaró. “Para mí lo más difícil fue decir adiós. Decir adiós a dos vidas inocentes que fueron segadas y a una esposa llena de vida que vivió su vida al máximo, que tenía muchos amigos y a la que todo el mundo quería”.

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